Labordeta el innegociable
Zaragoza celebra el primer congreso dedicado al cantautor y político
Para explicar la capacidad de José Antonio Labordeta, el poeta y cantautor aragonés que acabó dando con sus huesos en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba recuerda las negociaciones con él para la investidura de Zapatero. Una multitud de periodistas aguardaba la cita. Labordeta y Rubalcaba se dieron la mano y entablaron la típica charla anodina entre flashes. Cuando desapareció el último reportero por la puerta, Labordeta tomó la palabra: "Aquí no hay nada que negociar. Yo voy a votar que sí a la investidura de Zapatero a cambio de unas cosas que os voy a pedir y que vais a cumplir, porque están en vuestro programa", dijo.
Habían pasado dos minutos. No podían salir del despacho. En la víspera, cuenta Rubalcaba, los medios habían anunciado una negociación a cara de perro. Laboderta la había desactivado con sutilidad. Los dos, para hacer tiempo, se pusieron a hablar de un asunto que les apasionaba: Aznar.
"Fue un parlamentario culto y locuaz", afirma Rubalcaba
Al lado de Rubalcaba está Luis de Grandes, senador del PP. Y Joan Saura, diputado de ICV. Con ellos, Azucena Lozano, dirigente de la Chunta ("Labordeta era nacionalista de sus raíces, e internacionalista", recuerda).
Zaragoza celebra el primer congreso dedicado a una de sus figuras más simbólicas. Se conversa sobre su última faceta, la del parlamentario "profundo, culto y locuaz", que dice Rubalcaba; la del diputado de una "sabia ingenuidad" que le convirtió en el primer indignado. Antes que en la Puerta del Sol, Labordeta acampó en la tribuna del Congreso y mandó "a la mierda" al PP entre "coño ya" y "joder". Mientras él intervenía pasada la medianoche, varios diputados le decían que se fuese con su mochila a Teruel, le llamaron "cantautor de las narices" y le dijeron que para tortura —Labordeta hablaba de Irak— sus canciones. Luis de Grandes era el jefe de la bancada de PP: "Fue una minoría de mi grupo. Hicieron mofa de él, lo recuerdo perfectamente. Labordeta los mandó a la mierda e hizo muy bien".
"El 'a la mierda' solo podía decirlo él", cuenta Saura. "Lo decimos Alfredo y yo y nos matan. Al día siguiente Labordeta entró en su bar de siempre y de la ovación se puso lívido. Lo pasó mal. Lo sacamos a cenar y de copas esa semana porque estaba pesaroso, y cada vez que entrábamos en un sitio le aplaudían", recuerda.
"Labordeta los mandó a la mierda e hizo muy bien", señala Luis de Grandes
Rubalcaba dice que los ex no paran de hablar, que hablan por los codos. Aborda la relación entre izquierda y nacionalismo. "Los nacionalistas crean naciones. A los socialistas las naciones nos interesan un poquito menos. Nos interesan más los Estados. Me interesa más la caja única de la Seguridad Social que el himno y la bandera". Sin Franco, dice, Labordeta y él casi seguro que no hubieran sido diputados.
—Señor Rubalcaba —le pregunta un estudiante,— ¿por qué no se llevaron a Labordeta al PSOE?.
—Yo no soy partidario de los fichajes —Rubalcaba sonríe, el auditorio también—, salvo en el fútbol.
—¿Quiere decir algo más de Irene Lozano? —le pregunta un periodista al acabar el acto.
—¡No he dicho nada! —ríe de nuevo.
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