La tragedia de Ceuta llegó tras dos intentos de entrada fallidos
Inmigrantes acusan a la Guardia Civil de dispararles y los agentes lo niegan
Los subsaharianos, unos 250, intentaron en tres ocasiones atravesar en masa la frontera fortificada de Ceuta. La primera fue una dura refriega sobre la valla, en tierra, en la que los inmigrantes lanzaron palos y piedras —según la Guardia Civil— y los agentes españoles y de la Gendarmería marroquí dispararon pelotas de goma y botes de humo —según ambas partes—. La segunda, consistió en un intento de pasar a la carrera por el paso oficial del Tarajal, abortada con el cierre de portones y líneas policiales. La tercera fue una tragedia: al menos nueve sin papeles (son los cuerpos recuperados) fallecieron ahogados o aplastados cuando se lanzaron al mar para bordear el espigón fronterizo que se adentra desde la playa. Varios inmigrantes dicen que ahí les tiraron pelotas de goma y botes lacrimógenos. El instituto armado lo niega.
Primer intento. Los inmigrantes (400 según las ONG, pero 250 según el Gobierno) bajan de las lomas del Auyal, en Marruecos, sobre las 5.45. Van al paso del Biutz, al viejo puente del Tarajal, junto al camino del arroyo de las Bombas. A la carrera, abordan la valla fronteriza. Son más de las siete de la mañana. El choque es “muy violento”, admiten ambas partes. Hay profusión de pelotas de goma, gases, material antidisturbios. Los subsaharianos retroceden.
Segundo intento. A la carrera, llegan al paso del Tarajal, cerca de las ocho de la mañana. Hora punta en la frontera. Las fuerzas de seguridad están advertidas. La frontera se cierra durante media hora. Hay refriegas aisladas, sobre todo por parte de las fuerzas marroquíes, que emplean a fondo sus porras. Ningún inmigrante pasa a España. El grupo de subsaharianos cambia de objetivo. Va al mar.
La tragedia. El grupo accede en masa a la playa, aún en el lado marroquí. Intentan vadear el espigón fronterizo, reforzado con una valla. Los relatos de los inmigrantes hablan de disparos de la Guardia Civil a flotadores para hundirlos, pelotas de goma, gases lacrimógenos. El instituto armado lo niega taxativamente. No hay testimonios independientes. Nueve cadáveres fueron rescatados durante el día. Los rescatadores sospechan que puede haber más.
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