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Urkullu plantea a Rajoy crear un “equipo” que gestione el final de ETA

El “núcleo duro” de ambos Gobiernos redoblaría la presión a la izquierda ‘abertzale’

Luis R. Aizpeolea
Iñigo Urkullu, en el Parlamento vasco el pasado día 17.
Iñigo Urkullu, en el Parlamento vasco el pasado día 17.L. RICO

El Gobierno vasco propone al central de Mariano Rajoy, tras la sentencia del Tribunal de Estrasburgo sobre la doctrina Parot, una coordinación institucional, con la participación de los principales partidos, y la constitución de un “núcleo duro”, un equipo para ordenar los flecos pendientes del final del terrorismo etarra, las cuestiones derivadas de las víctimas del terrorismo y de los presos etarras, según fuentes nacionalistas. Se trata de redoblar la presión sobre ETA y la izquierda abertzale para que ultimen los pasos pendientes, como el desarme y la disolución de la banda; el reconocimiento del injusto daño causado a las víctimas del terrorismo y que sus presos asuman la legalidad penitenciaria. Y que lo hagan de modo unilateral, sin contrapartidas, para completar su cese definitivo declarado el 20 de octubre de 2011.

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También pretende, a su vez, que el Gobierno acompañe los pasos que deben dar ETA y la izquierda abertzale con una flexibilización de la política penitenciaria en el marco de sus competencias y dentro del respeto a la ley y a las víctimas del terrorismo.

La creación de ese “núcleo duro”, según fuentes nacionalistas vascas, debe servir para suavizar “reacciones emocionales” de las asociaciones de víctimas, como las vividas estos días, y para neutralizar el radicalismo político-mediático que trata de explotar interesadamente los sentimientos de las víctimas.

Las mismas fuentes recuerdan cómo en buena parte de las etapas en que el terrorismo etarra estuvo activo funcionó una “sala de máquinas”, un equipo en el que participaban representantes de los Gobiernos central y vasco, así como de los principales partidos, para resolver los problemas que se iban planteando. “Si funcionó cuando ETA atentaba, no tiene sentido que no funcione para ultimar los flecos de su final. No puede seguir actuando cada Gobierno y partido por su cuenta”.

Más allá de la tormenta político-mediática suscitada, la sentencia del Tribunal de Estrasburgo ha roto el bloqueo de la política penitenciaria del Gobierno respecto a los presos etarras. Y lo ha hecho sin ningún proceso de negociación entre el Gobierno y ETA —el último finalizó en mayo de 2007, con José Luis Rodríguez Zapatero en el Gobierno—, sin ninguna implicación del Ejecutivo y con el mero cumplimiento de la ley.

El Ejecutivo vasco cree que el fallo de Estrasburgo facilitará el desarme etarra

El Ejecutivo de Rajoy es víctima de la dinámica político-mediática del radicalismo, de la misma forma que lo fue en su día el Gobierno de Zapatero y de la que se aprovechó entonces el PP. La diferencia es que ahora, con una ETA derrotada, es más fácil hacer pedagogía. “Se trata de limitarse a cumplir la ley, sin medidas excepcionales y sin venganza”, asegura el Gobierno vasco.

Las excarcelaciones de presos etarras que por goteo se produzcan en las próximas semanas serán fruto exclusivo de las decisiones de los tribunales. Las mismas fuentes calculan que, además de la anulación de la aplicación retroactiva de la doctrina Parot, que afectaría a más de un centenar de etarras, si los presos de ETA asumen los requisitos de la ley para acogerse a los beneficios penitenciarios podrían salir excarcelados otros 300 en un plazo no superior a cinco años. Solo un centenar de presos etarras quedarían, tras ese plazo, en las cárceles: aquellos con graves y recientes delitos.

El Ejecutivo vasco cree que son ETA y la izquierda abertzale quienes tienen, ahora, que tomar decisiones. La banda terrorista anunció que respondería a la reclamación de desarme y de asunción de sus presos de la legalidad penitenciaria procedente del Foro Social —compuesto por organizaciones pacifistas nacionales e internacionales— cuando el Tribunal de Estrasburgo se pronunciara sobre la doctrina Parot.

Fuentes del Gobierno vasco creen que la sentencia de Estrasburgo “facilitará la decisión de desarme de ETA”, que supervisará el Comité de Verificación Internacional ante la negativa del Gobierno de Rajoy. En la izquierda abertzale se especula, asimismo, con la publicación de un comunicado de los presos etarras asumiendo la reinserción individual, la legalidad penitenciaria y, con ello, la posibilidad de acogerse a los beneficios penitenciarios (progresiones de grado, semilibertad...) que han venido rechazando.

La decisión del Tribunal de Estrasburgo ha supuesto, asimismo, un “balón de oxígeno” en la creciente presión de ETA y sus presos sobre la izquierda abertzale. Esta se encontraba en las últimas semanas sobrepasada por la banda terrorista, tras el bloqueo de la política penitenciaria cuando ya se habían superado los dos años del cese definitivo de ETA sin que cuajaran las expectativas que entonces crearon de excarcelaciones masivas.

Fuentes nacionalistas confían en que, tras el final de la doctrina Parot, la izquierda abertzale, además de evitar los homenajes públicos a los etarras excarcelados para no ofender a las víctimas del terrorismo, haga un pronunciamiento de reconocimiento del daño injusto que les ha causado.

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