El Tribunal Constitucional revisará su propia reforma
El PP sigue adelante y todos los demás grupos vuelven a rechazar la proposición por considerar que, además, no resuelven la situación con Cataluña
El Tribunal Constitucional tendrá que revisar su propia reforma. Esta ha sido aprobada este jueves en el pleno del Congreso solo con los votos del PP, de forma rápida, con la crítica de todos los demás grupos y sin cambiar nada del texto inicial. El PSOE llevará la reforma al alto tribunal, en coincidencia con los demás grupos que entienden que vulnera la Constitución. El PP también se quedó solo en la aprobación definitiva en el pleno de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
El PP sigue adelante con la reforma urgente del Tribunal Constitucional. Lo hace a pesar del resultado de las elecciones catalanas, contra todos los demás grupos y sin cambiar ni una coma del texto inicial, pese a que algunos expertos han advertido de sus errores técnicos. El PSOE, único grupo con diputados suficientes para hacerlo por sí solo, llevará al Tribunal Constitucional la reforma en cuanto entre en vigor.
Este jueves la reforma legal superó la votación del Congreso, donde se rechazaron todas las enmiendas parciales, y se envió al Senado. Con esta norma se faculta al Constitucional para suspender de sus funciones a cargos y funcionarios que no cumplan sus resoluciones. El Gobierno ha admitido que se trata de hacer frente al desafío soberanista en Cataluña para poder suspender al presidente de la Generalitat. "El Estado no se puede quedar cruzado de brazos ante el desafío", aseguró el portavoz del PP, Pedro Gómez de la Serna.
La norma provocó las críticas de todos por su contenido y por su inoportunidad política. Así, la oposición entiende que va contra la Constitución y que no favorece una salida política en Cataluña. Para el socialista Ignacio Sánchez Amor, se trata de "excitar el anticatalanismo y conseguir votos para el PP a costa de destrozar el Tribunal Constitucional".
"Una estupidez"
Joan Coscubiela (ICV) aseguró que la reforma es una "barbaridad y una estupidez". El portavoz del PP acusó al PSOE, por oponerse a la reforma, de favorecer la llegada de una "república bolivariana".
Por otra parte, el presidente del Congreso, Jesús Posada, hizo abandonar la tribuna al diputado de Amaiur Sabino Cuadra, por negarse a pedir disculpas por haber arrancado en el anterior debate hojas de la Constitución. PP y UPyD pidieron a Posada que le sancione, aunque fuentes de la presidencia consideran muy difícil poder hacerlo.
Todos los grupos dejaron solo al PP en el apoyo a la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Este es el segundo intento para cambiarla. En el inicio de la legislatura, el Gobierno del PP abordó una reforma global de esta norma, del siglo XIX, para atribuir la instrucción a los fiscales y agilizar la justicia penal. El ministro de Justicia, Rafael Catalá, aparcó ese proyecto cuando relevó a Alberto Ruiz-Gallardón. La que se ha votado este jueves es una reforma parcial de la ley que fue impulsada después y que, según explicó el ministro, "permitirá agilizar la justicia penal".
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