Todos son sospechosos en San Mateo
La alcaldesa y los ediles de una localidad zaragozana de 3.200 habitantes se someten a una prueba de ADN para hallar al ladrón de la contabilidad municipal
En San Mateo de Gállego, un municipio zaragozano de 3.200 habitantes, se mezclan estos días la emoción por el inicio de las fiestas con los rumores sobre quién será el misterioso ladrón de la contabilidad del Ayuntamiento. El 29 de marzo, alguien forzó siete puertas de la Casa Consistorial, abrió un par de cajas fuertes y revolvió los documentos de varios despachos. Solo robaron un dispositivo electrónico con datos sobre las cuentas municipales. La alcaldesa, el resto de ediles y una decena de trabajadores del Consistorio se sometieron ayer a la toma de muestras de saliva de las que sacar el ADN y cotejarlo con restos de sangre que los asaltantes dejaron en su incursión.
El o los ladrones no sustrajeron dinero ni ordenadores, solo un USB almacenado en una caja fuerte que contenía la contabilidad desde el año 2006 al 2009, época en la que gobernaba el socialista Jesús Villagrasa. Este hecho ha levantado las suspicacias entre los partidos, que ven detrás del hurto la intención de hacer desaparecer información o de crear alboroto. En su recorrido por el consistorio, los ladrones dejaron las herramientas con las que destrozaron los bombines de las puertas, varias huellas y gotas de sangre que impregnaron unos folios. “Probablemente se hicieron una herida al romper las puertas y fueron goteando”, explica la regidora, Teresa Solanas Rubio (PAR).
Estos restos serán cotejados con las muestras que a primera hora de la mañana de ayer tomó la policía judicial a la corporación municipal y varios empleados del consistorio. “Las pruebas las pedí yo y el que quisiera se podía someter voluntariamente para eliminar toda sospecha de duda”, explicó ayer la alcaldesa. Según cuenta Solanas, los kits de identificación se quedaron cortos y algunas personas no se pudieron someter a la toma de huellas y de muestras de la saliva.
Los asaltantes solo se llevaron un lápiz de memoria y dejaron unas gotas de sangre
La propia alcaldesa puso la denuncia ante la Guardia Civil al día siguiente del robo, cuando se percató del asalto, que se produjo en plenas vacaciones de Semana Santa. Fue ella la que se dio cuenta, al acudir al Ayuntamiento acompañada del concejal de Urbanismo porque este se había olvidado allí el móvil. Hace un mes, una trabajadora del Ayuntamiento interpuso una segunda denuncia en la que aseguraba que habían forzado recientemente unos cajones de su despacho. Así lo explica Jesús Villagrasa, que hoy es el portavoz del PSOE en el consistorio sanmateano. La regidora aseguró desconocer hasta ayer que existía una segunda denuncia. Para esclarecer este asunto, la alcaldesa solicitó las pruebas del ADN en abril, pero se han ido retrasando porque. “Nunca conseguíamos reunir a todo el mundo”, dice. Ayer tampoco acudieron todos; algunos estaban de vacaciones.
La investigación por los robos se ha incluido en el proceso abierto contra el anterior regidor por la contabilidad de la construcción de un barrio del municipio, por si tuviera algún tipo de relación, según publicó El Heraldo de Aragón anteayer. Esta historia policiaca, que incluye intrigas políticas, aún tardará en resolverse porque los resultados de las pruebas de ADN “llevarán un tiempo”, explica la regidora.
Solanas es una mujer de carácter que se puso al frente del Ayuntamiento tras las elecciones de 2011 con el apoyo de un tripartito que a los pocos meses se rompió. Ayer, se la percibía al otro lado del teléfono algo cansada del revuelo que ha causado este asunto: “Esto lo han movido más los medios que los vecinos; aquí lo que queremos es que empiecen las fiestas”. Esta localidad, en la que la mayor parte de sus construcciones son de obra nueva, presenta hoy a las reinas de su festividad, y seguro que en el acto se formarán corrillos para hablar de los enigmáticos hurtos.
Una empleada puso otra denuncia porque habían forzado su cajón
San Mateo de Gállego dejó de ser agrícola hace mucho tiempo y ahora vive de una tímida industria (tiene un polígono y otro que no acaba de arrancar por la crisis). Un 30% de los vecinos se traslada cada día a Zaragoza, que está a solo 25 kilómetros, para trabajar. La alcaldesa trataba ayer de quitar hierro al asunto que ha puesto en el punto de mira a este tranquilo pueblo que descansa a orillas del Gállego y espera que todo vuelva a la normalidad cuanto antes.
Los partidos se miran de reojo
Teresa Solanas Rubio (PAR) gobierna sola el pueblo desde 2011, con el único apoyo de un concejal tránsfuga del PP. El pleno se completa con cinco ediles del PSOE, otros dos del PP y dos más de Chunta Aragonesista. El robo ha suscitado intrigas entre los diferentes grupos políticos sobre la posible autoría. Los unos se miran a los otros y al final cada uno ve lo que quiere ver. Lo que al principio fue un extraño asalto nocturno, se ha convertido en motivo de acusaciones cruzadas. La toma de muestras de ADN es solo el último capítulo de una rocambolesca historia que se desarrolla en un pueblo con una actividad municipal bastante agitada.
Los populares creen que el robo es un ataque contra su partido, porque su despacho fue el único al que los ladrones accedieron en la zona destinada a las dependencias de los grupos municipales. En un comunicado defienden que este robo fue un intento de persuasión para que desistan en las acciones judiciales que han emprendido contra el anterior alcalde socialista por supuestas irregularidades en la construcción de un barrio. Un juzgado dio la razón hace unos meses al exregidor y ahora el PP ha presentado un recurso en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El portavoz socialista y alcalde entre 2003 y 2011, Jesús Villagrasa, opina que todo esto es una “pantomima” que se ha creado para llamar la atención. “Algunos han querido relacionar lo que ha pasado con el proceso por El Saso \[el barrio por el que se le investigó\], pero es una tontería”, asegura. “Esto se ha orquestado para que la gente profana crea que aquí se ha intentado ocultar información”. La alcaldesa, por su parte, no apunta a nadie directamente, pero sostiene que el móvil es la obtención de información por motivos políticos. “Aunque en realidad no tiene ningún sentido que hayan robado solo la contabilidad, que al final es algo público y no hace falta entrar por la noche para conocerla”. En esto coincide con Villagrasa quien afirma, bastante enfadado, que hay “muchísimas copias de todos los documentos” y que es “absurdo” pensar que robando un USB se puede hacer desaparecer esa información. “Yo estoy muy tranquilo porque cuando salí del Ayuntamiento hice una auditoría para irme con las cuentas claras”, añade.
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