Rajoy hace un mes: "España va a cumplir el objetivo, y hoy es el 4,4%"
El Gobierno reiteró en numerosas ocasiones que cumpliría con la cifra de déficit que ahora supera
Las hemerotecas a veces sonrojan. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha anunciado hoy que el déficit público será del 5,8% en 2012, y no del 4,4% como exige Bruselas. El jefe del Ejecutivo ha defendido que este objetivo cumple con el Pacto de Estabilidad y las recomendaciones que la Comisión Europea hizo a España en 2009 para que redujera cada año su déficit en un 1,5% del PIB. Pero lo que ha anunciado hoy Rajoy choca de lleno con lo que venían manteniendo tanto él como los miembros de su Gobierno los últimos meses. La última vez que el presidente se comprometió en público a cumplir con el 4,4% fue hace poco más de un mes. "España va a cumplir los objetivos de déficit que se marquen en el programa de estabilidad; hoy es el 4,4% y España hoy va a cumplir ese objetivo", dijo el pasado 24 de enero.
El presidente hizo esas declaraciones en Portugal, en su primera visita a un Estado europeo como presidente del Gobierno. Después de reunirse con el primer ministro, el conservador Pedro Passos Coelho, y tras conocer las previsiones del FMI (que atribuía a España un déficit del 6,8%) fue preguntado sobre las posibilidades de que los objetivos se suavizaran. Entonces Rajoy señaló que cumpliría con el objetivo del 4,4% y añadió: "Todas las previsiones son discutibles y yo me tomo la del FMI como un estímulo. Ya anunciamos un importante recorte de 15.000 millones de euros a los pocos días de empezar a Gobernar y vendrán más recortes de gasto", añadió.
El objetivo de déficit del Gobierno en estos momentos es el 4,4% del PIB y no hay ninguna modificación al respecto Luis de Guindos
Como Rajoy, varios miembros de su Gobierno declararon en público que la cifra del 4,4% se cumpliría. El ministro de Economía, Luis de Guindos, fue tajante ese mismo día en Bruselas: "El objetivo de déficit del Gobierno en estos momentos es el 4,4% del PIB y no hay ninguna modificación al respecto", afirmó el ministro, al tiempo que añadía que "no está en la agenda en absoluto" modificarlo o retrasarlo. Respondía así el titular de Economía a las pretensiones de su homólogo al frente de Hacienda, Cristóbal Montoro, de aplazar un año esa meta. Montoro fue el único miembro del Ejecutivo que expresó sus dudas sobre la posibilidad de cumplir con el objetivo. Lo hizo en un diario alemán, donde reconoció su "inseguridad" respecto al objetivo de déficit de 2012 por culpa de la crisis y la dificultad de las comunidades para cumplir con su parte.
La salida de tono del ministro de Hacienda forzó que la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, le corrigiera. Y al hacerlo volvió a expresar el compromiso del Gobierno con ese 4,4%. Tras el Consejo de Ministros del pasado 20 de enero, Santamaría afirmó que las metas comprometidas ante Bruselas se iban a alcanzar costase lo que costase. "El Gobierno afronta con determinación" el cumplimiento de los objetivos de déficit y si las circunstancias, aseguró Santamaría en referencia a una contracción económica más grave de lo previsto, obligan a realizar mayores esfuerzos, se aprobarán "mayores reformas y un mayor rigor", dijo la vicepresidenta. El Ejecutivo "tiene la voluntad y la determinación de cumplir con sus compromisos", insistió.
Antes de las generales, el PP también se manifestó a favor de cumplir con la austeridad a rajatabla a cuenta de criticar a los socialistas. El 11 de noviembre de 2011, el ahora ministro de Asuntos Exteriores participó en un congreso organizado por la patronal gallega. "Este país hay que cambiarlo de arriba a abajo", llegó a decir en su turno el eurodiputado del PP José Manuel García-Margallo y Marfil. Minutos antes se refería a una propuesta electoral del candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, para que la Unión Europea retrase en dos años los objetivos de cumplimiento del déficit: "A mis colegas [en el Parlamento Europeo] les ha puesto los pelos como escarpias". Antes del acto de ayer ya había calificado la promesa electoral como "un disparate, un esperpento".
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