Las otras dos cooperantes secuestradas están en manos de delincuentes

Más de nueve meses después de haber sido secuestradas en Kenia, las cooperantes españolas Montserrat Serra (Girona) y Blanca Thiebaut (Madrid) siguen desaparecidas, en manos de delincuentes comunes en Somalia.

La negociación para su liberación está a cargo de la ONG Médicos Sin Fronteras, para la que trabajaban las dos activistas. Una hipótesis que no ha sido confirmada apunta a que los secuestradores pudieron vender a las dos cooperantes a piratas somalíes.

El pasado 13 de octubre, un grupo de hombres interceptó el coche en el que viajaban las dos españolas, después de pegarle un tiro en el cuello al chófer. Las dos mujeres regresaban al campo de refugiados de Dadaab desde la ciudad de Liboi, a unos ocho kilómetros de Somalia, cuando los secuestradores, tres hombres armados, asaltaron su convoy de dos vehículos. Uno de ellos consiguió escapar, pero los atacantes hirieron al conductor del otro y se llevaron a las dos cooperantes en dirección a Somalia en ese mismo coche.

En un principio, el Gobierno keniano culpó a los islamistas rebeldes de Al Shabab, afines a Al Qaeda, de la ola de secuestros que se estaba produciendo en el país. La milicia negó en todo momento cualquier implicación, y su autoría en el secuestro de Serra y Thiebaut ha sido descartada.

El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, aseguró el pasado mes de marzo que las autoridades somalíes le habían dado garantías de que las dos españolas se encontraban bien. García-Margallo apuntó que la discreción es esencial para poder llevar a cabo la investigación.