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Tráfico aumentará la velocidad a 130 en autovías y autopistas seguras

La medida, que está pendiente de aprobación, se aplicará solo en algunos tramos y dependerá del clima y la circulación. En las vías convencionales los límites estarán entre 90 y 50

Patricia R. Blanco
Samuel Sánchez

Después de dos años de goteo de sugerencias sobre una modificación de los límites de velocidad, tanto al alza en unas carreteras como a la baja en otras, el último borrador del anteproyecto del Real Decreto que reformará el Reglamento General de Circulación plasma la revolución que la Dirección General de Tráfico (DGT) estudia llevar a cabo. Según el borrador, adelantado por Europa Press, la institución plantea aumentar la velocidad a 130 kilómetros por hora en algunos tramos de autopistas y autovías y reducirla hasta 50 en algunas vías convencionales y a 30 y a 20 en ciertas calles urbanas.

El aumento de velocidad a 130, que ya adelantó el año pasado el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, será gestionado por la propia DGT —menos en País Vasco y Cataluña, donde las competencias de tráfico están transferidas— y se aplicará en los tramos de vías rápidas en los que “existan índices contrastados de seguridad y buenas condiciones de trazado y pavimentación” para turismos, motocicletas y vehículos de tres ruedas asimilados a estas últimas. Los límites no se incrementarán de forma permanente, sino que estarán regulados por paneles variables que fijarán la velocidad en función de las condiciones meteorológicas, ambientales y el estado de la circulación.

Tráfico será mucho más severo en las carreteras convencionales, donde se producen el 75% de los accidentes mortales. El límite máximo de 100 kilómetros por hora dejará de existir. Según el borrador, las vías con una plataforma igual o superior a 6,5 metros de anchura tendrán un límite de 90 por hora. En el resto, la velocidad máxima será de 70 cuando exista una marca longitudinal que separe los dos sentidos, y de 50, en el caso contrario.

Prohibidos los detectores

La reforma del Reglamento General de Circulación propone la prohibición de los detectores de radar. Según reza el borrador, “se prohíbe que en los vehículos se instalen mecanismos o sistemas, se lleven instrumentos o se acondicionen de forma encaminada a eludir la vigilancia de los agentes de tráfico, o que se emitan o hagan señales con dicha finalidad, así como la utilización de mecanismos de detección de radar”.

Hasta ahora, la última reforma de la Ley de Tráfico solo vetaba la utilización de inhibidores de radar, es decir, sistemas que interfieren en la señal del radar e impiden que detecte a los vehículos que exceden la velocidad permitida. De hecho, en la web de Tráfico se pueden consultar donde están instalados los radares fijos. La ventaja de los detectores es que también localizan los radares móviles.

La asociación de conductores DVuelta critica duramente esta prohibición porque cree que obedece a que la proliferación de estos sistemas “ha mermado los ingresos de la DGT en un 10%”. “Quien va a una velocidad adecuada, no necesita detectores”, defienden, en cambio, desde las asociaciones de víctimas de accidentes.

En cuanto a la velocidad en ciudad, se reducirán las vías por las que se puede circular a 50 por hora. La reforma extiende las zonas limitadas a 30 a calles con un solo carril y sentido único o con un carril por sentido de circulación. En las calles con plataforma única de calzada y acera, el límite se reducirá a 20 por hora. El objetivo, según la institución, es “la pacificación del tráfico, la potenciación de la bicicleta y la reducción de accidentes”.

Tráfico insiste en que el borrador está pendiente de aprobación. Según la DGT, ya ha sido enviado al Ministerio del Interior y a todos los miembros del Consejo Superior de Tráfico para que den el visto bueno o hagan sus aportaciones. De este último forman parte colectivos tanto a favor como en contra del aumento de velocidad, el aspecto más polémico.

El Real Automóvil Club de España y el de Cataluña están muy cercanos a la propuesta de la DGT. Sostienen que los límites están desfasados pero, aunque piden un aumento, apuestan por paneles que fijen la velocidad según el tiempo o el estado del tráfico.

