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Mariano Rajoy ensalza ante Artur Mas la españolidad de Barcelona

Los dos presidentes exhiben su lejanía en la cumbre euromediterránea

Foto: reuters_live | Vídeo: ELPAÍS-LIVE!

Los asistentes a la inauguración de la conferencia sobre vecindad sur de la UE, celebrada ayer en el Palacio de Pedralbes de Barcelona, debieron pensar que el presidente catalán, Artur Mas, y el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, hablaban de ciudades distintas. El primero defendió en su discurso la “vocación de capitalidad mediterránea y europea” de Barcelona, sin mencionar su pertenencia a España. El segundo la presentó como “capital española del Mediterráneo”. Ambos contrapusieron sus visiones opuestas de Cataluña a solo cinco meses de las elecciones autonómicas catalanas del 27 de septiembre, que Mas quiere convertir en un plebiscito sobre la independencia.

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El presidente de la Generalitat y de CiU alternó el catalán, el inglés, el francés y el castellano para dar la bienvenida a 29 ministros y siete altos cargos de 36 países europeos y árabes, a quienes les dijo que las raíces de Cataluña se remontan al imperio carolingio, que él es el presidente número 129 de la Generalitat y que la identidad catalana no se ha perdido a pesar del tiempo transcurrido. “Podemos mirar muy lejos atrás y podemos mirar lejos hacia nuevos horizontes que siempre imaginamos mediterráneos y europeos”, afirmó, en alusión a su objetivo de poner en pie un Estado catalán sin renunciar a la UE. Tuvo buen cuidado, eso sí, en utilizar un término neutro, “territorio”, para referirse a Cataluña. Ni nación ni comunidad autónoma. Tampoco hubo referencias a España, ni de pasado ni de futuro.

Rajoy lo compensó con creces cuando llegó su turno. En un discurso íntegramente en castellano, se refirió a Barcelona como “una ciudad abierta que ha hecho famoso el nombre de España en todo el globo”; y aprovechó el 400 aniversario de la publicación de la segunda parte del Quijote para recordar su vínculo con la obra cumbre de la literatura española y calificarla, parafraseando a Cervantes, de “gloria de España”. “El Gobierno de España vuelve a situar a Barcelona en el epicentro de la política europea con los países de nuestra ribera sur”, dijo, destacando que la conferencia ha sido iniciativa del Estado central.

Ya al final de su discurso Rajoy ensalzó “el valor de la unidad frente a la disgregación”. “La altura de miras, la conciencia de muchos siglos de convivencia, la ponderación de lo que tenemos en común frente a lo que nos separa”, subrayó. Aludía de nuevo a España, cuya unidad va “en beneficio de todos nuestros compatriotas”.

Mientras Mas sigue avanzando en su hoja de ruta soberanista —tras pactar con ERC una declaración unilateral de independencia 18 meses después de las elecciones catalanas si hay mayoría soberanista—, Rajoy ha cambiado de táctica. Ya no ningunea al presidente de la Generalitat, como hizo en octubre de 2013 cuando le impidió hablar en un foro económico mediterráneo celebrado en el mismo Palacio de Pedralbes, sino que le reconoce su papel institucional, como máxima autoridad del Estado en Cataluña.

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Rajoy invitó al presidente catalán a viajar con él el pasado 26 de marzo en el avión oficial que le trasladó a Francia con motivo del siniestro del vuelo de Germanwings en los Alpes, y ayer lo situó a su izquierda, en la línea de saludo a los invitados a la conferencia euromediterránea, junto a la Alta Representante de la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini.

Mas, que debatió unos minutos con el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, mientras esperaba al presidente, le correspondió con un protocolario apretón de manos. Pero ninguno aprovechó la ocasión para discutir en privado las profundas diferencias políticas que les separan. Al contrario, aprovecharon para contraponer en público sus diferentes visiones de Cataluña.

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