La candidatura del oficialista Planas desconcierta al socialismo andaluz
Dos consejeros de la Junta y próximos a Griñán aspiran a sucederle
Cuando el comité director del PSOE de Andalucía ratifique hoy el calendario de primarias veraniegas propuesto por la ejecutiva, habrá al menos dos candidatos preparados a dar la batalla para ser candidatos a la presidencia de la Junta. Una será la consejera de la Presidencia e Igualdad, Susana Díaz, que lo anunciará a partir de esta tarde; y otro será Luis Planas, también consejero del Gobierno de José Antonio Griñán, que lo avanzó este lunes.
Planas, que cumplirá pronto 61 años, desconcertó al PSOE andaluz, en el que circularon cábalas de todo tipo. El consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente dijo que se lanzaba al ruedo “por responsabilidad y convicción”. Y añadió: “Hay que hacer lo que hay que hacer en cada momento. Haz lo que debas, siempre lo he predicado y me lo aplico a mí mismo”.
¿Quién avala a Planas? ¿Quién está detrás de él? Estas preguntas circularon en el PSOE y las respuestas son dos. Hay quien opina que Planas es un hombre de paja del propio Griñán para legitimar unas elecciones primarias exprés convocadas con una velocidad extraordinaria. El presidente andaluz anunció su decisión de renunciar a presentarse de nuevo como candidato el miércoles 26 de junio, y 24 horas después la ejecutiva regional aprobaba el calendario, que recibió el visto bueno de la dirección federal y hoy bendecirá el comité director. Se votará el 29 de julio.
Para algunos, Planas es una especie de hombre de paja del propio aparato socialista para “blanquear” la elección de Susana Díaz, ya que de no presentarse nadie esta sería designada candidata a la presidencia de la Junta por incomparecencia del contrario; y, de hacerlo, tampoco nadie podría cuestionar la limpieza y democracia de un proceso espectacularmente rápido.
Pero esta teoría —que el vicesecretario general del PSOE andaluz, Mario Jiménez, calificó como propia de Expediente X—, choca hasta a los propios que la desarrollan, porque Luis Planas, como reconocen, no es un recién llegado, tiene un currículo extenso: ha sido jefe de Gabinete de dos comisarios europeos (Manuel Marín y Pedro Solbes), consejero de la Presidencia de Manuel Chaves (1994-1996), embajador en Marruecos (2004-2010) y embajador representante permanente ante la Unión Europea. Cuando Griñán lo llamó para hacerse cargo del macrodepartamento de Agricultura y Medio Ambiente, ejercía de inspector de Trabajo en Córdoba, donde tiene su plaza y donde cobra lo mismo que como consejero.
La otra teoría es que Planas ha dado el paso porque es el candidato de los críticos y concretamente de los más afines a Chaves y a su mano derecha, Luis Pizarro. Pero los críticos niegan estar detrás. Este sector, que cosechó un 30% de apoyo en el pasado congreso regional (porcentaje que a día de hoy está en duda), tenía diseñada una estrategia que pasaba por cuestionar el procedimiento exprés de las primarias, ya que, aseguran, en 15 días no hay tiempo para articular una alternativa a la candidata oficial. Al dar el paso, Planas desbarata esa queja.
Los críticos están pendientes de la agrupación de Jaén, liderada por Francisco Reyes y presidida por Gaspar Zarrías. Su intención era convencer a la exconsejera de Bienestar Social Micaela Navarro, pero no ha podido hacerlo. Este sector no se pronunció sobre sus preferencias en las primarias. Planas contactó con algunos de ellos, a los que explicó sus argumentos y pidió apoyos. También le comunicó a Griñán su decisión.
La cuestión ahora es ver si es capaz de reunir los avales suficientes. Se requieren unas 7.000 firmas y el consejero de Agricultura no tiene, al menos hasta este lunes, a nadie en el aparato del partido que pida los avales en su nombre. Y esta pelea se libra en el millar de agrupaciones del PSOE de Andalucía, donde militan unas 45.000 personas. Aunque fue secretario general del PSOE de Córdoba, Planas, que acudió a la sede regional para hablar de la Política Agraria Comunitaria, carece de anclaje orgánico, no es alguien que tenga raigambre entre la militancia. Lo contrario que la candidatura de Susana Díaz, que cuenta con el apoyo del aparato y de notables dirigentes.
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