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Bárcenas ensombrece el optimismo económico y europeo de Rajoy

El presidente ignora las críticas de la oposición en el balance de la última cumbre

Mariano Rajoy y Fátima Báñez, ayer, en el Congreso de los Diputados.
Mariano Rajoy y Fátima Báñez, ayer, en el Congreso de los Diputados.álvaro Garcia

Mariano Rajoy lleva siempre encima una “nube negra que descarga todas las semanas”, según la expresión de Alfredo Pérez Rubalcaba. La “nube negra” que le acompaña se llama Luis Bárcenas, fue el tesorero de su partido y ahora está en la cárcel, pero ayer se hizo presente en el pleno del Congreso durante el debate sobre la última cumbre europea. Se manifestó hasta el punto de ensombrecer el optimismo con el que el presidente del Gobierno se subió a la tribuna y que supone un cambio sustancial en el tono de sus comparecencias de hace un año.

Rajoy llegaba ayer con datos del paro aparentemente positivos, con resultados de la cumbre europea esperanzadores y, sobre todo, con un ambiente político cómodo después de que el 90% de la Cámara le apoyara antes de ir a Bruselas. De hecho, el intercambio de lisonjas con el líder de la oposición tuvo continuidad ayer en el análisis de la cumbre. Quizás por eso, el portavoz de Izquierda Plural, Joan Coscubiela, le felicitó por “ser presidente del Gobierno sin tener oposición, lo que es el sueño de cualquier presidente del Gobierno”.

Pero Bárcenas se hizo presente. Prácticamente todos los portavoces interpelaron a Rajoy sobre el escándalo y le exigieron responsabilidades. El líder socialista, que en febrero le pidió la dimisión por este asunto, ayer, con el extesorero en la cárcel, atemperó el tono y se quedó en exigirle “explicaciones exhaustivas y convincentes... Si es que pueden”.

Mucho más duros fueron Coscubiela y, sobre todo, Rosa Díez (UPyD), para quien “Bárcenas y lo que él hizo mientras administraba las cuentas de su partido siempre será de su responsabilidad, por mucho que usted se empeñe en no nombrarlo. Su silencio conduce a la sospecha y termina siendo complicidad”.

El jefe del Ejecutivo desoye la petición de explicaciones de la oposición

A pesar de la insistencia, el presidente del Gobierno despachó el asunto como si no fuera con él, sin inmutarse y con un capotazo de los suyos: “Usted puede hablar sobre lo que estime oportuno y conveniente. Y yo también puedo hablar sobre lo que estime oportuno y conveniente”.

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Ahí se quedó, porque todo lo demás fue sacar pecho por el resultado de la cumbre europea, en un contexto de asomo de la recuperación económica. Según explicó, lo principal es que Europa ha cambiado su agenda y sus prioridades en favor de los intereses de España.

“Si hace año y medio de lo único que se hablaba era de ajustes y consolidación fiscal, ahora se habla también de desempleo, acabar con la fragmentación bancaria y buscar nuevos canales para las pequeñas y medianas empresas”, aseguró Rajoy. No dudó en brindar ese resultado al 90% del Congreso que le apoyó los días previos: “Todos tienen derecho a sentirse orgullosos porque son corresponsables de lo logrado”. Y se felicitó reiteradamente de los datos de paro registrado conocidos ayer: “Es el primer semestre desde 2008 en que el paro registrado no aumenta. Vamos por el buen camino, hay esperanza. Podemos tener esperanza”.

El portavoz de CiU, Josep Sánchez Llibre, también hizo una valoración positiva porque “se han alcanzado los objetivos” con los que el Gobierno español acudió a la cita, aunque reconoció que en algunos casos el resultado ha sido “tímido en cuanto al volumen global de recursos” acordado, y le pidió nuevos pactos.

En el análisis del giro positivo de la UE les acompañó Rubalcaba, para quien lo único negativo es la poca premiosidad en aplicar las decisiones, pero “cambio ha habido, lento, insuficiente y tímido, pero cambio ha habido”.

El líder socialista dedicó gran parte de su tiempo a justificar el pacto con Rajoy sobre Europa, en el que dijo sentirse “cómodo”. Como el portavoz de Izquierda Plural, Joan Coscubiela, criticó ese acuerdo y le acusó de “lanzar un salvavidas” a Rajoy y hacer de “sherpa ideológico” del PP, el líder socialista hizo visible su monumental enfado. “¿Qué dices, hombre?”, le dijo primero muy irritado desde el escaño. Y, a continuación, se produjo un insólito debate entre Rubalcaba y Coscubiela. “Yo sí estoy por acordar con la izquierda para parar las políticas de la derecha”, le dijo el líder del PSOE con vehemencia desde la tribuna y negó que su partido y el PP sean lo mismo.

“Usted está enfadado con usted mismo por las dificultades para explicarse fuera de usted mismo”, le contestó el diputado de ICV.

Rajoy escuchaba desde el escaño atónito el intercambio que, por una vez, no iba contra él.

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