Margallo emplaza a Mas a dialogar renunciando a lo imposible

El Gobierno se siente reforzado por la reciente sentencia del Tribunal Constitucional que anula la declaración soberanista del Parlamento catalán y por la resolución de la Asamblea General de la ONU que ha declarado ilegal el referéndum de Crimea. Desde esta posición está dispuesto a hablar con el presidente catalán, Artur Mas, pero solo de aquellos temas que caben en la Constitución (es decir, el sistema de financiación, las inversiones del Estado en Cataluña o la lengua), pero no del referéndum y mucho menos de la independencia.

Así lo ha dejado claro el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, en la rueda de prensa con la que ha culminado la gira que le ha llevado esta semana por tres países del sudeste asiático (Filipinas, Vietnam y Malasia). Preguntado por las consecuencias que debe sacar Mas de estos dos hechos, ha contestado: “A todos, al Gobierno de España y a la Generalitat, nos interesa que Cataluña y los catalanes no sufran en absoluto, que no sufran un accidente de consecuencias irreversibles [en alusión al referéndum que se pretende celebrar el 9 de noviembre]. Sería bueno”, ha proseguido, “que intentáramos buscar el diálogo dentro de lo que es posible, porque el eslogan del 68 [sé realista, pide lo imposible] está bien para ponerlo en una pared, pero no es lo más apropiado para hacer política”.

Para Margallo, ni la sentencia del Constitucional ni la resolución de la ONU admiten interpretaciones. “Ambas son claras, uno no interpreta la realidad, lo que uno puede hacer es negarla”. Y negar la realidad es, a su juicio, no tomar nota de que Naciones Unidas ha declarado que “el referéndum de Crimea no tiene validez alguna y no produce consecuencias jurídicas a efectos internacionales”, porque contraviene la legislación ucraniana. ”Y esa reflexión es válida”, ha advertido, “para cualquier referéndum que no esté amparado por la Constitución de un país”, como también se aprobó en el Consejo Europeo.

En el caso de España, ha añadido, la sentencia del Constitucional ha despejado cualquier duda al dejar sentado que un referéndum de autodeterminación de una parte del territorio violaría la Constitución. La conclusión es que una Cataluña independiente se encontraría con el vacío de la comunidad internacional, como él viene advirtiendo hace tiempo.