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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Urkullu se apropia del ‘seny’ catalán

El primer afán del ganador en Euskadi es luchar contra la crisis, un objetivo que le aleja de la aventura soberanista

Luis R. Aizpeolea

El ganador de las elecciones vascas, Iñigo Urkullu, no solo habló ayer con Rajoy, Rubalcaba y Artur Mas. También lo hizo con numerosos representantes del mundo empresarial y financiero nacional e internacional. Su gran preocupación es la crisis económica, que en Euskadi, país exportador, presenta negros augurios para 2013 a causa de la desaceleración europea. El próximo lehendakari viene cultivando esas relaciones desde que fue elegido presidente del PNV en 2007, en sustitución de Josu Jon Imaz, hoy presidente de Petronor, y con el que comparte pragmatismo político.

Urkullu tiene claro que un país sin una economía fuerte y cohesionado socialmente no tiene posibilidad de lograr objetivos políticos. Y sabe que la economía vasca corre riesgos. De ahí que su primer afán es la lucha contra la crisis, un objetivo que le aleja de la aventura soberanista que sugiere la campaña del catalán Artur Mas.

Ayer, un amigo del PNV, el líder de Unió, Josep Duran, socio de Mas en CiU, dijo que las vías del nacionalismo catalán y del vasco no tienen que ver. Los catalanes tienen el problema del déficit fiscal, y de su resolución depende que la tensión soberanista, disparada tras la Diada, se relaje. Es lo que piensan Duran y Urkullu, que, tras negar que exista un pacto por la soberanía entre CiU y PNV, confían en que tras las elecciones catalanas Mas y Rajoy abran una negociación. Parece que Urkullu, representante del nacionalismo vasco con fama de más radical que el catalán, se hubiera apropiado del tradicional seny.

Urkullu va a iniciar una ronda con los partidos vascos para tratar de trenzar un acuerdo con la lucha contra la crisis como objetivo, acompañado de la consolidación del final del terrorismo. La reforma del nuevo estatuto político queda para 2015. Urkullu se inspira en las bases del acuerdo que en 2009 alcanzaron el PSE y el PP y que sirvieron de guía al lehendakari Patxi López, adaptadas al actual momento político.

Es muy difícil que EH Bildu, un grupo muy heterogéneo, donde conviven socialdemócratas de EA con defensores de la revolución bolivariana de la antigua Batasuna, logre con el PNV un pacto contra la crisis económica. Tampoco será fácil para este grupo mantener la cohesión a medida que avance la legislatura.

Es más factible a priori el pacto del PNV con el PSE y PP, aunque tampoco resulte fácil. El PSE tiene una sensación amarga por la falta de reconocimiento del mandato de Patxi López. Está resentido con el PNV por la oposición que Urkullu le ha hecho a López, y no le va a resultar fácil superarlo.

El PP vasco, que ha obtenido un resultado inferior a sus expectativas, es más vulnerable a las críticas de la gente de Mayor Oreja, partidaria de una oposición dura a Urkullu y contraria a flexibilizar la política penitenciaria, aunque Basagoiti cuenta con el respaldo de Rajoy. El oportunismo de Mayor es patente, porque sabe que Basagoiti ha pagado la factura de la gestión de la crisis por el Gobierno de Rajoy y del voto útil a favor del PNV contra EH Bildu, pero no ha sido castigado por centrar su política en Euskadi.

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