Barones del PP intentan dar ejemplo sin salirse del guion
Quiroga afronta las acusaciones de Bárcenas y se esfuerza por explicarse Rudi pide "despejar dudas" ante la corrupción
Nadie se salió del guion. Como siempre ha ocurrido en todas las crisis del PP, con o sin instrucciones directas, si el líder se encuentra en una situación complicada, los principales dirigentes acuden en su defensa. Los momentos más duros del caso Bárcenas han actuado como una especie de antídoto y las críticas que han sobrevolado toda la gestión del escándalo se convierten en cierre de filas. Esto es lo que ha ocurrido públicamente esta semana, dejando los desmarques más directos de quienes han llegado a cuestionar la continuidad de Mariano Rajoy, como los han hecho el eurodiputado Alejo Vidal-Quadras o el exparlamentario vasco Santiago Abascal, en simple anécdota.
Incluso Esperanza Aguirre, una de las más beligerantes, parece estar desactivada, y uno de los escasísimos versos sueltos ha sido el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, que ayer se dirigió directamente al jefe del Ejecutivo. "Le pido que explique lo que está pasando en el PP y con Bárcenas porque yo no lo puedo explicar. Los militantes nos merecemos que el partido dé una explicación", reclamó.
No obstante, la mayoría de las respuestas a la actitud del presidente del Gobierno y del partido y ante la exigencia de una comparecencia en el Parlamento han llegado por vía indirecta. Esto es, a través de quienes, en algunos sectores autonómicos, se han desmarcado intentando dar ejemplo. Ejemplo en condenar la actitud de Luis Bárcenas y su relación con el partido mayoritario y en la manera de explicarse y afrontar las acusaciones del antiguo responsable de finanzas, que ingresó en la cárcel el pasado 27 de junio, sin recurrir al ataque a la oposición como argumento.
El cierre de filas en torno a Rajoy es absoluto y apenas hay versos sueltos
Así lo han hecho, por ejemplo, el PP vasco y sus principales dirigentes. Lo hicieron también esta semana, durante el debate sobre el estado de la comunidad, la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, veterana e influyente líder popular. O el riojano Pedro Sanz.
Los populares vascos llevan días pronunciándose sin reservas sobre los supuestos vínculos con la contabilidad b del partido, según relató Bárcenas al juez, y el pago de una parte de la hipoteca de la sede del PP de Bilbao en 1999 con fondos opacos. La indignación del PP de Euskadi con el extesorero es absoluta y aumenta según pasan los días. La presidenta de la formación, Arantza Quiroga, lo dejó clarísimo en su bautismo político en Madrid, en junio. El caso Bárcenas le resulta "vomitivo", y los militantes, manifestó, "están asqueados".
"El PP vasco no se merece tener en entredicho su honorabilidad", consideró ayer en una comparecencia en San Sebastián. La dirigente popular quiere "saber qué puede haber o no detrás de esas informaciones" y, en este sentido, dijo que su formación no se cansará hasta "saber la verdad". Para depurar responsabilidades y, lo que es toda una declaración de intenciones, "compartirla con los ciudadanos". Porque, en su opinión, en este asunto se juega la memoria de "hombres y mujeres que han estado dando lo mejor de sí mismos por ideales a cambio de nada, y algunos de ellos están bajo tierra".
El número dos de los populares vascos, Iñaki Oyarzábal, trató además de buscar una explicación a las acusaciones del extesorero. "Como el PP vasco ha sido tan duro con Bárcenas, no sé si esa actitud tan hostil y beligerante le ha llevado a colocarnos una bomba en forma de carpeta sin ningún tipo de prueba, sin que aparezcan nombres ni recibís, algo que no se puede sostener jurídicamente", razonó en una tertulia de Radio Euskadi, aludiendo a los papeles entregados por el extesorero al juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz.
La indignación del PP de Euskadi con el extesorero es absoluta y aumenta según pasan los días
Oyarzábal apuntó, además, que no dejarán de afrontar el escándalo a pesar de que no le afecte personalmente: "Aunque los asuntos a que se refiere Bárcenas son del año 1999 y la actual dirección del PP vasco no tenía ninguna responsabilidad en aquel momento, nos llena de indignación e indefensión".
Este malestar es fruto de "una crisis de ejemplaridad pública" que Rudi califica de "muy grave". En plena polémica por la gestión de Rajoy de las repercusiones del escándalo del extesorero, y cuando la decisión del presidente sobre su comparecencia en el Congreso parece que solo depende de él, la presidenta de Aragón hiló un alegato por una "posición activa" y para "despejar dudas" frente a la corrupción.
La dirigente popular apeló a la "responsabilidad", en el servicio público. Pero en esta ocasión fue más allá al manifestar que esta virtud "no puede significar someterse a presiones interesadas ni asumir culpas que no existen, pero exige una posición tan activa como sea necesaria para despejar las dudas que haya sobre cualquier persona o sobre cualquier actividad".
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