Los grupos discuten el futuro del Senado tras 15 años de debate sobre su función
“Esta vez no podemos fallar y la reforma hay que hacerla”, asegura Barreiro, portavoz del PP
La crisis económica, el descrédito de la política y el desafío soberanista planteado por el Gobierno nacionalista catalán, han confluido, además de razones objetivas que llevan al cambio, para que ahora se aprecie una voluntad firme de reformar el Senado. Esta es la conclusión de la consulta a los grupos parlamentarios del Senado que desde la pasada primavera trabajan en una ponencia para “reforzar las funciones del Senado”.
Los más realistas sitúan los cambios en las “funciones del Senado”, de manera que la Cámara alta sea soberana para aprobar leyes relacionadas con el Estado autonómico como la financiación o con el desarrollo de los estatutos. Junto a este tema se abordará el cambio del sistema de elección de los senadores para sustituir la provincia por la comunidad autónoma. Esta segunda negociación, impulsada sobre todo por los nacionalistas, no tiene visos de prosperar, según testimonios recogidos en la ponencia.
El escepticismo con el que se afronta el debate sobre la reforma del Senado para conferirle tareas territoriales viene avalada por más de 15 años de negociaciones frustradas. El PSOE nunca tuvo mayoría para llevarla a cabo y el PP no encontró el momento político oportuno. Ahora bien, en esta ocasión el Grupo Popular dice que va en serio. “Esta vez no podemos fallar y la reforma hay que hacerla”, asegura el portavoz del Grupo Popular, José Manuel Barreiro. “Hay que corregir el desfase que hubo entre la Constitución y la formación del Estado autonómico”, afirma.
La Ley de Leyes declaró Cámara Territorial al Senado sin que ni siquiera tuvieran nombre las autonomías. Tanto Barreiro como Marcelino Iglesias, portavoz del Grupo Socialista, y Eva Perera, de CiU, aseguran que los expertos que ofrecen su opinión en la ponencia no dudan de la utilidad del sistema bicameral español. Pero también de la necesidad de la reforma en un momento en el que los ciudadanos cuestionan su existencia. “La reforma del Senado puede ser una pieza constitucional clave para salir del bloqueo institucional que plantea Cataluña”, augura el portavoz socialista.
Todos parecen de acuerdo en que utilizar el Senado solo como “cámara de enfriamiento”, en expresión del socialista Joan Lerma, para corregir excesos del Congreso y revisar que lo que hace la Cámara baja no es suficiente, expresa la senadora Eva Perera, miembro de la ponencia. “Hay que dar el paso de modificar la Constitución para definir las funciones del Senado”, agrega Perera. En el PP no lo descartan, aunque no lo dicen en alto. El compromiso de los grupos es tener un informe con los cambios para junio de 2013. Todos ellos reconocen que el impulso “de reforma” que ven en el presidente del Senado, Pío García-Escudero, les induce a pensar que la habrá, porque hay conformidad en el Gobierno.
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