Bildu y Podemos enfrían la posibilidad de acuerdos poselectorales

La dirección de Podemos siempre se ha mostrado muy prudente ante las posibilidades de entendimiento con las formaciones abertzales. Pero las encuestas y el escenario preelectoral reflejan en Navarra un panorama tan fragmentado que ha vuelto a poner encima de la mesa la hipótesis de un acuerdo entre el partido de Pablo Iglesias y Bildu. La líder de Podemos en esa comunidad, Laura Pérez Ruano, ha abierto la puerta a ese diálogo en varias ocasiones. Pero el propio Iglesias fue, esta misma semana, tajante. Para llegar a pactos con partidos soberanistas existe una condición previa: la condena del terrorismo de ETA. De hecho, el secretario general equiparó indirectamente esa posibilidad a la de entenderse con el PP. "Nosotros no somos sectarios", señaló en una entrevista en RNE.

Esta reflexión no ha sentado bien en Bildu. El presidente de Sortu y parlamentario de EH Bildu, Hasier Arraiz, ha manifestado este viernes su decepción. "En lo que respecta a Euskal Herria es el PP quien le marca la agenda política", ha mantenido en un acto electoral en Gipuzkoa, informa Europa Press. Las palabras de Iglesias, en su opinión, "evocan a los pactos de la Moncloa y de Ajuria Enea", ha dicho en referencia al acuerdo contra ETA alcanzado en 2000 por populares y socialistas, y al documento suscrito en los ochenta por AP, PSOE y PNV, entre otras fuerzas.  "Palabras viejas, muy viejas, para pretender reflejar una nueva política", ha proseguido.

Las críticas del dirigente de Bildu —que considera, en alusión al viraje a la socialdemocracia, que el líder de Podemos camina "con demasiada prisa últimamente y el que anda con prisa corre el peligro de perderse por el camino"—   se enmarcan en un contesto de inquietud de las fuerzas abertzales por el alcance electoral de Iglesias y los suyos. Ya hace meses, en diciembre, en pleno ascenso de esa formación. Es decir: ¿Es Podemos una amenaza para el voto de la izquierda abertzale?

El panorama ha cambiado, al menos en parte, pero el análisis de ese Euskobarómetro no dejaba lugar a muchas dudas: “No hay ninguna otra alternativa de gobierno viable salvo que Podemos encabece un Gobierno de izquierda con EH Bildu y el PSE”. Con estos mimbres, la izquierda abertzale lleva meses observando con atención los movimientos de Podemos que, pese a ser un partido en principio impermeable al nacionalismo, puede aprovechar el desgaste derivado de la acción de Gobierno municipal y foral de Bildu y ocupar una parte del espacio político vinculado al voto de protesta y contra el sistema.