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“Se podría acelerar el repliegue de las tropas de Afganistán”

A sus 64 años, le ha tocado gestionar un departamento que afronta uno de los recortes de gasto más drásticos de los últimos años, y con tropas desplazadas en Afganistán y Líbano Su mirada, en el escudo antimisiles de la OTAN

Miguel González
El ministro de Defensa, Pedro Morenés, el pasado jueves en su despacho oficial.
El ministro de Defensa, Pedro Morenés, el pasado jueves en su despacho oficial.CRISTÓBAL MANUEL

A juzgar por la última encuesta del CIS, podría afirmarse que los españoles no tienen la mejor opinión del ministro de Defensa, Pedro Morenés (3,74 sobre 10), pero sería más preciso decir que no tienen opinión alguna sobre él. El 70% ni siquiera lo conoce. Y no es extraño, pues se trata de un hombre discreto, afable, poco dado a estridencias, que no tiene carné de partido y nunca se ha presentado a unas elecciones. Y, sin embargo, cuenta con una dilatada carrera política como secretario de Estado de Interior, Ciencia y Tecnología y Defensa, donde desde luego no es un desconocido. Y no solo por sus cuatro años como número dos del departamento, sino también por sus cargos en algunas empresas militares (Instalaza, MDBA), con las que, frente a los recelos de algún grupo de la oposición, asegura no tener “ninguna hipoteca”.

En cualquier caso, no abundarán los contratos en la etapa que le ha tocado pilotar. Al contrario, su principal tarea será podar los gastos no imprescindibles y salvaguardar el esqueleto de las Fuerzas Armadas, aunque él, como buen vasco (nació en Las Arenas, en 1948) prefiere la metáfora del árbol. “No me importa que no esté frondoso, ya crecerán las hojas cuando podamos volver a regarlo, lo importante es no equivocarnos de árbol, si es roble o es manzano”. Antes de decidir, le gusta escuchar. Por eso, reunió el pasado 16 de abril a los nueve exministros vivos de Defensa (seis socialistas). Hoy se estrena en Chicago, junto a Mariano Rajoy, en una cumbre de la OTAN, con un ojo puesto en los recortes presupuestarios y otro en la misión en Afganistán; a la que él, rompiendo tabúes, ha calificado por su nombre: guerra.

“El anterior Gobierno no pactó ninguna contrapartida por el escudo antimisiles"

Pregunta. Usted ha repetido que en Afganistán entramos juntos y saldremos juntos, pero ha añadido que, si algún aliado rompe este compromiso, España tomará sus propias decisiones.

Respuesta. Es un principio de reciprocidad. Si alguien no respeta un acuerdo, los demás se sentirán libres de seguir vinculados a él, cosa que no creo que vaya a ocurrir...

P. El nuevo presidente francés ha anunciado que sacará este año sus tropas de combate...

R. Usted mismo lo ha matizado: las tropas de combate. Generalmente las tropas suelen ser de combate, aunque puedan cumplir otras tareas... En los cinco meses que llevo en el ministerio ha habido manifestaciones de Francia, Australia, incluso de EE UU. Cuando le pregunté a Rasmussen [secretario general de la Alianza] por este tipo de declaraciones, me contestó: “Una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace”. Ya veremos.

P. España ha anunciado que este año reducirá en un 10% sus 1.500 soldados; otro 40% en 2013; y el resto en 2014. ¿Se podría acelerar ese calendario?

“Sería mejor no dar de baja el portaviones, pero debemos elegir”

R. Se podría acelerar. Dependerá del ritmo de la transferencia de responsabilidad a las autoridades afganas y de que no se ponga en riesgo la seguridad de las tropas. Todo repliegue debe ser ordenado y con la tranquilidad de haber cumplido la misión.

P. ¿Mantendrá España sus tropas de combate hasta el final?

R. En la medida en que sea necesario para el cumplimiento de la misión y para la seguridad del contingente, en un momento que puede ser especialmente delicado, desde luego que sí.

P. ¿Está dispuesta España a participar en una misión en Afganistán después de 2014?

R. No hay una decisión tomada. Todo está sujeto a la situación económico-financiera de España, que no es buena. Lo que sí hay es la voluntad de seguir ayudando al pueblo afgano.

