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Crisis en el gobierno de los jueces

El PP tramita la presencia de Dívar en el Congreso pero para ganar tiempo

El presidente de la comisión de Justicia cree que no acudirá hasta septiembre

Alberto Ruiz-Gallardón.
Alberto Ruiz-Gallardón.GORKA LEJARCEGI

El Gobierno y el PP intentan ganar tiempo en su respaldo y protección a Carlos Dívar y, sobre todo, se esfuerzan en resistir a la presión de quienes le piden que dejen caer al presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo.

Ayer, en la comisión de Justicia del Congreso, el PP se vio obligado a tramitar la petición del diputado de IU Gaspar Llamazares para que Dívar comparezca. El PP ya rectificó en la Mesa del Congreso la posición inicial de oponerse a que el presidente del Consejo sea citado ante la Cámara. Ayer tramitó la petición en la comisión, porque se dice que es para que “detalle los contenidos” de la memoria de 2011 “relativos a la presidencia”. En el escrito remitido al Consejo se explica que esa comparecencia tendrá lugar a la “mayor brevedad”, es decir, se deja en manos del propio Dívar el calendario. La excusa para dilatar la comparecencia es que esa memoria de 2011 no estará terminada hasta septiembre y, por tanto, no podrá sustanciarse hasta entonces.

El presidente de la comisión de Justicia, Alfredo Prada (PP), explicó a este periódico que, en su opinión, la comparecencia no se producirá hasta después del verano, cuando esté concluida la citada memoria, que normalmente se presenta en otoño.

Prada añade que en el caso hipotético de que se produjera esa comparecencia en este momento, él, como presidente de la comisión, deberá interrumpir a los portavoces que pregunten sobre los gastos del presidente, puesto que la petición de comparecencia solo se refiere a la memoria. Es decir, ni siquiera sería preciso que Dívar se negara a contestar sobre sus viajes, porque el presidente de la comisión le ampararía. Según su versión, no se ha producido ninguna rectificación en el PP, puesto que la comparecencia para dar cuenta de la memoria está tasada.

Sin embargo, los portavoces del PSOE e IU, Julio Villarrubia y Gaspar Llamazares, respectivamente, aseguran que la comparecencia para dar cuenta de sus gastos privados debe producirse ya mismo, puesto que sí está dispuesto a ir para dar cuenta de los trabajos para la memoria. Afirman que en el apartado incluido sobre la presidencia se ampara la posibilidad de pedirle explicaciones sobre sus actividades y viajes. La diferencia entre ambos es que Llamazares pide la dimisión de Dívar —“ya está caído”—, mientras que el PSOE quiere esperar a escuchar sus explicaciones ante el Congreso, aunque no oculta su disgusto y rechazo sobre lo que se conoce.

El Gobierno mantiene su protección a Dívar y, a la espera de acontecimientos, no desea su relevo inmediato. La presidencia del Consejo quedaría en manos del conservador Fernando de Rosa, pero la del Tribunal Supremo podría pasar a un magistrado progresista. Por eso, su intención es que los vocales conservadores intenten ganar al menos dos meses, para que arrecie la tormenta y Dívar pueda continuar; al menos, ese tiempo. Y también para que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, pueda presentar el relevo en un plan más amplio de renovación del Poder Judicial.

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