El PSOE endurece su oferta de pacto a Rajoy para que rectifique sus recetas
El PP responde a los ofrecimientos socialistas con distancia y reproches Izquierda Plural quiere debatir medidas concretas contra el paro
En 16 meses de Gobierno de Mariano Rajoy ha habido muy pocas ocasiones de llegar a acuerdos por falta de interés de los dos principales partidos. El Ejecutivo del PP ha tenido, y aún mantiene, esta actitud y disposición: muchas urgencias, muchas premuras en la adopción de medidas económicas como para entretenerse en convencer a algún grupo de la oposición de que lo acompañe. Tampoco ha habido gran interés en que el PSOE lo apoye, al considerar más rentable responsabilizarles de la herencia recibida.
Así, se llega al Primero de Mayo de 2013 con una situación de extrema gravedad por el número récord de desempleados y las pésimas previsiones a corto, medio y largo plazo. En este contexto, el PSOE se ha animado a ofrecer al Gobierno, al resto de las fuerzas políticas y a los agentes sociales, un “gran acuerdo nacional”. No obstante, después del ofrecimiento de “mojarse” formulado el lunes por José Antonio Griñán, los socialistas, a través de su portavoz parlamentaria, Soraya Rodríguez, pusieron ayer sus condiciones, endurecieron su tono y aclararon que esos presuntos pactos eran “para rectificar la política económica ante los catastróficos resultados que ha dado la llevada hasta ahora por el Gobierno”.
Rectificación en España, pero con el altavoz puesto en la UE. “Ofrecemos un pacto para plantar cara a Alemania y a Bruselas”, mantuvo de forma explícita la portavoz socialista tras acusar al presidente de falta de valor y coraje ante la imposición de políticas solo de austeridad. El pacto que quiere el PSOE no sería “para compartir las políticas del Gobierno, sino para que las rectifique”.
Esta es precisamente la línea que sigue el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. Desde hace semanas, en todas las sesiones de control al Gobierno, pide al jefe del Ejecutivo que se oponga a los dictados de Bruselas, que se rebele porque con la austeridad y los recortes como única receta, en su opinión, España va camino de la catástrofe, según muestran todos los datos económicos.
Las posibilidades reales de pacto se presentan escasas, aunque habrá que aguardar al pleno del Congreso del próximo 8 de mayo para escuchar al presidente del Gobierno y a todos los portavoces de la oposición. La comparecencia de Rajoy es a petición propia, aunque el Grupo Socialista e Izquierda Plural habían solicitado su presencia nada más conocer el pasado jueves los datos de la Encuesta de Población Activa. La EPA arrojó una cifra nunca alcanzada en España: 6.202.700 desempleados. Al día siguiente, el Gobierno anunció la aprobación del Plan Nacional de Reformas que ayer hizo público a mediodía, después de que la oposición se quejara de desconocer qué es lo que había aprobado el pasado viernes el Consejo de Ministros.
Las críticas se multiplicaron de inmediato y la oposición exigió una comparecencia urgente de Mariano Rajoy en el Congreso. Podía haber sido ayer, como pedía la oposición, pero será la próxima semana, “ya que el presidente ha decidido irse de puente”, le reprochó la portavoz socialista. Lo cierto es que este viernes habrá Consejo de Ministros y quedan días por delante, antes del pleno del 8 de mayo, para que Gobierno y oposición mantengan el intercambio de descalificaciones.
“Los españoles ya no pueden tener más paciencia”, dicen los socialistas ante las llamadas del propio presidente. En Izquierda Plural, los portavoces de IU e ICV, José Luis Centella y Joan Coscubiela, tratan de sacar la cabeza frente a los dos grandes para asegurar que las llamadas al pacto “son cortinas de humo para no hablar de temas concretos”. La gravedad de la situación obliga a un pacto monográfico sobre el desempleo y fórmulas para crear empleo, señalan. Sí se hablará de asuntos concretos en el pleno de la próxima semana, ya que el PSOE pondrá sobre la mesa su pacto contra la pobreza, su oferta fiscal y el conjunto de medidas contra la crisis que ultimará en las próximas horas.
Rosa Díez insta a Rajoy a que “tome las riendas o que se vaya y deje a otro”
El PP, sin embargo, minimiza el ofrecimiento. El mensaje oficial del partido mayoritario y la respuesta que han brindado estos días Alfonso Alonso desde el Congreso y Carlos Floriano desde Génova, 13, se resume en las palabras pronunciadas ayer por el portavoz popular en la Cámara baja: “Si ahora el PSOE dice que quiere un pacto con el Gobierno, estamos abiertos, pero tiene que acercarse al espacio de centralidad y alejarse de lo que hace ahora, que es un año y medio de zancadillas”.
La idea que circula en el Ejecutivo y en el PP es que para alcanzar un pacto, el principal partido de la oposición debe plantear propuestas nuevas. De momento, en opinión de varios dirigentes, no se ha dado esta circunstancia. Pero la realidad es que el Gobierno aún no ha estudiado los últimos planes avanzados por los socialistas, y los populares se limitan de momento a esgrimir el argumento de que “a los socialistas les costó mucho reconocer la crisis en 2008 y ahora les cuesta mucho reconocer que hay un camino para salir de la crisis en 2013”.
“Los acuerdos son para mirar hacia adelante y perseverar en el camino que nos va a sacar de la crisis”, abundó ayer Alonso, quien aprovechó la oferta de pacto del presidente de la Junta de Andalucía para personalizar las críticas. “Es pintoresco”, opinó, “que fuese precisamente Griñán el que ofreciese un pacto de Estado, porque si hubiese querido un pacto de Estado él hubiera pactado con la fuerza más votada en Andalucía, que es el PP, pero prefirió un pacto contra el PP y hacerlo con IU”.
Ambos portavoces del PP hicieron hincapié, en definitiva, en las condiciones previas a un pacto. Los dos principales partidos discrepan también en la modulación de los tiempos. Rajoy pidió “paciencia” frente a la “urgencia” que reclamó Rubalcaba. Aunque ahora resuena con fuerza la llamada al pacto, Rosa Díez, de UPyD, recuerda que lleva más de un año con esa propuesta, y Rajoy no la ha aceptado. “Reaccione, tome las riendas y si no, váyase y deje pasar a otro”. El tono de Díez, que acusó a Rajoy de “cobardía”, augura un debate muy duro la próxima semana sobre qué hacer frente a la crisis.
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