P. Se ha pedido a España que contribuya con 30 millones de euros al año a financiar a las fuerzas de seguridad afganas...

R. Se nos ha pedido una contribución económica, tenemos que ver si podemos hacerlo, cuáles son nuestras posibilidades.

Pedro Morenés.
Pedro Morenés.CRISTÓBAL MANUEL

P. ¿Que condiciones deben darse para mantener tropas en Afganistán después de 2014?

R. Un criterio será siempre la seguridad de los militares allí destacados. Además, cualquier misión después de 2014 deberá ser en el marco de la OTAN y de la comunidad internacional. Es lo que analizaremos en Chicago.

P. ¿Y qué misión cumplirían?

R. Básicamente, de formación y asesoramiento. España no se plantea en este momento un escenario de misiones de combate.

P. La segunda misión más numerosa es Líbano. Usted ha anunciado una reducción en 200 de los 1.050 efectivos y ha sugerido que no será la última...

R. La reducción este año puede ser de 191 militares. En 2013, con toda la prudencia que requiere el caso, podríamos reducir sustancialmente la presencia y quedarnos en algo menos del 50% de lo que tenemos ahora. Habría que pactarlo con los socios europeos, Francia e Italia. Esta última, al mando de la operación, no es muy partidaria [de recortes], pero comprende que la situación es un poco de banco pintado, en el sentido de que se va prorrogando la misión sin tener en cuenta los cambios. Creo que ha llegado el momento de quitar el cartel [de banco pintado] para sentarnos cómodamente y, sobre todo, adecuadamente a la misión.

P. ¿Está dispuesta España a mandar observadores a Siria?

R. Exteriores lo está estudiando. En Defensa no hemos sido requeridos formalmente y las últimas situaciones que se han producido [con los observadores] no animan mucho.

P. Por vez primera, la Operación Atalanta de la UE ha atacado una base pirata en la costa de Somalia. ¿Participó España?

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R. España está en la Operación Atalanta... Se trata de una coalición y arrogarse la participación en una acción es contraproducente y poco elegante.

P. Varios grupos han pedido que el Congreso vote la ampliación de la misión para incluir los ataques a las bases piratas...

R. Este ministro no tiene nada que ocultar ni ninguna intención de obviar al Congreso, pero tanto desde la UE como desde los servicios jurídicos de esta casa me dicen que no es otra operación, sino la misma desarrollada y que, por tanto, no hay que ir al Parlamento. Es lo mismo atacar un esquife en la playa que en alta mar.

P. ¿Qué contrapartidas tendrá el despliegue en Rota del componente naval del escudo antimisiles? El anterior Gobierno anunció puestos de trabajo y el mantenimiento de los cuatro destructores en astilleros de Cádiz.

“Queremos liderar el proyecto común de la OTAN sobre artefactos explosivos”

R. Lo que yo sé es que el actual Gobierno, entonces en la oposición, apoyó el escudo antimisiles y, por tanto, yo me siento solidario con esa decisión. Ahora bien, con todos los respetos, aquí no hay contrapartidas de ningún tipo... Vamos a ser serios. No digo que no se consigan, digo que hasta que las cosas no están firmadas no existen. Yo creo que estar vinculados al escudo antimisiles nos da una solidez y una credibilidad en la OTAN y con EE UU importantísima para la defensa de España. Luego, hay beneficios derivados de la presencia en Rota de los destructores que tienen que ver con la logística y con algunas reparaciones que hay que ver si pueden hacer nuestros astilleros. Y también habrá obras de infraestructura en la base y formación de nuestros marinos. Se han creado cuatro mesas para discutir estos temas, aunque es verdad que la negociación es más compleja cuando de principio tú ya has dado tu parte.

P. Esos buques formarán parte del escudo antimisiles, pero también podrán cumplir misiones en África u Oriente Medio. ¿Se reservará España el derecho de autorizarlas caso por caso?

