Matas irá a juicio por la Ópera que no construyó
El proyecto del teatro en Palma, diseñado por Calatrava, no era viable
El juez José Castro ha cerrado la instrucción de otra pieza del caso Palma Arena: el llamado caso de la Ópera de Palma o la Ópera de Calatrava, sobre la supuesta malversación de 1,2 millones de euros para crear un teatro de la Ópera en la bahía de Palma diseñado por Santiago Calatrava. El juez lleva de nuevo al banquillo a Jaume Matas al considerar el contrato una maniobra ilegal con meros fines electoralistas. El arquitecto valenciano, contratado a dedo, presentó dos maquetas, un power point y un vídeo sobre el edificio “emblemático”.
Castro considera que el entonces presidente balear intentó, desde el poder, el mismo mes de las elecciones de mayo de 2007, que el PP “obtuviera una decisiva ventaja” y “determinar hasta donde pudiera el voto del electorado”. Matas no precisó el coste del macroproyecto —habló entonces de al menos 100 millones de euros—. La infraestructura cultural sobre terrenos ganados al mar en la bahía de Palma nunca se ejecutó: Matas no tenía competencias para actuar sobre la lámina del mar ni el teatro era viable en el plan urbanístico de Palma.
El fiscal Pedro Horrach acusó a Matas, en la apertura del caso, de fabricar “un montaje electoral” y agregó que “todo el expediente de contratación” era solo un montaje. El polémico Calatrava fue imputado pero quedó al margen de la causa, después de tres años de instrucción, al igual que el exconsejero de Cultura Francisco Fiol y otros cargos regionales.
El expresidente de Baleares (2003-2007) y exlíder del PP de esa comunidad será juzgado por los delitos de prevaricación administrativa, malversación de caudales públicos, fraude a la Administración y falsedad en documento oficial. Matas cumple, desde julio pasado, una pena de prisión de nueve meses en Segovia por tráfico de influencias. El también exministro de Medio Ambiente (2000-2003) tiene una segunda pena por cohecho: el pago de una multa de 9.000 euros y la devolución de más de 40.000 euros cobrados por su esposa, Maite Areal.
El non nato Calatrava flotante quedó en polémica judicial. La Junta Electoral prohibió al exmandatario su presentación por vulnerar las normas de campaña de los comicios y la necesaria neutralidad gubernamental.
El juez reprocha a Matas que obrase con fondos públicos, al margen de cualquier procedimiento administrativo y sin tener capacidad de decisión sobre el plan. Matas quiso mostrar a la opinión pública “un ambicioso proyecto para la potencial reordenación de la bahía de Palma”.
El plan presentaba un teatro en forma de alcachofa blanca flotante, con un techo que se abría como flor
Castro reproduce dos frases de la “filosofía del proyecto” plasmadas en el borrador de Calatrava: “No sabemos a ciencia cierta dónde desembarcaron los primeros pobladores de Mallorca (...). Un proyecto que surge del sueño de devolver el mar a esta hermosa ciudad mediterránea”.
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