El Consejo Fiscal se fractura al votar el informe que apoya la ley del aborto

El Consejo Fiscal se ha fracturado hoy en el debate del informe sobre la futura ley del aborto que impulsa el Gobierno para sustituir la vigente normativa de plazos por una de supuestos entre los que no se incluye el de malformación fetal.

El informe final, que suaviza en parte el texto del borrador, salió adelante con el apoyo de ocho de los 12 fiscales que forman el consejo (los seis de la asociación conservadora más el del fiscal general del Estado y el del teniente fiscal). Los tres representantes de la Unión Progresista de Fiscales (Sofía Puente, Fernando Rodríguez Rey y Eduardo Esteban) y el fiscal jefe de la Inspección anunciaron votos particulares a un texto que será remitido al Gobierno en los próximos días.

Los conservadores avalan la mayoría del texto del Ejecutivo y tan solo proponían que en el caso de la interrupción voluntaria de menores sin autorización paterna no fuera necesario acudir a juicio, y que se introdujera algún tipo de penalización en forma de multa para las mujeres que decidieran abortar sin cumplir las condiciones que estableciera la normativa para hacerlo.

Otro organismo al que el Gobierno pidió un informe sobre la reforma del aborto, el Comité de Bioética, ha publicado este martes su dictamen. El documento avala la nueva ley pero advierte de que solo podrá dar los resultados que se esperan —reducción en el número de abortos— si se elabora y pone en marcha “una política explícita de apoyo a la maternidad”, por lo que recomienda revisar la cartera de servicios para ayudar sobre todo a mujeres en circunstancias extremas.

El informe fue aprobado con siete votos a favor y cinco en contra. Los miembros discrepantes reclamaron que la malformación fetal se añada como tercer supuesto para poder abortar.

El Comité de Bioética está formado por 12 consejeros nombrados por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y por el Gobierno. En sus últimas renovaciones, en octubre de 2012 y enero de 2014, logró una mayoría de miembros conservadores: siete de ellos se habían manifestado en contra del aborto antes de ser nombrados.