Una ‘marea blanca’ por Romero
La plataforma por la sanidad pública pide la dimisión de la ministra y el consejero El hermano de la paciente con ébola ha participado en la manifestación en Madrid
Contra los recortes en sanidad, como siempre. Contra la privatización de los servicios, como siempre. Este domingo, sin embargo, la marea blanca sumó una crítica a la lista: la gestión de la crisis del ébola en España. La protesta de las plataformas y sindicatos de profesionales tuvo nombre y apellido: Teresa Romero. Más de 500 sanitarios y ciudadanos salieron a las calles de Madrid para respaldar a la auxiliar de enfermería, el primer caso de contagio en Europa. La ola, que avanzó al grito de "Todos con Teresa", planteó dos demandas frente al Ministerio de Sanidad: la dimisión de las autoridades —la ministra Ana Mato y el consejero madrileño Javier Rodríguez— y que el hospital Carlos III vuelva a ser un centro "de primer nivel".
"Teresa está presente", gritaban una y otra vez mientras recorrían el Paseo del Prado, desde Atocha. Y allí estaba: en las pancartas, en las pegatinas de las camisetas, en las consignas, en el manifiesto que leyeron, en los gritos de su hermano, presente en la concentración. En el documento repiten lo que han venido diciendo desde que se repatrió al primer misionero, en agosto: que el Carlos III no estaba preparado y "todo se montó contra las cuerdas", que se actuó de forma "precipitada y chapucera", que los protocolos fueron "malos, falsos e incompletos", que han puesto a los sanitarios "en grave peligro"...
La auxiliar, que se contagió al atender al fallecido religioso Manuel García Viejo, se ha convertido en un símbolo de lucha para los sanitarios. "Teresa Romero es el ejemplo de las denuncias que hemos venido haciendo con relación al desmantelamiento de los servicios públicos", aseguraba convencida Carmen Esbri, una de las portavoces de la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública, minutos después de leer el manifiesto. El Carlos III fue, durante décadas, el hospital de referencia en enfermedades infecciosas. En 2013, sin embargo, dejó de ser un centro independiente para fundirse con el hospital de La Paz. Para entonces, ya había cerrado el servicio de urgencias, la unidad de cuidados intensivos y laboratorios de microbiología.
Nos han dado charlas y también teníamos los trajes, pero esta semana hemos practicado cómo ponerlos y sacarlos Una auxiliar de enfermería
En la marea han participado más de 30 auxiliares y enfermeros del hospital del Henares. Uno de ellos se ha acercado a Atocha con sus perros —dos galgos de cuatro meses— por la "tristeza e indignación" que siente por la muerte del american stafford de Romero. Los cachorros, los más fotografiados de la movilización, llevaban colgadas unas prendas en las que se leía: "Yo también soy Excálibur". Los profesionales se han quejado, además, de la "poquísima" formación que aseguran haber recibido. "Nos han dado charlas, sí, y también teníamos los trajes, pero esta semana hemos practicado cómo ponerlos y sacarlos. No es algo que puedas aprender en 15 o 20 minutos", ha comentado una auxiliar de enfermería de este centro, que admite sentir "miedo y respeto" por el virus.
María García, de 65 años, ha decidido acercarse como "paciente y usuaria" de la sanidad pública. Se enteró de la movilización por los medios de comunicación y allí estaba, muy temprano, con carteles en las manos. "El consejero habrá estudiado medicina, pero nunca será médico, porque decir lo que ha dicho sobre Teresa es una falta de respeto total. Seguro que si era monja y no auxiliar, no la trataba de esa manera", se quejaba mientras su marido levantaba una pancarta en la que se leía: "Con la sanidad del PP al cielo pronto iré".
En la concentración también ha participado José Ramón Romero, el hermano de la paciente. También ha marchado hasta el ministerio, codo a codo con el Sindicato de Técnicos de Enfermería. Allí se ha limitado a comentar que su hermana está "mejor", que las últimas noticias que le han dado en el Carlos III han sido "buenas" y que espera que se recupere pronto. No ha querido hablar más, pero la pancarta que llevaba lo decía todo: "Exigimos a las autoridades sanitarias que respeten a los profesionales. Todos con Teresa".
Las dos horas de movilización, la vigesimocuarta de la marea en dos años, ha terminado con una lluvia de carteles frente al ministerio. Allí, acomodados entre los arbustos, quedaron los mensajes: "Todos somos Teresa" y "PP, culpable. Clero, corresponsable".
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