Un exdiputado de CiU: “Nos gritaron ‘sois convergentes y os vamos a matar”
Los diputados acosados en el asedio al Parlamento catalán declaran en la Audiencia Nacional “Sentí miedo. Me sentí intimidada”, afirma Ana Isabel Marcos, de CiU
Josep María Llop, exdiputado ciego de CiU en el Parlamento catalán, se agarró el 15 de junio de 2011 al brazo del también parlamentario Jordi Turull y emprendió camino de la Asamblea. Con la otra mano sujetaba el arnés de su perro-guía. “Me dije: coraje, ningún miedo, valor y fuerza”, ha explicado el político este miércoles ante la Audiencia Nacional, donde ha rememorado los incidentes ocurridos en el asedio a la Cámara, cuando un millar de personas se concentró ante el hemiciclo para protestar contra los recortes e impedir la entrada de los representantes públicos. Cuando Llop llegó a la altura de los manifestantes, ha añadido, empezaron las amenazas: “Una chica nos dijo: 'Sois convergentes y os vamos a matar'”.
Como él, otros siete diputados han testificado en la tercera sesión del juicio contra los 20 procesados —uno se encuentra huido— por el cerco al Parlamento. Seis de ellos han detallado los “insultos”, “escupitajos”, “zancadillas” y “golpes” que recibieron aquella jornada. “Sentí miedo. Me sentí intimidada”, ha apuntado Ana Isabel Marcos (CiU), la más contundente, que llegó a las proximidades de la Asamblea a pie y acompañada por otras dos parlamentarias. “Ellas salieron corriendo porque, hacia nosotras, venía gente con una actitud bastante agresiva”.
La convergente ha relatado que los manifestantes la alcanzaron aquel día, cuando se iba a debatir y votar en la Cámara las enmiendas a los presupuestos autonómicos. “Lanzaron bolsas de basura, botellas y me tiraron una sustancia líquida encima. Y un hombre se acercó y me dijo 'Toca sesión de fotografía. Sonríe', mientras me hacía fotos. Yo le pedía auxilio a la cara y no me ayudaba”, ha añadido la parlamentaria, que requirió después atención médica y tratamiento farmacológico con ansiolíticos; según consta en el escrito de acusación del Ministerio Público. “Estuve casi un mes con medicación. Calculo que tardé seis u ocho meses en superar los incidentes”, ha remachado Marcos.
La palabra “miedo” ha sido una de las más repetidas en la Audiencia Nacional. También la han utilizado Llop y Gerard Figueras (CiU). “Nos acorralaron en un portal. Antes noté que alguien tiraba del arnés de mi perro guía", ha subrayado el primero, que ha calificado los incidentes como una “pesadilla” y “mal sueño”. El segundo, después, ha resaltado que le escupieron en la cara y que, durante los forcejeos, le robaron un pequeño bolso personal que llevaba. “Me sentí coaccionado”, ha insistido.
Más comedidos, en cambio, se han mostrado Antoni Fernández Teixidó (CiU) y Montserrat Tura (PSC). A esta última, el 15 de junio la “insultaron”, “empujaron” y “escupieron”; además de pintarle una cruz con espray negro en la parte posterior de la gabardina. “Para mí, la palabra exacta no sería miedo, más bien coacción”, ha recalcado la socialista, que ha declarado en catalán y castellano por la traducción “poco afinada”. En esa línea también se ha manifestado Joan Boada (CV-EUiA): “Peligro no sentí, pero tranquilidad tampoco”. Por su parte, Alfons López Tena (Solidaritat Catalana) —al que “zancadillearon” y “arrojaron botellas vacías de agua”— ha desdramatizado un poco los altercados que vivió, aunque ha destacado que se sintió coaccionado. Y Salvador Milà ha recalcado que él no sufrió ningún enfrentamiento con los concentrados (CV-EUiA).
En esta tercera sesión, que se ha prolongado durante casi seis horas, la sección primera de la Sala de lo Penal ha vuelto a llenarse de público. Y, aunque la jornada ha transcurrido sin incidentes, el juez Fernando Grande Marlaska ha tenido que llamar al orden porque alguien ha fumado “sustancias estupefacientes” en los lavabos de la Audiencia. Desde las diez de la mañana, los diputados han ido compareciendo. Los representantes de CiU y del PSC lo han hecho por videoconferencia, desde el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Allí, una treintena de personas se ha concentrado y ha increpado a Montserrat Tura y ha mostrado su apoyo a los procesados con gritos como “Barcelona limpia, políticos a la mierda” y “Yo también estaba en el Parlament”; según ha informado Europa Press.
La fiscalía acusa a los 20 procesados de un delito contra las altas instituciones del Estado y atentado a la autoridad por “agredir”, “insultar” y “golpear” a los diputados. Por ello, pide la imposición de una pena de cinco años y seis meses de cárcel. Una solicitud que el sindicato Manos Limpias, personado como acusación particular, eleva hasta los ocho años, al imputarles también “asociación ilícita”. Los abogados de la Generalitat y el Parlamento catalán, por su parte, exigen tres años de prisión.
El juicio, que arrancó el lunes —cuando se negaron a declarar los 19 acusados que se sientan en el banquillo—, continuará este jueves. Para esta cuarta sesión se prevé la declaración del propio presidente de la Generalitat Artur Mas, que el 15 de junio se dirigía al Parlamento cuando los manifestantes se abalanzaron sobre su vehículo, obligándolo a retroceder y a subirse a las vías del tranvía. Según la fiscalía, varios de los acusados golpearon entonces su automóvil. “Yo pensé, ahora van a volcar el coche”, ha recalcado este miércoles Llop. Tras los primeros incidentes que vivió cuando iba a pie, el convergente intentó entrar sin éxito a la Cámara en el vehículo presidencial. Ese día, hasta 30 diputados tuvieron que acceder en helicóptero al hemiciclo.
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