La ONU integra Las Palmas en su red para responder a hambrunas y catástrofes
El depósito logístico canario llevará ayuda de emergencia a África en un máximo de 48 horas
En la guerra fría, EE UU preposicionó en Europa grandes cantidades de repuestos, munición y combustible para equipar a los refuerzos que llegarían del otro lado del Atlántico para frenar a los tanques soviéticos. En la guerra contra el hambre, el Programa Mundial de Alimentos (PAM) de Naciones Unidas ha preposicionado material humanitario (kits higiénicos, alimentos nutritivos, sanitarios, mantas o tiendas de campaña) en depósitos distribuidos estratégicamente por todo el mundo. En ambos casos, la rapidez de la respuesta es la clave. Se trata de que, ante una emergencia (un conflicto bélico o una catástrofe natural), la ayuda llegue a los damnificados en un máximo de 48 horas.
El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, y la directora ejecutiva del PAM, la estadounidense Ertharin Cousin, han formalizado hoy martes la integración de Las Palmas de Gran Canaria en la red de bases de respuesta humanitaria de la ONU (UNHRD), que incluye instalaciones en Brindisi (Italia), Accra (Ghana), Dubai (Emiratos Árabes Unidos), Panamá y Malasia. Las instalaciones logísticas del puerto de Las Palmas disponen 1.700 metros cuadrados de espacio cubierto y otros 4.400 al aire libre, así como una zona refrigerada de 60 metros cuadrados para medicamentos. La red UNHDR trabaja con 59 agencias gubernamentales u ONG; entre ellas, las españolas Acción Contra el Hambre e Intermón Oxfam. En el depósito de Las Palmas se almacenan ya cientos de sacos de cereales o cajas de aceite vitaminado, la mayoría con el emblema de la USAID estadounidense.
El objetivo es atender desde Canarias cualquier emergencia que se produzca en el África Occidental, reempaquetando la ayuda para hacerla más manejable y despachándola en barcos de menor tonelaje, que puedan atracar en los puertos africanos. En el Sahel hay 20 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria y hasta un 10% son menores de cinco años con desnutrición aguda. Se espera que la situación se agrave tras el verano, cuando se acuse en las cosechas el impacto del fenómeno meteorológico El Niño.
En el último año y medio han pasado por las base de Las Palmas, que Cruz Roja puso en marcha hace ya una década, 75.000 toneladas de alimentos, pero en caso de necesidad podrían llegar hasta 300.000, sin contar 800 toneladas de material no perecedero. Se trata solo de frenar el primer impacto pues, mejor que inundar los mercados africanos con productos foráneos que hunden los mercados locales, es repartir bonos para comprar los productos a sus propios agricultores, según el director de la Oficina de Acción Humanitaria, Manuel Sánchez Montero.
Pese al recorte de la cooperación al desarrollo, que se ha reducido en un 70% en los últimos años, Exteriores mantiene un acuerdo de colaboración estratégica con el PMA, la mayor organización humanitaria del mundo, con 13.500 funcionarios, que distribuye alimentos a unos 80 millones de personas más de 75 países. La aportación española ascendió el año pasado a 4,5 millones, de los que 250.000 euros se destinan a mantener la base logística.
Margallo ha aprovechado la inauguración oficial de la base logística de Las Palmas para hacer campaña por la candidatura española al Consejo de Seguridad de la ONU. En el avión desde Madrid se ha traído no solo a los ministros de Industria, José Manuel Soria, y Fomento, Ana Pastor —de la que depende el puerto de Las Palmas— sino también al embajador de Italia, que alberga la otra base europea del PMA, y a 16 africanos, a quienes ha prometido que, si España sale elegida en la votación que se celebrará en octubre en la Asamblea General, será “el mejor abogado” de los intereses de África en la ONU.
La guerra contra el hambre es, también, la guerra contra la guerra. Los conflictos civiles en Mali, Sudán del Sur o República Centroafricana han provocado el desplazamiento de millones de personas y el abandono de las cosechas, agudizando la hambruna. “Por puro egoísmo, por nuestra propia seguridad, no podemos quedarnos indiferentes. La crisis económica nos ha obligado a restricciones sin precedentes, pero estoy seguro de que este gobierno hará el máximo esfuerzo para destinar más recursos a la ayuda humanitaria”, ha prometido Margallo.
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