R. Para la [misión de] defensa antimisiles tenemos que enmendar el convenio con EE UU y, dentro de ese convenio, ya está regulado cuál es el régimen de la operatividad de las unidades destacadas en España. No vamos a renegociar eso.

P. Rajoy anunció que España podría liderar alguno de los proyectos de la llamada Smart Defense [Defensa Inteligente], capacidades militares compartidas por los países de la OTAN.

R. Queremos liderar el de IED [Artefactos Explosivos Improvisados] y participar en otro de sanidad militar. Son campos donde tenemos mucho que aportar. Como ya dije, también estaremos, aunque no como a mí me gustaría, en el AGS [Sistema de Vigilancia del Terreno].

P. ¿Qué garantías hay de que España podrá usar esas capacidades ante una amenaza no compartida con sus socios?

“Haremos todo lo que haga falta para proteger en Gibraltar a los pescadores”

R. Ese es un tema clave. Hay dos preocupaciones: la soberanía industrial y la soberanía operativa. Desde luego, no habrá Smart Defense si no se clarifica la disponibilidad de esas capacidades. Y no es fácil, porque puede haber posiciones diferentes en los aliados ante un conflicto.

P. Defensa se enfrenta a un ajuste presupuestario sin precedentes y usted no ha descartado dar de baja el único portaviones...

R. España está pasando una crisis muy grave y la lucha contra el déficit se ha convertido, por vez primera, en un objetivo estratégico de la Defensa. Dentro de esa política estamos revisando los sistemas de armas e infraestructuras más próximos a la obsolescencia. El portaeronaves Príncipe de Asturias está llegando al final de su vida operativa y además tiene un sustituto, el Juan Carlos I, que no hace exactamente lo mismo, pero sí cosas parecidas. ¡Claro que sería mejor tener los dos! Pero debemos elegir. La disyuntiva era hibernar el portaeronaves o darlo de baja. Yo creo que todo lo que no sea remozar completamente el buque, lo que costaría casi tanto como uno nuevo, es agarrarse a una hipótesis que al final acaba siendo muy cara y solo supone retrasar la decisión.

P. La austeridad afecta a los actos del Día de las Fuerzas Armadas, el próximo 2 de junio en Valladolid.

R. No podía ser de otro modo. En 2011, los actos costaron 1,3 millones y este año nos quedaremos en 400.000 euros. Pero habrá jornadas de puertas abiertas en todas las comunidades autónomas.

P. ¿También en el País Vasco?

R. En toda España, claro.

P. Si es necesario, ¿apoyará la Armada a la Guardia Civil en la protección de los pescadores que faenan en Gibraltar?

R. El Gobierno va a emplear todas las medidas que considere necesarias para proteger a los pescadores españoles que, en su legítimo derecho y en aguas de España, están faenando.

“Yo creo que en Arabia Saudí hay una evolución, desde su idiosincrasia”

P. Usted ha viajado a Arabia Saudí para impulsar la venta de más de 200 carros de combate...

R. Yo he ido a conocer a mi homólogo, el príncipe Salman, y abrir una relación de alto nivel entre los dos ministerios. Por iniciativa de ellos, hemos analizado sus intereses en temas de armamento. La exportación es una tarea en la que debe involucrarse toda la sociedad. O nos proyectamos fuera o no hay nada que hacer.

P. Muchos partidos y ONG alegan que Arabia Saudí no cumple los mínimos en derechos humanos o igualdad de la mujer.

R. Yo creo que en Arabia Saudí hay una evolución, desde su idiosincrasia... Es un país donde están EE UU, Francia, Alemania; un país al que vendemos trenes y que riega de petroleo el mundo. Si solo se puede tratar con el perfecto, yo no conozco ninguno. Debemos ser muy prudentes a la hora de juzgar al vecino.

P. No se trata de un juicio moral, sino de que esas armas puedan usarse para reprimir...

R. Puede ocurrir, pero nadie está libre de eso. Hay que intentar que todos los países se incorporen a una sociedad cada vez más civilizada y, si utilizan las armas en acciones inaceptables para la comunidad internacional, habrá que tratar de impedirlo, como se ha hecho en Libia. Denunciar el uso, no la tenencia.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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