Rajoy no admite críticas del PSOE a la reforma laboral "con millones de parados"
Los socialistas piden la retirada del Decreto Ley que “lamina las relaciones laborales”
Las invectivas contra la reforma laboral procedentes del PSOE las devuelve el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con el pasado y el presente: “Ustedes hicieron una reforma laboral, que les costó una huelga, no lograron pactar con los sindicatos y en cuatro años de sus gobiernos se han despedido a tres millones y medio de trabajadores, así que no me hable de despidos”. Este fue el envoltorio de la primera sesión de control de la oposición al presidente del Gobierno en el Senado. En nada se pareció a los durísimos encontronazos de la legislatura pasada entre el anterior presidente, José Luis Rodríguez Zapatero y el portavoz del PP, Pío García-Escudero, hoy elevado a la presidencia del Senado. El portavoz del PSOE en la Cámara Alta, Marcelino Iglesias, mantuvo un tono de mesura en su exigencia a Rajoy de que retire la reforma laboral. “Esto no es una reforma laboral sino la laminación total de las relaciones laborales en España”, le espetó Iglesias a Rajoy como colofón de las razones por las cuales el PSOE se opone al decreto – ley que será convalidado indefectiblemente el jueves en el Congreso.
La sesión empezó con la ironía del portavoz socialista que se regodeó en “dar la bienvenida” al presidente del Gobierno por su nombramiento, allá por el mes de diciembre, dado que aún no había pisado el Senado. “Los senadores estamos aquí desde el 13 de diciembre y hoy es 6 de marzo, le hemos echado de menos señor presidente”. A esto ni respondió el jefe del Ejecutivo. El uso parlamentario de responder una vez al mes las preguntas de los senadores lo instauró el presidente José Luis Rodríguez Zapatero nada más acceder al cargo. Rajoy lo seguirá pero la tardanza en llegar ha motivado críticas entre los senadores.
El asunto fue la reforma laboral que el PSOE insiste en que se retire y así lo ha dicho en el Senado y un par de horas más tarde en el Congreso. “No cuente con nuestro apoyo para una reforma laboral que rompe con las relaciones laborales de este país, tejidas con el acuerdo de los agentes sociales y el Gobierno, durante muchos años y en situaciones difíciles”, señaló Iglesias para desgranar y denostar los aspectos menos asumibles para el PSOE, los sindicatos, los partidos de la izquierda parlamentaria y el PNV. “No estamos de acuerdo porque prioriza el despido sobre la contratación y sus ministros dicen que en los próximos diez meses habrá 600.000 parados más”.
Al poner por delante de los convenios de sector la relación entre empresa y trabajadores “se deja completamente desprotegidos los trabajadores de provincias que no tienen grandes empresas”, relató Iglesias. Además, “choca con la letra y el espíritu de la Constitución; es la reforma del despido libre y barato… No cuente con nosotros ni con la mayoría de los españoles”.
No pareció inmutarse en absoluto el presidente del Gobierno ante estos argumentos sino que pasó a la ofensiva poniendo en sus tejado los cinco millones de parados; tres millones y medio en los últimos años de gobierno socialista – “no me hable usted de despidos”- y la necesidad imperiosa de “hacer algo”. Como la pregunta de Iglesias era si no percibía “la inquietud” de la sociedad española ante esta reforma, Rajoy respondió que “la inquietud de los españoles estaba en querer trabajar y no poder “. No ve Rajoy necesidad de entrar a rebatir o discutir los aspectos concretos que mueven a la izquierda y a los sindicatos a oponerse a la reforma. Desde la perspectiva gubernamental, la referencia a los parados es suficiente para rechazar las críticas. El PP tampoco contestó a la diputada socialista Concha Gutiérrez cuando advirtió desde la tribuna del Congreso que el contenido de la reforma laboral “hace saltar por los aires las bases de la paz social”.
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