Del otro lado, las asociaciones de víctimas están convencidas de que un incremento de la velocidad supondrá un aumento del número de muertos y heridos. “Los conductores tienden a conducir por encima del límite”, comparten la Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal (AESLEME) y Stop Accidentes. Por su parte, la Asociación de Prevención de Accidentes de Tráfico (PAT) recuerda que “el mundo científico ha demostrado que un aumento de un 1% de la velocidad supone un aumento de un 4% en los accidentes con muertos”. Algo más flexible ha sido la Asociación Estatal de Víctimas DIA que no ve con malos ojos el incremento si no se pone en riesgo a los usuarios de las vías.

Una vez aprobado, el anteproyecto tendrá que pasar la tramitación en el Congreso y, aunque la mayoría absoluta del PP garantiza su aprobación, el PSOE ha criticado la “imprudencia” del Ejecutivo de Rajoy por dar “el mensaje de que la velocidad no es un factor de riesgo de accidente cuando está demostrado que hay una relación de causa-efecto evidente”. Según los socialistas, la iniciativa perjudica, además, “al bolsillo” porque a más velocidad, más gasto de combustible.

Los menores de cuatro años viajarán en el coche mirando hacia atrás

Cinturón para todos

P. R. B.

El borrador del nuevo Reglamento General de Circulación incluye nuevas medidas de protección a los niños. Con el fin de reducir la gravedad de sus lesiones en un accidente de tráfico, la reforma prohibirá circular con menores de edad que tengan una estatura igual o inferior a 1,35 metros en los asientos delanteros y obligará a colocar los sistemas de retención infantil en el sentido contrario a la marcha, siempre que el dispositivo lo permita, para los menores de cuatro años con sistemas de retención de los grupos 0 (portabebés, de cero a 10 kilos) 0+ (sillita, de cero a 13 kilos) y 1 (sillita, de 9 a 18 kilos).

Según la Unidad de Coordinación de la Investigación de la Dirección General de Tráfico, “si el niño va sentado en sentido inverso a la marcha, las fuerzas que se registran en caso de impacto se distribuyen por todo el cuerpo y no se concentran en la zona del cuello, como ocurre cuando viajan en sentido de la marcha”. Los investigadores de Tráfico recuerdan que la cabeza de un adulto representa el 6% del peso de su cuerpo, pero en el caso de los niños aumenta hasta un 25%, al tiempo que los ligamentos y los músculos de su cuello no están todavía bien formados.

El Real Automóvil Club de España (RACE) ratifica estos estudios. "Viajar en sentido contrario a la marcha reduce en un 75% los riegos de sufrir lesiones", según los resultados de las pruebas de choque que ha realizado el club para demostrar la eficacia de las sillitas infantiles.

La reforma pondrá fin, asimismo, a las exenciones del uso del cinturón de seguridad. Hasta ahora, podían ir sin cinturón de seguridad las personas con un certificado de exención por razones médicas graves o discapacitados y, solo si circulan en ciudad, los taxistas, los distribuidores de mercancías, los conductores y pasajeros de los vehículos en servicio de emergencias y los profesores de autoescuela cuando acompañen a un alumno durante el aprendizaje de la conducción o en las pruebas de aptitud, siempre que estén al cargo de los mandos adicionales del automóvil.

Nada ha trascendido sobre el uso del casco para ciclistas en ciudad, que hasta ahora no es obligatorio. Aunque la intención de la DGT es implantar su uso, las asociaciones ciclistas se resisten porque consideran que supondrá una disminución de la utilización de la bicicleta.

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Sobre la firma

Patricia R. Blanco
Periodista de EL PAÍS desde 2007, trabaja en la sección de Internacional. Está especializada en desinformación y en mundo árabe y musulmán. Es licenciada en Periodismo con Premio Extraordinario de Licenciatura y máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid.

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