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Los socialistas navarros buscan tiempo para convencer a Rubalcaba

El PSN inicia mañana una ronda de contactos sin Bildu que cuenta con el aval de Ferraz

El secretario de Organización del PSN, Santos Cerdán (centro) el sábado.
El secretario de Organización del PSN, Santos Cerdán (centro) el sábado.EFE

La contundencia con la que, hace 3 semanas, anunció el líder del PSN, Roberto Jiménez que o la presidenta navarra, Yolanda Barcina (UPN) se iba o “en quince días” la echarían los socialistas contrasta con la prudencia con la que se expresan este lunes los portavoces socialistas. El concepto de moción de censura no apareció en el texto que enviaron como conclusión de la reunión de la ejecutiva regional el pasado sábado en el que anuncian una ronda de contactos para “explorar y, en su caso, articular los mecanismos necesarios para que la ciudadanía pueda expresarse libremente”.

Sin embargo, la salida forzosa de la presidenta sí estuvo encima de la mesa y en el ánimo de la dirección del PSN. Pese a que su secretario general salió el sábado de la Casa del Pueblo de Pamplona sin responder preguntas, sí lo hizo la parlamentaria Maite Esporrín, que respondió con un claro “sí” a la pregunta de si habían aprobado la presentación de una moción de censura. Poco después fue desmentida su declaración por parte del secretario de Organización, Santos Cerdán, que se remitió al comunicado oficial, que cuenta con la bendición de la dirección federal del PSOE.

El mecanismo de la moción de censura es el único que queda encima de la mesa de los partidos de la oposición a UPN para convocar elecciones anticipadas, un año antes del final de la legislatura. Yolanda Barcina se resiste a ser ella quien dimita o convoque los comicios porque está convencida de que la comisión de investigación creada en el Parlamento sobre la Hacienda Foral ha demostrado que “no hubo ni ilegalidades ni corrupción” en el comportamiento de su consejera de Economía, Lourdes Goicoechea.

El dictamen final de la comisión de investigación concluyó que Goicoechea trató, infructuosamente, de lograr “tratos de favor a empresas” por parte de Hacienda y califica los hechos de “corrupción según la cuarta acepción del diccionario de la RAE”. Componentes de la comisión de investigación señalan que fue el PSN quien insistió en incluir esta definición del diccionario en el dictamen.

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No obstante, todos insisten en que el objetivo que buscan es promover la salida de Barcina y la convocatoria de elecciones, aunque empiezan a reconocer que la estrategia socialista ha fallado por la sensación de que el caso Hacienda era mucho más grave. Este lunes el portavoz de Geroa Bai, Manu Aierdi, vinculaba la moción censura a la constatación de un gobierno “en minoría, sin fuerza y sin credibilidad que a términos como corrupción”.

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Miembros del PSN reconocen también que la expectativa se sobredimensionó con el caso investigado y señalan que “las elecciones son un imperativo democrático ante el bloqueo institucional” que provocó la minoría en la que Barcina se quedó tras expulsar a los socialistas de su gobierno hace 2 años. Miembros de la dirección socialista confiesan que la presidenta tirase la toalla y fuera ella quien disolviera el Parlamento ante el complicado panorama que se le presentaría de sobrevivir políticamente a esta última crisis, con 14 meses de legislatura por delante.

Roberto Jiménez apostó al retar a Barcina el 12 de febrero por un “gobierno de auditoría para poner el contador a cero” y no dudó en que sería él el candidato a presidirlo por ser el número uno del primer partido de la oposición. Sin embargo, una de las opciones barajadas este pasado fin de semana era la de llevar a la presidencia de ese ejecutivo de trámite hasta el 25 de mayo a un miembro de IU para evitar la imagen de un socialista presidente con los votos de Bildu. Idea que no han ofrecido a IU todavía pero que su coordinador, Jose Miguel Nuin, rechaza al considerar que es el PSN quien debe aclarar de una vez su postura.

Será el jueves cuando la dirección que encabeza Roberto Jiménez plantee su postura final a un comité regional favorable al voto de censura. Lo hará tras una ronda de contactos en la que ha excluido a Bildu, que cuenta con 7 parlamentarios necesarios para sumar los 26 que necesita la moción de censura. Sí llamará a Aralar, socio del grupo excluido en EHBildu, que ha anunciado que acudirá pese a rechazar el diálogo “con condiciones” abierto por el PSN.

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