Las llamadas al pacto se estrellan contra el muro de la incomunicación
Los portavoces parlamentarios invocan la necesidad de acuerdos con el Gobierno, pero todos los gestos se diluyen al instante
“Queremos pactar pero el PP no se deja”. “Pactar con ustedes [socialistas] nos resulta muy difícil”. Estas observaciones responden, respectivamente, a la portavoz parlamentaria del PSOE, Soraya Rodríguez y al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dirigiéndose al portavoz socialista del Senado, Marcelino iglesias. Así transcurrió el martes político, después del lunes de Pascua de 2012, en el que los inversores arrecieron su acoso contra España, y en el que todos los portavoces parlamentarios invocaron la necesidad de acuerdos para hacer frente a la situación de máxima gravedad que vive España. Pero las llamadas al acuerdo se diluían casi al tiempo de formularlas. Alfredo Pérez Rubalcaba, líder del PSOE, estaría dispuesto a escuchar al presidente del Gobierno; pero dice que no le llama.
Existían dudas sobre si de manera discreta, sin publicidad, el Gobierno mantenía conversaciones con el PSOE. Incluso que el Jefe del Ejecutivo mantuviera informado al líder del primer partido de la oposición sobre la gravedad de la situación y la alarma de las últimas horas por el alza de la prima de riesgo. En el PSOE aseguran que no, que no ha habido llamadas por lo que Rubalcaba no tiene información directa de qué está pasando. Así solo les queda el camino de las declaraciones públicas y de la presentación unilateral de iniciativas, “lo mismo que hace el Gobierno”, señalan fuentes socialistas.
Desde el Gobierno se pide al PSOE responsabilidad. Por ejemplo, con su apoyo a la Reforma Laboral, que costó una huelga general el pasado 25 de marzo, y también a la Ley de Estabilidad Presupuestaria que el jueves el PP aprobará con sus propios votos. Desde el PSOE se asegura que querrían pactar con el Gobierno medidas contra la crisis pero todas las que propone y aprueba traspasan las líneas rojas que la sociedad puede tolerar, desde la perspectiva del PSOE, y también de la mayoría de los grupos parlamentarios.
Los socialistas consideran prioritario que la Ley de Estabilidad Presupuestaria tenga el máximo apoyo porque sería un mensaje alentador para los mercados y las instituciones europeas. Pero no parece posible ya que el Gobierno varió los términos del pacto sobre el déficit y el PSOE se aferra a esa “ruptura” para no apoyarlo. Por tanto, la ley saldrá solo con los votos del PP.
“Recupere el consenso político, social e institucional”, pide al Gobierno la portavoz parlamentaria del PSOE, Soraya Rodríguez, en alusión también a los sindicatos que van ya por la tercera carta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para que les reciba. “Ustedes deben colaborar con el Ejecutivo si en verdad quieren ser responsables”, les pide a los socialistas el portavoz parlamentario del Grupo Popular, Alfonso Alonso. Esa responsabilidad les debería llevar a votar la Ley de Estabilidad Presupuestaria el jueves pero también las próximas que el Gobierno les presente para recortar partidas de sanidad y educación. “No podemos apoyar medidas que sirvan para retroceder en derechos sociales e incluso para recentralizar competencias autonómicas”. Estos noes corresponden al portavoz de Fomento socialista y responsable de Formación de la ejecutiva federal, Rafael Simancas, que asegura que la dirección del PSOE está dispuesta “ a hablar en serio con el Gobierno sobre la base de algunas rectificaciones”.
No hay posibilidad de diálogo para el Gobierno si el PSOE parte de la base de que el Ejecutivo tiene que dar marcha atrás en algunas de sus medidas. Además, para otros grupos parlamentarios, muy confundidos en las últimas horas por la actitud del Gobierno, no parece que el Ejecutivo esté dispuesto a rectificar ni a escuchar a otros grupos. Tampoco al primer partido de la oposición. “El PP no apoyó en nada al Gobierno socialista cuando España estuvo a punto de ser intervenida en mayo de 2010 y ahora no puede esperar que éste le avale en sus políticas”, señala a modo de descripción un portavoz parlamentario. Desde las filas del PSOE se tiene su propia interpretación. “No quieren contar con nosotros porque nos quieren situar en la marginalidad”, señalan fuentes de la dirección socialista. “Queremos hablar pero no nos llaman”, rematan en el PSOE. “No ayudan cuando estamos así por su culpa”, reprochan en el PP. Unos y otros rechazaron la propuesta de la máxima dirigente de UPyD, Rosa Díez, de afrontar la situación con un pacto de Estado o gobierno de concentración.
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