Expertos europeos dicen que el Carlos III no está diseñado para atender ébola
Miembros del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades visitan el hospital
Las instalaciones del hospital Carlos III, en el que permanece ingresada Teresa Romero, la auxiliar de enfermería contagiada de ébola desde el lunes pasado y otras 16 personas en observación, no cumple las características necesarias para enfrentarse a una emergencia de este tipo. Así lo han comprobado expertos del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) tras visitar el hospital.
"La infraestructura actual no está diseñada para cubrir este tipo de emergencias", aseguran estos especialistas en un comunicado recogido por fuentes sanitarias. El ECDC, con sede en Estocolmo, envió hace unos días a Madrid a dos de sus expertos para ayudar a las autoridades sanitarias españolas a investigar lo sucedido y a comprobar si los protocolos y las medidas de seguridad se estaban cumpliendo.
Los inspectores visitaron el hospital los días 9, 10 y 11 de octubre y hoy han emitido sus conclusiones preliminares. La semana que viene elaborarán un informe más detallado. La actuación de los profesionales del servicio de medicina interna y de medicina tropical "es correcta y se ajusta a los protocolos establecidos", afirman.
También añaden que "en el mejor de los niveles de protección siempre puede haber un accidente. En este caso se puede hablar de accidente fortuito de muy baja probabilidad haciéndose las cosas correctamente". En cuanto a la protección de los profesionales, los expertos del ECDC aseguran que es "la adecuada".
Finalmente, sobre la infraestructura, que no consideran adecuada, añaden esta consideración: "Las actuaciones que se han llevado a cabo y continúan realizándose en la actualidad tienden a mejorarlas". La dirección del centro aseguró ayer a los sindicatos que ya ha tomado la decisión de instalar cámaras que graben --no como ahora, que no registran las imágenes, tal y como contó este diario-- incluso en las esclusas, esas pequeñas estancias donde los trabajadores se quitan los trajes de protección sucios.
Otro de los compromisos del hospital fue ampliar estas esclusas, de apenas un metro cuadrado y que los sanitarios han criticado porque la estrechez impide los movimientos y dificulta la maniobra de retirada de los equipos de protección.
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