Rubalcaba se despedirá reivindicando su papel en las primarias abiertas
El secretario general pedirá a su sucesor que active la elección del candidato a las generales
No quiere irse el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, con el reproche de que al convocar un congreso para sustituirle abortó la celebración de elecciones primarias para elegir al candidato a la presidencia del Gobierno. Esta última era su “obra más querida”, señalan en su entorno, por lo que su última palabra de despedida, en el congreso de julio, será la de encomendar al nuevo secretario general que las convoque. Hoy defenderá tanto el congreso abierto (con participación directa de los militantes) como las primarias en la reunión de la comisión ejecutiva federal, que se reunirá una semana después de la derrota severa de los socialistas en las elecciones europeas, desencadenante de un maremoto interno.
Ha sido una semana de acontecimientos que desembocarán hoy en la convocatoria formal del congreso del mes de julio y las normas para elegir al secretario general. En medio ha habido movimientos intensos en pro del voto directo de toda la militancia, muchas reuniones, fuego cruzado y acusaciones soterradas de pactos —unas veces para frenar a Susana Díaz, presidenta de Andalucía, y otras para cerrar el camino a Eduardo Madina y a Carmen Chacón, por separado—.
Por convicción o por necesidad para no quedar mal ante los militantes, todos se apuntan ya al congreso abierto, que tendrá dos tiempos para no vulnerar los estatutos. Primero votarán los 200.000 militantes, en una consulta no vinculante, y después se celebrará el congreso a la manera tradicional, con los delegados. Nadie duda de que el mandato de los militantes será palabra sagrada para los delegados.
Pero todavía hoy el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, tiene en su mano la conducción de este proceso. Con su intervención de hoy ante la ejecutiva pretenderá dejar claro que no está en ninguna maniobra y que al dimitir pero quedarse hasta que salga el siguiente solo pretendía cumplir con su responsabilidad de asumir todo el coste de la derrota electoral. En su cuenta de Facebook hizo ayer una auténtica declaración política: insiste en que decidió asumir la responsabilidad política de la derrota y convocar un congreso extraordinario. La primera fase es la presentación que hará a la ejecutiva del reglamento para ese congreso, pero a continuación invoca las primarias.
“La dirección que salga del congreso de julio será la encargada de convocar las primarias abiertas para elegir al candidato a las próximas elecciones generales”, señala Rubalcaba. Ambos procesos, congreso y primarias, tendrán en común “el aumento de la participación, para que en dos decisiones trascendentales se implique el mayor número de personas”. Esa es la forma, a su juicio, de “mejorar la calidad de la democracia en el seno del partido”. Concluye: “Ese fue el objetivo que me propuse cuando llegué a la secretaría general del partido”.
Todas las palabras de Rubalcaba están medidas, quizá porque, aunque no se lo han dicho directamente, sí le debe constar los reproches que le han hecho algunos de sus compañeros. Por un lado, quienes creen que debería haber dimitido de inmediato y que una gestora se hiciera cargo del partido hasta el congreso. Por otro, los que apostaban por celebrar ya las primarias para elegir al candidato electoral, como Eduardo Madina y Carme Chacón.
Una vez clarificados los pasos hasta el congreso, el protagonismo pasa a los posibles candidatos a la secretaría general. Ahora tienen la palabra Susana Díaz, Eduardo Madina y Carme Chacón. El profesor y exdiputado de Izquierda Socialista José Antonio Pérez Tapias ya han dado el sí. El diputado madrileño Pedro Sánchez está a punto de hacerlo.
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