El jurado del ‘caso Asunta’ recibe las preguntas para emitir el veredicto
Los nueve miembros del tribunal popular deliberan incomunicados
El jurado popular del caso Asunta ha empezado a deliberar la tarde de este lunes, en una sala aislada ubicada en el último piso de los juzgados de Santiago. Los nueve integrantes del jurado vivirán incomunicados de sus familias hasta que emitan un veredicto, es decir, dormirán un número indeterminado de noches en un hotel y tampoco podrán utilizar sus móviles, que estarán custodiados hasta nueva orden en el edificio judicial.
El juez presidente del tribunal, Jorge Cid Carballo, les ha pedido "responsabilidad, independencia, imparcialidad y sujeción a la ley", porque "está en juego el interés de la sociedad por castigar un crimen, pero también la vida de dos personas que se juegan pasar muchos años en prisión". "Tómense su tiempo. Les pido paciencia. Den pasos seguros", ha insistido varias veces el juez. "Las prisas y la justicia no van de la mano".
El magistrado de la sección sexta de la Audiencia de A Coruña les ha entregado este lunes a los nueve jurados del caso, cuatro mujeres y cinco hombres, el objeto del veredicto. Un cuestionario que incluye 21 preguntas acerca de la participación o no de los dos acusados, los padres de Asunta Basterra Porto, en la muerte de la niña. Ellos no tendrán que contestar a todas las interrogantes. En el escrito que les ha dado el juez las cuestiones están encadenadas de una forma lógica y el hecho de contestar afirmativa o negativamente a algunas preguntas excluye de manera directa otras que están relacionadas. De esta forma, las ideas a las que deben dar respuesta son en realidad unas siete, que responden a los hechos justiciables.
El jurado tendrá que deliberar sobre si existía o no un acuerdo entre los acusados para sedar a la pequeña; pronunciarse acerca de si Rosario Porto, siguiendo el mismo plan, llevó sola o con su exesposo, Alfonso Basterra, a la hija al chalé familiar; acordar si solo uno, los dos o ninguno participó en la asfixia por sofocación; determinar si la víctima fue atenazada con cuerdas, antes de morir, para imposibilitar su defensa; y si los dos excónyuges (o solo uno o ninguno) trasladaron el cadáver a la pista forestal.
Para evitar filtraciones, algo contra lo que el juez lleva enfrentándose desde que el caso cayó en sus manos, Cid Carballo redactó el objeto del veredicto en su ordenador personal (evitó los del juzgado) y, según fuentes vinculadas al proceso, por la mañana ha llegado a plantear a las partes (fiscal, acusación popular y defensas) la posibilidad de retener sus teléfonos móviles de la misma manera que deben privarse de ellos los jurados en los días de deliberación.
Antes de serles entregado, el formulario al que se enfrenta ahora el jurado popular fue discutido durante tres horas y media esta mañana. Tanto el fiscal como los abogados de Porto y Basterra introdujeron matices en la redacción. Lo primero que ha hecho el jurado, después de recibir instrucciones del juez entre las dos y las tres de la tarde, ha sido elegir un portavoz. Esta persona tendrá que dirigir las deliberaciones y votaciones, y redactar el acta motivada, salvo en caso de que su voto fuera contrario al resultado final. Luego, ya en la sala, el día que se pronuncie el veredicto, será el encargado de leerlo en audiencia pública.
Además de a las preguntas clave sobre el caso, que hilvanadas forman el relato del suceso que conmocionó al país tras la muerte de la niña el 21 de septiembre de 2013, los jurados deberán pronunciarse sobre si existió alevosía, al atar y sedar los padres, o no, a la menor antes de asfixiarla. De esto dependerá que el hecho se considere un asesinato o un homicidio, en ambos casos con la agravante de parentesco. Igualmente, a través de sus respuestas, el tribunal tendrá que decidir si los padres comparten la coautoría del crimen, con un reparto de funciones esenciales para provocar la muerte de su hija en virtud de un acuerdo previo.
En las votaciones, la ley distingue entre hechos favorables y no favorables para los acusados, cuestiones probadas y no probadas. Para descartar un hecho del que se les acusa a los padres de Asunta basta con que los jurados reúnan cinco votos. Pero para que el mismo hecho se considere probado, hacen falta siete. Y no vale solo con responder a las preguntas que se les plantean: los miembros del jurado tienen que fundamentar todas sus respuestas hasta llegar al veredicto final, "culpable" o "no culpable".
Además, todos ellos están obligados a votar afirmativa o negativamente cada uno de los puntos. La ley prohíbe la abstención y la sanciona con más de 400 euros de multa. Al jurado que se empecine en esta postura, según les ha advertido el magistrado esta mañana, podría abrírsele incluso "un procedimiento penal".
Si el acta les fuera devuelta tres veces por falta de motivación, el jurado tendría que disolverse y debería celebrarse un nuevo juicio con otros integrantes. Por eso, Cid Carballo les pide "paciencia" y "tiempo". "Ustedes han tenido hasta ahora un comportamiento exquisito, en cuanto a responsabilidad, en cuanto a puntualidad, en cuanto al sentido del cumplimiento de un deber nada agradable", les ha reconocido el magistrado, que desde que hace un mes comenzó este juicio siempre se mostró protector con los miembros del jurado. "Espero que lo terminen igual de bien que lo han hecho". Pero "estos hechos a mí no me corresponde juzgarlos", les ha dicho a continuación a estos vecinos de la provincia de A Coruña elegidos por sorteo, antes de abrumarlos, inevitablemente, al recordarles la responsabilidad que se les ha venido encima. "Yo no tengo una posición tomada, mi función es aplicar el derecho una vez que ustedes se pronuncien sobre la culpabilidad o no culpabilidad de los dos acusados".
"No hay plazo máximo. Tómense los descansos que necesiten: por la mañana, por la tarde, por la noche. Porque decidir les va a llevar tiempo", les ha recomendado Cid Carballo. "Y no se fíen de su memoria, porque el juicio ha sido muy largo. Sean exhaustivos; cuanto más, mejor. Y consulten todas las veces que tengan que hacerlo los testimonios, la prueba documental, las piezas de convicción".
"La prueba indiciaria tiene validez para declarar probado o no probado un hecho", les ha comentado para terminar, antes de quedar incomunicados. "Pero ese indicio o una serie de indicios relacionados tienen que estar plenamente probados, y hay que fundamentar por qué", les ha seguido explicando. Si no se alcanza "ese engarce lógico del indicio al hecho que no he visto", entonces no vale. "Nadie puede ser condenado sin prueba de cargo suficiente", ha recalcado el magistrado, ahondando en la responsabilidad de todos, "si existen dudas razonables que no se consiguen despejar, entonces hay que resolver a favor del acusado".
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