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Los registros homologados de cáncer solo abarcan al 27% de la población

La falta de datos dificulta la vigilancia epidemiológica de las enfermedades no infecciosas

El presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, Esteve Fernández, y la directora del Centro Nacional de Epidemiología, Isabel Noguer.
El presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, Esteve Fernández, y la directora del Centro Nacional de Epidemiología, Isabel Noguer.Juan Carlos Cárdenas (EFE)

España solo cuenta con 13 registros personalizados de cáncer que hayan sido homologados por la IARC (siglas en inglés de Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer), la máxima organización internacional sobre esta enfermedad (por ejemplo, es la que evalúa la carcinogenicidad de las sustancias). Son los de Asturias, País Vasco, Navarra, La Rioja, Girona, Tarragona, Mallorca, Cuenca, Ciudad Real, Albacete, Murcia, Granada y Canarias, que apenas representan el 27% de la población. El dato lo dio María José Sánchez, del registro poblacional del cáncer de Granada, en una sesión del grupo de Vigilancia Epidemiológica de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) que se celebró el jueves en Valencia al que acudió como ponente EL PAÍS. 

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Tener datos es el primer requisito para que los epidemiólogos puedan trabajar en estas enfermedades. Se trata de un giro o ampliación de sus competencias tradicionales, centradas en las enfermedades infecciosas. Pero los antibióticos y las vacunas han cambiado el esquema sanitario, y ahora son las enfermedades no transmisibles y crónicas (cáncer, cardiovasculares, diabetes) las que representan una mayor carga de mortalidad. "Lo que queremos es aplicar el conocimiento que tenemos sobre enfermedades infecciosas a las otras", dijo Esteve Fernández, presidente de la SEE. "Tenemos gran experiencia con las enfermedades transmisibles, que vamos a ampliar al aumentar la lista de 30 a 60", afirmó Isabel Noguer, directora el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III. "Tenemos que empezar con las enfermedades crónicas, sus factores de riesgo y los determinantes sociales a nivel nacional", añadió.

Como se ve por la distribución geográfica de los registros existentes, que forman una especie de arco por el norte y la costa mediterránea, hay amplias zonas que no están representadas. "Los datos no son extrapolables", explicó Sánchez. Por eso, cuando se dan datos nacionales, hay que usar otros indicadores, como la mortalidad por cáncer o las hospitalizaciones. "Se puede calcular la incidencia [número de diagnósticos al año] a partir de la mortalidad", dijo Marina Pollán, del Centro Nacional de Epidemiología.

La situación mejorará si se consigue la homologación por la IARC de los registros de Andalucía, Castilla y León y Ceuta. "Si la IARC los acredita, estaría el 53% de la población cubierta a corto plazo", apuntó Sánchez. Ello podría ayudar a suplir la falta de un registro nacional, complicado de conseguir por cuestiones de competencias y fondos, aunque sería lo deseable. "Los médicos quieren saber en primer lugar la incidencia, pero también la supervivencia, el tipo y el estadio del tumor", declaró Pollán. 

Si se busca un nivel de datos menos exigente, 18 de las 19 entidades autónomas (17 comunidades, Ceuta y Melilla) tienen sistemas de información sobre cáncer, indicó Ánxela Pousa, miembro del grupo que ha participado en el primer trabajo sobre la disponibilidad de esta información. De hecho, pese a sus carencias, el cáncer es de las que mejor parada sale en esta búsqueda de fuentes sobre las que trabajar. De la diabetes hay seguimiento (en forma de registro específico o similar) en siete comunidades; de las enfermedades coronarias, en seis; de obstrucción pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cinco, y de hipertensión, solo en tres. Si se atiende a factores y otros condicionantes de la salud, la situación tampoco es buena: 12 tienen sistemas de información específica sobre tabaquismo, 12 sobre alcohol, nueve de obesidad, ocho de ejercicio físico, ocho de alimentación y cuatro de otras drogadicciones. Seis disponen de datos sobre condicionantes sociales, y 12 de resistencias antimicrobianas.

En este estudio no se incluyeron otras enfermedades muy frecuentes, como las que afectan a la salud mental, admitió Pousa. Y todo ello con un agravante: al preguntar a los servicios autonómicos, "una cosa es que haya sistema de información, otra, que se explote, y otra que esté en la web", advirtió la epidemióloga de la Xunta gallega. Con las enfermedades crónicas los epidemiólogos han encontrado un amplio campo en el que trabajar, en muchos casos partiendo de casi cero.

Última radiografía del cáncer

Los últimos datos sobre el cáncer en España los dio el pasado 28 de mayo el informe The global burden of cancer 2013, publicado en JAMA Oncology. El trabajo no se ha librado de los límites de información al respecto que hay en España. "Hemos utilizado información disponible en los distintos registros nacionales (mortalidad por causas e incidencia de enfermedad), y en situaciones donde había falta de información se aplicaron modelos estadísticos que permitían representar de una manera consistente la epidemiología de la enfermedad, considerando tanto la demografía como el patrón de mortalidad en nuestro país", explica por correo Ferrán Catalá-López, coautor del trabajo.

El trabajo muestra que el cáncer de próstata se ha triplicado desde 1990 a 2013, pasando de 8.400 a 25.000 casos. En mujeres, uno de los que más ha crecido es el de pulmón (el 146% en casos, el 126% en muertes).

Destaca el retroceso del cáncer de estómago, muy frecuente hace 23 años, que han disminuido un 8%. En cambio, lo fallecimientos por cáncer colorrectal han subido un 98%.

El trabajo es global, y destaca que el patrón del cáncer colorrectal es diferente entre España (el primero en casos) y los otros países (el tercero). El de vejiga no aparece en la lista de los 10 más frecuentes mundialmente, pero es el quinto entre los datos españoles.

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