Sepúlveda, un mundo de fantasía de globos y jaguares
El exmarido de Ana Mato y exalcalde de Pozuelo, un antiguo amigo de Francisco Correa
Una amistad antigua, la de Francisco Correa con Jesús Sepúlveda. Se conocieron, si no antes, en 1993, cuando el primero aterrizó en Génova. Sepúlveda ya era entonces responsable electoral del PP. Militante del partido desde 10 años antes, se había casado con otra joven promesa de la derecha, Ana Mato. A ambos se los había llevado José María Aznar a su aventura castellana. Así que pertenecía a aquel cogollo de jóvenes bendecidos por la cercanía al nuevo jefe, que a su vuelta a Génova mandaba que se las pelaba. Correa y Sepúlveda, en apariencia agua y aceite, se hicieron amigos y colegas. Todos los actos del partido los preparaba uno y el otro simplemente los contrataba: Correa nunca ha tenido ni un martillo en sus decenas de empresas.
Nada decimos de las comisiones, pero sí lo hace el juez Pablo Ruz en un auto del 19 de febrero de 2013. Se especifica -y se detalla- en el auto que Sepúlveda cobró más de 560.000 euros de la Gürtel. Señala, también, que más de la mitad, 312.000, corresponden a pagos entre los años 1998 y 2003 -hay anteriores-, cuando Sepúlveda era responsable de los actos electorales del PP y su entonces esposa, la actual ministra de Sanidad, Ana Mato, era responsable del área de Participación y Acción sectorial. Así que cuando Aznar sitúa a su íntimo colaborador como alcalde en el pueblo en el que él mismo iba a vivir, en las elecciones de 2003, Correa supo que ya tenía otra muesca que sumar en el revólver: Pozuelo, 80.000 habitantes, buen poder adquisitivo. Por cierto que Sepúlveda decidió irse a vivir a la Finca, ese reducto donde viven los grandes, como Cristiano Ronaldo, pero también Francisco Correa. Muy cerquita del alcalde y con el mismo tipo de adosado. 6.000 euros al mes de alquiler. Si se suman coches de lujo, el colegio -carísimo- de los cuatro hijos, y un tren de vida no especialmente austero, se hace difícil cuadrar el total con el modesto sueldo de alcalde.
Volvamos a Ruz: entre febrero de 2002 y finales de 2004, la relación se regulariza, como buen jefe y fiel empleado: cantidades "con periodicidad mensual" entre 8.000 y 24.000 euros, hasta los 256.259 euros. Y como uno es alcalde, también habrá que meter algo referente a obras. Y así se hizo: otros 200.000 euros por comisiones "vinculadas con adjudicaciones irregulares efectuadas en el Ayuntamiento de Pozuelo, tanto de obra pública como de eventos, concedidas, entre otras, a la mercantil Easy Concept [firma de la trama del cabecilla Francisco Correa]; y en el caso de obras, la adjudicación del proyecto de remodelación del camino de las Huertas a la firma Constructora Hispánica por dos millones de euros, por la que la organización del señor Correa habría percibido 50.000 euros". Recordarán esta empresa, y al dueño, Alfonso García Pozuelo, quienes hayan seguido la serie. El total de las adjudicaciones a la red por parte de Sepúlveda durante su mandato como alcalde de Pozuelo fue de 5,2 millones de euros, según otro informe de la Intervención General del Estado de mayo de 2013.
Dos apuntes más. El primero, los regalos. Por ejemplo, viajes. Elegimos la mitad de un viaje a Eurodisney de la hoy ministra Mato que Correa pagó con su propia tarjeta. También aparecen otras anotaciones de un viaje a Dublín con sus hijas y otros billetes a Tenerife o Suiza. Sepúlveda viajó más veces y a hoteles de lujo, hasta culminar con una fantástica escapada a Laponia, acompañado de Luis Bárcenas y el mismísimo Francisco Correa. La fecha es interesante: diciembre de 1996. La amistad, como ven, viene de tiempo atrás. Son muy sabidos los regalos del Jaguar y del Land Rover, que Ana Mato veía con tanta naturalidad en el garaje del adosadito de La Finca. Correa también se apuntó el gasto de los globos de las fiestas de los niños o el convite de la Primera Comunión de una de las niñas. Así lo declararon ante Ruz los empresarios correspondientes. Sepúlveda, por fin, dimite tras el auto de febrero de 2009 del juez Garzón. No hay problema. Llama a Rajoy a Génova y allí se queda bien remunerado hasta 2013, cuando el PP le recompensa con largueza sus muchos méritos con una sustanciosa indemnización por despido: 229.000 euros.
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