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El PP encaja un acto con las víctimas de ETA en la convención antisoberanista

Mari Mar Blanco advierte que no vende al PP la memoria de su hermano Camacho sostiene que la convención aborda el tema de la banda igual que otros asuntos

María del Mar Blanco, en la convención catalana.
María del Mar Blanco, en la convención catalana.Albert Gea

La dirección del PP ha encajado un acto con las víctimas de ETA en una convención centrada, en principio, en desmontar los argumentos soberanistas de Artur Mas. En un momento de máxima tensión con algunos sectores de afectados, Mari Mar Blanco, hermana del edil asesinado por la banda, ha sido la encargada de defender la hoja de ruta antiterrorista del Gobierno de Mariano Rajoy.

La presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, que pertenece al Comité Ejecutivo Nacional del PP, ha asegurado, en cualquier caso, que no pretende vender la memoria de nadie. "Yo no me vendo al PP porque la memoria de mi hermano y de todas las víctimas no se vende a ningún partido". Con estas palabras, Blanco ha querido contestar a las críticas del sector duro del partido un día después de que escenificara ante la tumba de Gegorio Ordóñez la pugna con la cúpula del PP vasco.

Blanco ha replicardo a las críticas que ha recibido del sector duro del PP vasco

"Ni yo me vendo al PP ni vendo la memoria de todas y cada una de las víctimas", ha enfatizado Blanco tras afirmar que respalda la política del PP frente a las críticas de falta de contundencia que han manifestado algunos asistentes.

El programa de la convención incluye espacios de diálogo sobre las lenguas españolas en el mundo, la eficacia del PP en los gobiernos municipales, la cuestión económica o las relaciones históricas entre Cataluña y el resto de España. La incorporación de un área de debate titulado  Memoria, justicia y dignidad para abordar el fin de ETA chirriaba en un programa enfocado para ensalzar la necesidad de que Cataluña siga en España. “La convención es para reforzar los principios ideológicos de PP”, justificó este lunes Alicia Sánchez-Camacho, que rebatió la posibilidad de recibir críticas por establecer una relación programática entre el terrorismo y el independentismo catalán, que se ha caracterizado por ser pacífico y cívico.

La convención no es solo por el soberanis; es para reforzar los principios ideológicos del PP", justificó Camacho
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Durante el debate, ni el público ni los oradores establecieron vínculos entre ETA y el independentismo aunque la popular, en la inauguración, si que habló de la exclusión social, equiparándolo de alguna forma a la situación vivida en Euskadi, que viven los catalanes que no se sienten independentistas. El espacio fue presentado por Alberto Fernández Díaz, expresidente del PP catalán y concejal del Ayuntamiento de Barcelona. El edil, que fue objetivo de ETA en los años 90, resaltó la necesidad de que el Estado de Derecho se mantenga impasible ante ETA y lamentó la escasa implicación de la ciudad de Barcelona en la lucha en contra del terrorismo. “Hace tres años, aún se hacían brindis por los presos el barrio de Gràcia. Y se miraba hacia otro lado. No era infrecuente”, ha recordado, “encontrar stands en los que se veían fotos de miembros del Comando Barcelona. Vamos a perseverar para que Barcelona se sume a toda España a la condena de ETA”. El foro ha contado con la presencia de Santos Santamaría, expresidente de la Asociación de Víctimas de Organizaciones Terroristas, y padre del mosso del mismo nombre que murió en un atentado a manos de ETA. “Hay cierta insensibilidad de las instituciones catalanes respecto a los temas de terrorismo. Estamos fracasando porque hemos perdido la batalla mediática”, ha dicho.

Historiadores con cuentagotas

Cajas de manzanas del PP de Lleida; fotos de les Illes Medes aportadas por el PP de Girona y un plafón con papelitos donde los populares de Barcelona critican las “pifias” del alcalde Xavier Trias, desde subir la T-10 hasta decir que votaría a si a la independencia. En esa sala temática de la convención, hay un stand también para el colectivo Somatemps (Estamos a tiempo), un grupo de historiadores, intelectuales y empresarios nacido en Manresa (Barcelona) tras la Diada de 2012 y que apuesta por lograr el encaje de Cataluña y España, alejándose tanto de los “separatistas” como de los “separadores”. El PP había anunciado la nutrida presencia de académicos pero, al final, han sido cuatro: entre ellos, Javier Barraycoa, catedrático de sociología de la Abad Oliva, autor de Historias ocultadas del nacionalismo catalán o Cataluña hispana o Josep Ramón Bosch, expulsado del PP en su día y uno de los portavoces de la asociación.

“No es tan fácil venir desde la Cataluña profunda a defender determinadas posiciones”, sostienen conciliadores al unísono Barraycoa y Bosch que coinciden en denunciar la “tensión social”, que no violencia, que se vive ahora. Los dos arremeten contra el reciente simposio España contra Cataluña, en el que participaron una veintena de catedráticos, por “fomentar el odio”. Pese a todo, discrepan profundamente de la estrategia del miedo alimentada por el PP y creen que a los independentistas se les puede ganar “el corazón desde la hispanidad” y no con el miedo. “Estamos aquí para hacer pedagogía”, afirma Bosch, admitiendo su incomodidad. “Pero no se gana a los catalanes viniendo aquí Montoro y diciendo que nos va a salvar o con Margallo amenazando con la expulsión de la UE”.

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