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Llamazares denuncia la “mordaza” que impone la mesa del Congreso

Ofensiva de los grupos contra el PP para que no bloquee las iniciativas parlamentarias Invocan debates durísimos, como la guerra de Irak, sin que la presidencia les quitara la palabra

Anabel Díez

Cuando aún no se han cumplido los dos años de la legislatura en el Congreso, la relación entre los grupos parlamentarios de oposición, principalmente de la izquierda, y la presidencia del Congreso, han entrado en un terreno de hostilidad. No ha sido así en los primeros tiempos, pero la tensión política ha llegado ya a la Mesa del Congreso, en la que se toman decisiones muy en consonancia con el del Grupo Parlamentario Popular, según denuncia la oposición. En la mesa tiene mayoría el PP, en virtud de su predominio en número de diputados. La afabilidad conocida del presidente del Congreso, Jesús Posada, no le ha salvado de la crítica.

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Las quejas, en forma de carta o recurso, han proliferado. El diputado de Izquierda Plural Gaspar Llamazares le ha remitido un escrito en el que expresa su más enérgica protesta por el veto que se producen a las iniciativas suyas y de su grupo, además de la facilidad con la que se llama al orden desde la tribuna para que las intervenciones tomen otros derroteros más acordes con el juicio de la presidencia. Este parlamentario ha comparado la situación de la calle, alrededor del Congreso, donde la policía actúa contra los manifestantes que pretenden acercarse a la institución, con lo que ocurre dentro. “La mesa actúa como una unidad antidisturbios, pero en vez de utilizar las porras, amordaza a los diputados”. En su carta le pide al presidente que le remita “los precedentes” en los que se basa para impedir el debate a los parlamentarios “con continuas llamadas a que se vuelva a la cuestión”.

Este parlamentario asegura que los diputados empezarán a dirigirse personalmente al presidente, o a la mesa, para defender sus derechos. Así lo han hecho ya un centenar de diputados socialistas que individualmente han escrito al presidente del Congreso quejándose de que la mesa rechazara la moción en la que se acusaba “de mentir al Parlamento”, al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sobre su relación con el extesorero del PP, Luis Bárcenas y la de éste con el PP. Actualmente el PSOE e Izquierda Plural están en fase de reescribir esa moción para que la mesa la acepte y si el nuevo texto resulta adecuado a criterio de los miembros del PP del órgano de dirección del Congreso, se le dará el visto bueno.

No solo se quejan del “veto” a sus iniciativas -ayer mismo a todas las comparecencias de presidentes de órganos constitucionales–, sino de “la censura” a los diputados en sus exposiciones, como señala Llamazares sin tapujos. En su carta le pide al presidente que le remita “los precedentes” en los que se basa para impedir el debate a los parlamentarios “con continuas llamadas a que se vuelva a la cuestión”. Aún recuerda los intensos debates en 2003 en torno a la guerra de Irak, en términos muy duros, sin que se les llamada al orden desde la presidencia. “Recuerdo que en uno de esos debates expresé mi convicción de que el presidente José María Aznar estaba vulnerando artículos del Código Penal; la presidencia no me interrumpió”, se refiere Llamazares a Luisa Fernanda Rudi, del PP, ahora presidenta de Aragón.

No obstante, todos los diputados han acatado la decisión de la presidencia de retirarse cuando son expulsados, sin que haya habido ningún problema de falta de respeto al presidente del Congreso. Las máximas situaciones de tensión las ha vivido la vicepresidenta primera, Celia Villalobos, cuando ha sustituido al presidente en la silla presidencial. Pero nunca las aguas se han desbordado. “Nunca como ahora se limitan tanto los derechos de los diputados cuando se está en la tribuna”, dice este diputado que reivindica la facultad del parlamentario para hablar de lo que estime “como ha hecho el en Estados Unidos un senador contando cuentos”.

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En efecto, al más puro estilo de filibusterismo parlamentario el senador republicano Ted Cruz estuvo en la tribuna durante 22 horas para retrasar una votación sobre nuevas subvenciones para los seguros médicos, a lo largo de las cuales narró cuentos infantiles y recorrió toda la filmografía de películas de acción.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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