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Ajedrez para enseñar a pensar

El Congreso promueve el juego didáctico en horario lectivo de primaria

Leontxo García
Alumnos del colegio Ludy, en Ferrol (A Coruña), durante la clase de ajedrez, en diciembre de 2012.
Alumnos del colegio Ludy, en Ferrol (A Coruña), durante la clase de ajedrez, en diciembre de 2012.Gabriel Tizón

No se trata de crear campeones sino de utilizar el ajedrez como herramienta pedagógica para enseñar a pensar y transmitir valores, sobre todo en la edad de seis a nueve años. Esa idea motivó, el miércoles pasado, la unanimidad de los ocho partidos políticos en la Comisión de Educación del Congreso: PP, PSOE, IU, CIU, PNV, UPyD, BNG y Foro Asturias. Pero la decisión no es aún vinculante; deberá ser refrendada por la Comunidades Autónomas y los centros escolares.

De los estudios científicos que los partidos españoles han manejado destaca el de Trier (Alemania). En un curso de primaria, la clase A sustituyó una hora semanal de matemáticas por ajedrez, mientras la B seguía recibiendo tres de matemáticas por semana, sin ajedrez. Durante cuatro años consecutivos, la nota media en matemáticas de la clase A fue mejor que en la B. Eso no se logra jugando partidas y enseñando técnicas de competición; el profesor de matemáticas aprendió el ajedrez suficiente para desarrollar la lógica matemática, el análisis y el cálculo mental de sus alumnos.

Otros estudios coinciden en que los niños ajedrecistas leen mejor. Se debe, en parte, a que el ajedrez desarrolla mucho la capacidad de concentración. Pero también a una conexión más sofisticada: al leer y al jugar al ajedrez reconocemos signos (letras en un caso; piezas de distinto color, valor y tamaño en el otro), los asociamos (formando palabras o combinaciones de jugadas) y sacamos conclusiones. Los niños acostumbrados al ajedrez tienen automatizado ese proceso cerebral y, por tanto, leen mejor. Las matemáticas y la comprensión lectora son los dos mayores problemas de los alumnos españoles, según el Informe Pisa.

Dos lectores mantuvieron ayer un diálogo significativo, bajo seudónimos, en un foro digital de EL PAÍS. Uno preguntó por qué ajedrez y no póquer, billar o yoga. Y el otro le respondió: “Porque el ajedrez desarrolla el cálculo mental del póquer, la visión espacial del billar y el control de las emociones del yoga”. De hecho, el ajedrez estimula unas 25 cualidades (por ejemplo, tomar decisiones previendo las consecuencias), e incluso la inteligencia emocional, según el estudio de la Universidad de La Laguna (Tenerife), de 2012, en el que se comparó a los alumnos que practicaban ajedrez como actividad extraescolar con quienes preferían el fútbol y el baloncesto.

En España hay al menos 1.300 colegios que imparten ajedrez (ya sea como asignatura obligatoria, optativa o extraescolar). Los testimonios recogidos por este periódico en muchos de ellos durante los últimos 30 años indican un grado de satisfacción altísimo entre alumnos, padres y profesores. Los pocos casos conocidos de fracaso suelen deberse a que el profesor es un ajedrecista con muy poca formación o sin dotes pedagógicas. Ello explica que grandes expertos en educación, como José Antonio Marina, se muestren rotundamente a favor del ajedrez en horario lectivo.

En los congresos internacionales sobre ajedrez y pedagogía se llega siempre a las mismas conclusiones. La mejor edad es entre los seis y los nueve años (aunque hay experiencias muy positivas en la franja de tres a seis años), porque la inteligencia abstracta ya está formada. Además, el currículo de primaria no está sobrecargado, como el de secundaria, lo que da margen de maniobra en los horarios.

Las clases sólo deben ser obligatorias para alfabetizar en ajedrez a todos los niños (no más de dos cursos, con una hora semanal); y las deben impartir docentes formados en ajedrez elemental. Luego, en cursos avanzados, el ajedrez debe ser optativo o extraescolar, e impartido por ajedrecistas formados en pedagogía. De ese modo, muchos alumnos no volverán a jugar en su vida pero habrán aprendido a pensar con lógica. Y otros quedarán enganchados para siempre a la pasión del ajedrez. El diputado ponente del PSOE, Pablo Martín, lo explicó el miércoles en la cámara con un proverbio hindú: "El ajedrez es un inmenso mar donde un mosquito bebe y un elefante se baña".

Las clases solo deben
ser obligatorias para ‘alfabetizar’
en esta actividad a los niños
El ajedrez desarrolla el cálculo mental del póquer, la visión espacial del billar y el control de las emociones del yoga

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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