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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Versión original con subtítulos

Ayer quedó claro que la alcaldesa de Madrid no va a tener un camino de rosas

Al Ayuntamiento de Madrid se le fue ayer de las manos la página web con la que, bajo el título de "Versión Original" (V.O.), intenta que resplandezca la verdad en un mundo de ruidos mediáticos con los que no está muy contento. Desde muy pronto por la mañana se inició un debate en la página web de EL PAÍS, a cuenta de los cambios que iban a introducir en V.O. después de unos días de rodaje. Dejando al margen si se trataba de cambios, modificaciones o mejoras (este último no es sinónimo de lo que decía la nota conjunta Carmena-Carmona), ayer quedó claro que la alcaldesa de Madrid no va a tener un camino de rosas en su mandato.

Partiendo de la base de que un medio de comunicación oficial destinado a desmentir las informaciones publicadas es un error de libro en la estrategia de comunicación (hay que resistirse ante el victimismo que suelen mostrar los políticos, los empresarios y hasta los deportistas), ayer sucedió algo más grave: se puso de manifiesto que hay dos vectores en el Ayuntamiento (Podemos y PSOE) que empujan en sentido contrario, aplastando a Manuela Carmena.

La alcaldesa tomó posesión de su cargo hace 37 días con un prestigio alto y la esperanza de muchos madrileños que no la habían votado de que iba a traer un cambio positivo a la capital de España. Lo que ella no sabía es que sus aliados en la investidura, no iban a dejar que ella se llevara todos los triunfos, ni que fuera a volar sola. Además, Carmena está dando muestras de una cierta inocencia política, al pensar que las relaciones personales están por encima del juego político. Debería saber que en la política y en los negocios no hay amigos, sino aliados, y que esas relaciones cambian en virtud de la fuerza de uno y otro.

Ayer mismo, Miguel Carmona quiso aprovechar el acuerdo obtenido con la alcaldesa para hacer valer su influencia en el Ayuntamiento y provocó la respuesta inmediata de los concejales de Podemos, que presionaron a Manuela Carmena para que negara cambio alguno en V.O., sino solo "mejoras".

En el avispero en que se ha convertido el Ayuntamiento, los perdedores, además de los madrileños, son la mayoría de los concejales en el poder, que parecen atenazados por el qué dirán; y, sobre todo, la credibilidad del propio consistorio que ha perdido cinco semanas sin que haya tomado decisiones importantes. En el affaire de la web V.O., los subtítulos, aunque estén en letra ilegible, son un aviso de peligro para la alcaldesa.

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