Cheques sospechosos salieron de Marsans días antes de la quiebra
El destinatario de los medios de pago de la empresa de Díaz Ferrán no pudo determinarse En los cinco últimos años el imperio de viajes había carecido de contabilidad oficial
El informe de la Administración Concursal detectó maniobras extrañas tras dictarse el concurso de acreedores el 25 de junio de 2010. “En los últimos meses anteriores a la declaración de los concursos, el grupo Marsans utilizó la sociedad Marsans Shopping como receptora de los fondos que todavía existían para evitar embargos. Así, se procedió a traspasar todos los fondos del resto de compañías del grupo a esta sociedad. En el mes de junio de 2010 se producen salidas de efectivo de las cuentas de Marsans que no de destinan a Viajes Marsans”.
De hecho, frente a la “total y absoluta ausencia de liquidez” de Viajes Marsans, que se alegaba para no pagar a sus acreedores, la empresa tenía pendiente de cobro casi 300 millones de euros. ¿Quién le debía dinero al Grupo Marsans? Precisamente, sus filiales y, sobre todo, su matriz, Teinver, por 259 millones de euros.
¿De quién era Teinver? De Posibilitum Bussiness, la firma del imputado y encarcelado Ángel de Cabo, gracias a la extraña operación cuajada quince días antes del concurso de acreedores. Posibilitum había adquirido a Gerardo Díaz Ferrán y a su socio, el fallecido Gonzalo Pascual, la matriz de Viajes Marsans por un precio ridículo, 3.060 euros. Callejón sin salida: Posibilitum “no tiene depositadas cuentas; no tiene bienes inscritos a su nombre en el registro de la propiedad, sino que sólo tiene derechos de crédito frente a terceros y saldos en cuenta”.
Los acreedores toparon con un muro insalvable: ni lograron determinar cómo se vendió la matriz de Marsans, ni lograron cobrar los 400 millones que reclamaban. Necesitarían un nuevo concurso contra Teinver. Marsans no pagaba por su “falta de liquidez generada por sus salidas de tesorería” hacia sus filiales y matriz, ni lo hacían sus deudores, (Teinver-Posibilitum).
En estas presuntas maniobras evasivas del patrimonio, el informe pericial detectó la salida de Marsans de cheques por valor de más de un millón de euros. Todos ellos “emitidos días antes de la declaración del concurso” y “cuyo fin o destinatario es poco claro o desconocido”. No menos sintomático del oscurantismo reinante era el siguiente hecho: “En los tres últimos ejercicios, los únicos libros oficiales de contabilidad son cuatro libros de diario correspondientes a 2005”. Leído al revés, durante los cinco últimos años una de las tres mayores agencias de viajes españolas había carecido de contabilidad oficial.
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