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Asesores constituyentes

Juristas y politólogos españoles colaboraron con el Ejecutivo bolivariano de Venezuela

Ya han probado en América Latina sus teorías sobre la activación del “poder constituyente” y desde hace unos años se han planteado replicar la experiencia en casa, como salida a la crisis que atraviesan España. Los juristas y politólogos españoles que desde hace casi tres lustros han asesorado a las Asambleas Constituyentes y a los Gobiernos de Venezuela, Ecuador y Bolivia son ahora el músculo intelectual de Podemos, el partido que en pocos meses logró convertirse en la cuarta fuerza política en las elecciones europeas del 25 de mayo.

Al menos dos de los dirigentes de Podemos que participaron en la campaña del eurodiputado Pablo Iglesias —su jefe de campaña, Íñigo Errejón, y su jefe de programa y estrategia, el politólogo Juan Carlos Monedero— han mantenido una estrecha relación con el chavismo. Algunos de ellos también forman parte del Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS) de Valencia, que ha brindado asesoría jurídica y política a los Gobiernos de Venezuela, Ecuador, Bolivia, El Salvador y Paraguay y que, según sus principios, apuesta “por el poder constituyente como capacidad democratizadora de avance histórico de las mayorías sociales”.

Errejón es doctor en Ciencias Políticas y de la Administración e investigador del Grupo de Investigación Social XXI, una firma de encuestas fundada por varios exministros de Hugo Chávez para brindar información sobre Venezuela. También forma parte del Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPs) junto con los juristas Roberto Viciano y Rubén Martínez Dalmau de la Universidad de Valencia, teóricos del “nuevo constitucionalismo latinoamericano” que prendió en Venezuela y que aspira a extenderse en España.

Martínez Dalmau lo explicaba en un vídeo difundido en 2012, en la víspera de la conmemoración del bicentenario de la promulgación de La Pepa: “Una revolución democrática significa activar el poder constituyente. Es decir, que el pueblo, que es donde reside el poder originario, sea capaz de activarse como poder constituyente, acabar con lo dado, acabar con lo constituido y empezar con una cosa nueva, empezar con otro tipo de poder constituido”. Martínez Dalmau señalaba que el 15-M era expresión de esa necesidad de cambio, que vincula con una revolución democrática.

“Al menos en Venezuela, la idea original de llamar a una constituyente para refundar el Estado es de Chávez. Y Viciano y Martínez Dalmau dieron cierto apoyo y mucha asesoría. Llegaron a Caracas en 1999, en pleno debate constituyente y no fueron los ideólogos del proceso, pero sí aportaron muchas ideas que fueron incluidas en la Constitución”, afirma a EL PAÍS un abogado venezolano que trabajó con ambos durante la Asamblea Nacional Constituyente.

Una vez vencido el mandato constituyente, los catedráticos de la Universidad de Valencia se convirtieron en asesores de la bancada chavista que aún domina el poder legislativo venezolano y en 2007, aconsejaron a Hugo Chávez cuando intentó llevar adelante un primer intento de reforma constitucional, que fue negada en un referéndum.

La relación de Juan Carlos Monedero con Venezuela y el socialismo del siglo XXI comenzó, según su propio relato, a finales de 2002: cuando conoció a Chávez en España, meses después del golpe de Estado que lo derrocó durante 48 horas. Los presentó Gladys Gutiérrez Alvarado, entonces cónsul de Venezuela en Madrid y actual presidenta del Tribunal Supremo de Justicia venezolano. “Cuando vi a los enemigos de Chávez dije ‘este hombre debe ser interesante, porque tiene como enemigos Estados Unidos, el Vaticano, la patronal y a la oligarquía de su país”, ha comentado Monedero sobre su primera impresión de Chávez, a quien brindó su apoyo inmediato. Unos años después, en 2007, Monedero se convirtió en uno de los principales gurús del Centro Internacional Miranda (CIM): un organismo adscrito al Ministerio de Educación Superior de Venezuela y fundado con el objetivo de “propiciar el pensamiento sobre la revolución bolivariana”. A mediados de 2009, Monedero cayó brevemente en desgracia por criticar el “hiperliderazgo” de Chávez y el clientelismo del partido gobernante

Pero el desencuentro fue temporal. Ya enfermo del cáncer que le causó la muerte en marzo de 2013, Chávez le concedió a Monedero que tal vez tenía razón: que debía aprender a delegar responsabilidades, por el bien y la supervivencia de la revolución más allá de él. Superada la diferencia y fallecido el comandante, Juan Carlos Monedero hoy se jacta de mantener las mejores relaciones con el presidente Nicolás Maduro.

“Nicolás es una persona que, al igual que el comandante, lee, respeta el pensamiento y es muy práctico, pero también contrasta sus decisiones con los elementos teóricos. Eso lleva a que a veces piense que los prácticos tienen razón y otras que sean los teóricos”, comentó en una entrevista con el diario caraqueño El Nacional, publicada cuatro días antes de las elecciones presidenciales que ganó Maduro, el 10 de abril de 2013. Según Monedero, el chavismo estaba entonces evolucionando del hiperliderazgo a una “dirección coral” encabezada por Maduro, digno sucesor en el poder.

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