Riesgos y retos de la Seguridad Nacional
Moncloa traza una radiografía inédita de las amenazas que acechan a España
Del terrorismo de ETA, que “no tiene intención de disolverse sino que pretende perpetuarse como agente político”, a la amenaza que representan los “combatientes retornados”, que vuelven a España tras haberse fogueado en las filas del yihadismo en Siria o Malí; de la amenaza “cada vez más plausible y a la vez la más peligrosa”, que representan los ciberataques contra servicios esenciales de la sociedad, a la brecha que la presión migratoria está abriendo entre los países del norte y el sur de Europa. El Informe Anual de Seguridad Nacional, que el pasado jueves fue presentado al rey Felipe VI en una reunión solemne del Consejo de Seguridad Nacional, es la primera radiografía completa de los riesgos y retos a los que se enfrenta la Seguridad Nacional realizada en España.
A lo largo de más de 150 páginas, el documento, coordinado por el Departamento de Seguridad Nacional de La Moncloa, con aportaciones de todos los ministerios, no solo ofrece un diagnóstico del estado actual y la evolución previsible de tales riesgos, sino también un catálogo de las medidas para hacerles frente, en el marco de la construcción de un verdadero Sistema de Seguridad Nacional, con participación de todas las Administraciones y el sector privado.
Estos son algunos de los apartados más relevantes del informe, que hoy explicará en el Congreso el jefe del Gabinete de Rajoy, Jorge Moragas:
Terrorismo autóctono
“ETA se encuentra estratégicamente muy debilitada y en una situación mucho peor que en 2012”, asegura el Gobierno. “Si bien el cese en la comisión de acciones terroristas parece firme, sin contestación interna ni riesgo de escisión a corto plazo, la organización no tiene intención de disolverse sino que pretende perpetuarse como agente político e impulsar y favorecer la actividad de la izquierda abertzale”, agrega. “ETA intentará potenciar su aparato político y mantener neutralizado el militar. [...] El estado de los presos sigue siendo una de las cuestiones sobre las que fundamenta su estrategia. Por este motivo, se consolida el nivel de alerta y control respecto a cualquier iniciativa en dicho ámbito”, concluye. Aunque constata “la disminución de la actividad violenta del independentismo radical gallego”, asegura que “Resistencia Galega sigue representando una amenaza potencial y se prevé que su actividad continúe”. De la misma forma, pese a calificar de “muy baja” la cifra de “atentados de origen anarquista”, asegura que estos representan “un salto cualitativo y una mayor peligrosidad”. Además, recomienda el “seguimiento de fenómenos emergentes [de protestas] que, en el contexto de la crisis económica, pueden servir [de caldo de cultivo] a grupos radicales violentos”.
"ETA no tiene intención de disolverse, sino que pretende perpeturarse como agente político"
Terrorismo yihadista
En 2013 no hubo ninguna acción de terrorismo internacional en España, pero sí un fuerte aumento del número de detenidos: 31 (20 yihadistas), frente a nueve del año anterior. Tras recordar que en España operan redes de reclutamiento yihadista para enviar a jóvenes a combatir en Malí o Siria, el informe advierte de que “ello supone una nueva amenaza para la seguridad nacional en la medida en que estas personas, una vez alcanzados los conocimientos técnicos y el nivel de radicalización necesarios, pueden regresar y representar un riesgo potencial de atentados en territorio español”.
Ciberseguridad
“Garantizar la integridad, confidencialidad y disponibilidad” de la red es “uno de los ámbitos de actuación prioritarios en materia de Seguridad Nacional”. El informe constata que durante el año pasado “se incrementó la frecuencia, variedad y amplitud” de los ciberataques, con “un gran auge de los secuestros de equipos, tanto ordenadores como servidores, a cambio de recompensa”. Las tres amenazas principales sobre las que recomienda extremar la vigilancia son el ciberespionaje, el ciberterrorismo y la ciberdelincuencia. Admite que “existen ataques documentados a las Administraciones públicas que tienen como objetivo el robo de información sensible y clasificada” y añade que es “una hipótesis cada vez más plausible, a la vez que la más peligrosa”, el uso de la red para lanzar ataques “contra los servicios esenciales para la sociedad y las infraestructuras críticas”. Advierte de que la “la utilización de malware de última generación, que impide su detección con constantes mutaciones, se va generalizando entre grupos criminales sin apenas formación tecnológica, debido a su uso sencillo”.
"El retorno de los combatientes yihadistas representa un riesgo de atentados en territorio español"
Seguridad económica
Subraya la mejoría de los datos macroeconómicos, pero admite que “todavía persisten algunos riesgos e incertidumbres de naturaleza financiera”, como las pruebas de resistencia a las que se someterán este año las entidades de crédito o la retirada de estímulos de la reserva estadounidense. Especial mención merece Gibraltar, al que incluye entre los paraísos fiscales y del que dice que “mantiene los privilegios de su sector offshore mediante cambios normativos que solo aparentan la eliminación de los regímenes [tributarios] objeto de condena internacional”.
Inmigración irregular
El documento subraya que “las diferentes modalidades de presión migratoria a la que están sometidos [...] está abriendo una brecha entre los países del sur y del norte” de Europa. Aunque reconoce que el flujo de inmigrantes a las costas españolas se redujo el año pasado en un 15% y que la llegada a Canarias “se mantiene en un nivel muy bajo”, agrega que “la situación más preocupante” se da en Ceuta y Melilla, con un incremento del 48,5% respecto a 2012. Advierte, además, que “el recrudecimiento de la actividad de las redes de tráfico de personas en Marruecos podría acabar erosionando” la actual colaboración del vecino del sur, que califica de “magnífica”.
Rusia no está, a Cataluña ni se la espera
A la hora de señalar riesgos y amenazas, tan importante es lo que se dice como lo que se calla. Aunque la OTAN se propone adaptar su estrategia al renacido expansionismo ruso y España ha ofrecido medios militares para dar garantías de seguridad a los aliados del Este de Europa, en el informe no hay una sola alusión a Rusia. Aunque el documento se refiere al año 2013, incluye referencias posteriores “para asegurar la relevancia de la información en el momento de su presentación formal”, como explica en su introducción; y el Consejo de Seguridad Nacional lo aprobó el 25 de abril, más de un mes después de que Putin decretase la anexión de Crimea. Lo cierto es que no es Rusia donde España ve amenazada su seguridad, sino en África Occidental, el Sahel o el Golfo de Guinea, escenario potencial de “nuevas crisis debido a la fragilidad de las estructuras estatales, las tensiones tribales, étnicas o religiosas, la corrupción, la proliferación de tráficos ilícitos y el subdesarrollo”. O en Libia, que tras la desaparición del régimen de Gadafi “se enfrenta al riesgo de convertirse en refugio y campo de acción de redes terroristas”.
El informe tampoco menciona el reto soberanista de Cataluña —pese a que amenaza el principio de unidad territorial del Estado—, y ello porque, en opinión del Gobierno, “no es un problema de seguridad nacional, sino político”.
Más ausencias. No se habla de la creación de un sistema de inteligencia económica, por cuyo control pugnaron varios ministerios. Se ha impuesto la tesis de que el foro para debatir los riesgos para la estabilidad económica no es otro que la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, que preside Rajoy. Por el mismo motivo —evitar querellas inútiles, primar la eficacia— se ha dejado en el cajón la nueva Ley de Seguridad Nacional. Ya no es una prioridad, aunque la Estrategia de Seguridad Nacional de 2013 daba seis meses para elaborarla.
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