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Un grupo de violentos revienta el riau-riau en los sanfermines

El alcalde de Pamplona pretendía recuperar el acto tras 16 años suspendido Herido un policía municipal por el impacto de una botella en el rostro

La violencia vuelve a asomarse a los sanfermines. Dieciséis años después de su última celebración, el riau-riau sigue vetado para los pamploneses. Un reducido grupo de reventadores puso ayer fin a los intentos del alcalde de Pamplona, Enrique Maya (Unión del Pueblo Navarro), de recuperar uno de los festejos más celebrados de los sanfermines. Miles de pamploneses y visitantes se habían reunido en la tarde de hoy en la Plaza del Ayuntamiento para acompañar a la corporación municipal hasta la iglesia de San Lorenzo con el fin de celebrar las vísperas del día del santo, un acto que echó andar en 1914. Todavía no había arrancado la procesión cuando, entre gritos de ¡san Fermín! comenzaron a producirse los primeros incidentes.

Un reducido grupo de personas inició una pelea, provocando la intervención de la Policía municipal. Pese a ello, y a que muchos asistentes intentaron formar un cordón humano que facilitara el paso de los ediles y de la banda La Pamplonesa, el alcalde de la ciudad y la junta de portavoces del Consistorio decidieron suspender el riau-riau tras mantener una reunión de urgencia.

Durante la reyerta, un policía municipal ha resultado herido como consecuencia del lanzamiento de una botella, que ha impactado en su rostro. El agente, según informó el Ayuntamiento en un comunicado, fue trasladado al Complejo Hospitalario de Navarra para recibir atención sanitaria.

Los dos grupos principales en el Ayuntamiento de Pamplona, Unión del Pueblo Navarro y Nafarroa Bai, lamentaron que “un grupo reducido de personas” impidieran la celebración de la fiesta, clásica en los sanfermines hasta 1991, cuando fue suspendida por vez primera a raíz de los múltiples incidentes que solían protagonizar grupos abertzales. Se recuperó en 1996, pero solo ese año, debido a los actos violentos que se repitieron.

Tras el fin de la violencia de ETA, el Ayuntamiento pamplonés decidió resucitar el desfile, en el que sus miembros, acompañados por la banda de música y los mozos marchan hacia la iglesia de San Lorenzo.

Para la concejal de UPN María Caballero es una “lástima” que el riau-riau haya tenido que ser suspendido por “unas poquitas personas orquestadas y organizadas y que no querían que se celebrara la marcha”. Según detalló Caballero, ante los incidentes que se estaban registrando en la Plaza Consistorial, el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, ha decidido convocar la junta de portavoces y, en ella, los ediles han valorado “el riesgo que corríamos no solo la corporación, sino también la Policía municipal”. “No merecía la pena salir si no se dan unas mínimas condiciones de dignidad”, ha defendido.

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Desde las filas de Nafarroa Bai, Iñaki Cabasés, que ayer fue el encargado de prender la mecha que ha dado inicio a las fiestas, consideró “absolutamente lamentables” los incidentes registrados, si bien ha reconocido que el riau-riau es un acto “fácilmente boicoteable dada la cantidad de gente”, informa Europa Press. En este sentido, Cabasés ha criticado que el grupo que ha protagonizado los incidentes “una minoría”, en su opinión, “interprete como una victoria que la marcha no salga” cuando “está vulnerando el derecho de todos los pamploneses. El riau-riau no puede ser una batalla”, ha reivindicado.

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