Los peritos hallaron serias deficiencias contables en Marsans
No pudieron evaluar el agujero alegado por Díaz Ferrán para justificar el impago a sus acreedores
Los peritos designados para esclarecer el patrimonio de Marsans hallaron serias deficiencias contables que impedían evaluar el agujero alegado por la empresa para justificar el impago a sus acreedores. Los agujeros eran los siguientes.
» Inmovilizado material. Se valora en 600.000 euros, pero no se aporta ningún documento que permita acreditar que tiene ese precio.
» Activo mobiliario. Se valora en 800.000 euros, pero no se aporta ningún documento.
» Activo inmobiliario. Le atribuyen 2,6 millones de euros con unas tasaciones con dos años de antigüedad.
» Inmovilizado financiero. Le atribuyen un valor de 50.000 euros sin soporte alguno.
» Clientes. Aseguran que tienen pendientes derechos de crédito por valor de 6,7 millones sin explicar las posibilidades de cobrarlos.
» Créditos con filiales. El informe señala que Teinver, la matriz, debe a Marsans 260 millones de euros, cuyo pago depende de una resolución favorable de un litigio con el Gobierno argentino, “sin aportar documento justificativo al respecto”. En otros capítulos de créditos con respecto a otras filiales, la diferencia va de los casi 14 millones que cifran los peritos a los 100.000 euros que alegan los gestores de Marsans.
El juzgado que investigaba el concurso de acreedores solo recibió “una ingente cantidad de papeles, sin orden lógico, sin explicación... Si se analiza con detalle la propuesta de liquidación [de Marsans], únicamente se señalan obvios criterios generales, pero que no son suficientes para conocer sobre qué parámetros y condiciones concretas debe procederse a la realización de los bienes y derechos de la concursada, como son lo referente a la gestión de cobros de créditos pendientes o a los criterios que recoge relativos al inmovilizado material”.
En esta situación, “la Administración concursal tuvo conocimiento por los medios de comunicación de que los administradores de Marsans habían vendido Marsans Brasil, un activo del grupo Marsans, sin informar previamente a la administración concursal de las condiciones de la venta y, lo que es más grave, sin informar a la administración concursal del lugar en que se encuentran los 1,4 millones obtenidos tras dicha venta”.
