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La multa simbólica a los diputados díscolos no cierra la crisis del PSC

Los críticos que no votaron contra la declaración soberanista del Parlamento catalán amenazan con renunciar a sus cargos y restan valor a los gestos conciliadores de Pere Navarro

Marina Geli (en el centro de la imagen) y Angel Ros (primero por la derecha) en la entrada a la sede del PSC.
Marina Geli (en el centro de la imagen) y Angel Ros (primero por la derecha) en la entrada a la sede del PSC. ALBERT GARCIA

La herida en el PSC sigue abierta. La Ejecutiva celebrada ayer no sirvió para mitigar la crisis que estalló el día 23 después de que cinco de los 20 diputados se negasen a votar contra la declaración soberanista en el Parlamento catalán.

La dirección liderada por Pere Navarro tuvo ayer algunos gestos para reconducir la división interna en la que están instalados los socialistas catalanes. No se adoptó ninguna medida disciplinaria contra los diputados díscolos al margen de una multa de 400 euros para cada uno por romper la disciplina de voto y desmarcarse del no que sí secundaron los otros 15 diputados del PSC.

Con todo, los diputados críticos consideran que eso no es suficiente. Desde la dirección también se admite que las posturas resultan bastante alejadas y la reunión de la Ejecutiva fue la evidencia de ello.

La ejecutiva de ayer vivió momentos de tensión y de “escalada verbal”

En la reunión se vivieron momentos de tensión entre ambos sectores del partido y se produjo una “escalada verbal” en el fragor del debate. Se da la circunstancia de que cuatro de los cinco diputados críticos pertenecen a esa Ejecutiva y todos tomaron la palabra para reclamar, con más o menos contundencia, un cambio de rumbo en la estrategia política del PSC. En un momento de la reunión incluso llegaron a poner sus cargos en la Ejecutiva a disposición del partido. Navarro no respondió con claridad si rechazaba las renuncias y no se descarta, según cómo evolucione la crisis, que acaben dimitiendo.

Al finalizar la reunión, el portavoz del PSC, Jaume Collboni, salió a dar la cara e insistió en que se haría un “esfuerzo de síntesis” para reconducir la situación. Por ello anunció un calendario para redefinir la estrategia del partido del que se encargará un grupo de dirigentes, entre ellos dos de los diputados críticos. Son Àngel Ros, alcalde de Lleida y número uno por aquella provincia en las elecciones autonómicas, y Joan Ignasi Elena, número cuatro en la lista por Barcelona y rival de Navarro para liderar el partido en el congreso de hace 13 meses.

“Veremos cuáles son las actitudes y las ganas de debate que tienen, pero el esfuerzo de síntesis no puede ser solo cosmético”, explicó ayer Elena a EL PAÍS. “Los problemas hay que abordarlos”, añadió. Los diputados críticos insisten en que no son independentistas, como se les califica desde algún sector de la dirección, y explican que sus discrepancias van más allá de la cuestión nacional. “Se trata de una definición ideológica y del proyecto socialista, dentro y fuera de Cataluña”, asegura uno de ellos. “Lo que pasó el otro día no es solo un problema disciplinario, pero veremos a ver si lo entiende la dirección. Una parte está por entrar en el tema a fondo, pero otros compañeros, no”, añade otro diputado crítico.

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Algún diputado crítico no negaba ayer que se puedan acabar escindiendo del grupo parlamentario ni que el PSC se fracture definitivamente si las discrepancias se mantienen toda la legislatura. “Hay que hacer todos los esfuerzos para que esto no acabe con dos partidos socialistas en Cataluña”, dijo otro diputado díscolo.

El portavoz socialista Jaume Collboni admitió que la división de los diputados del PSC en la votación fue “un episodio grave que lamentamos” y reconoció que “no se trata de un problema de disciplina, sino de fondo”.

El bálsamo que pretende aplicar el partido para calmar la situación pasa por celebrar cuatro convenciones en el plazo de un año en toda Cataluña para abordar temas como la democracia, la socialdemocracia, el federalismo y Europa. En otro gesto con el sector crítico también se acordó que en el próximo mes de marzo, a más tardar, estará aprobado definitivamente el reglamento de las elecciones primarias en las que se elegirá al candidato a la Generalitat en las próximas elecciones. Navarro se comprometió a ello cuando ganó el congreso, pero el tema había caído en el olvido.

Esa hoja de ruta debía aprobarse en el consejo nacional que el PSC celebrará el próximo sábado. La previsión era que tras esa reunión se anunciara la reorientación de la estrategia socialista, pero la votación soberanista lo ha dinamitado todo.

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