Rajoy contra el efecto “agrupémonos todos”
El candidato del PP se niega a hablar de recortes e intervención para conjurar el miedo Otros dirigentes usan el temor al colapso de la economía si no gana el PP
Último esfuerzo de campaña. Y en el caso de Mariano Rajoy, último esfuerzo es sinónimo de regate de cualquier atisbo de concreción sobre sus planes. También de caso omiso de las voces que hablan de intervención de la economía española. Ni mención expresa hizo a los problemas de la prima de riesgo.
Ayer fue otro día grande para Rajoy. Grande en el escenario, en la asistencia desbordada y eufórica de simpatizantes y en la expectativa de triunfo histórico en Andalucía. Pero fue un día muy limitado en el interés del candidato del PP por hacer un discurso a la altura de las circunstancias y nada grande por la repetición de las mismas frases de su paseo triunfal por España de los últimos 15 días. Solo añadió el vaticinio de que Javier Arenas será presidente de la Junta en breve.
“Yo no quiero hablar de recortes”, advirtió ayer en Badajoz, después de un rosario de dependes como respuesta a las peticiones de aclaración de sus planes de ajuste en todas las entrevistas. “Yo no acepto lecciones de quien ha hecho el mayor recorte de la democracia”, aseguró casi enfadado en uno de sus mítines.
“CUMPLIREMOS”
- Rajoy: "Esta es una gran nación que se crece en las dificultades. Siempre hemos dado la talla y volveremos a darla. No es momento de peleas partidistas y disputas".
- "Este país estará siempre en el euro y cumplirá sus responsabilidades".
- Javier Arenas: "La situación es difícil, pero peor imposible, así que el cambio será siempre a mejor".
Su tesis es que el debate sobre los recortes lo han alentado los socialistas para provocar miedo al PP, para que cunda la idea de que están en peligro los logros sociales. Él se niega a entrar en ese debate y asegura en los mítines que aumentará el Estado de bienestar porque creará puestos de trabajo que, a su vez, cotizarán y consumirán y pagarán impuestos.
Ni una pista de recorte y sacrificio porque su campaña está diseñada para disolver el efecto de lo que él llama “el agrupémonos todos”, que no es otra cosa más que el esfuerzo del PSOE de reunir el voto útil de la izquierda, incluso el de los más molestos con la política económica de Zapatero, por el miedo a un triunfo aplastante del PP. Por eso Rubalcaba apela al sentimiento identitario y Rajoy al bolsillo y repite machaconamente: “El cambio es elegir entre que las cosas sigan así o que haya un Gobierno serio y valiente que afronte la situación”.
En Andalucía, esa percepción del miedo y el voto útil es mayor que en ningún otro sitio, porque se juegan también un resultado histórico en las autonómicas de marzo de 2012. Lo ambiguo no molesta ni asusta y la muleta del “depende” la usa hasta para contestar en la SER si su responsable de economía será hombre o mujer.
Tampoco habló ayer en Badajoz y Sevilla de la situación de la deuda española o del riesgo de intervención. No quiere nada que distorsione su mensaje simple del paro y prefiere ocultarlo. Que llegue el domingo cuanto antes, aunque todo esté cogido con alfileres.
Esperanza Aguirre asegura que si no ganan habrá intervención
No puede evitar que otros dirigentes sí que hablen de ello y hasta que, para meter el dedo en el ojo a Zapatero, todavía presidente a título póstumo, sugieran la posibilidad de intervención. Como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que aseguró ayer que “la situación económica de España es delicadísima” y que “si no fuera porque hay elecciones el domingo y todas las encuestas auguran un cambio en la buena dirección, tendría muchas papeletas para estar ya intervenida”. O Cristóbal Montoro, responsable de economía del PP y cabeza de lista por Sevilla, que habló de “situación crítica”.
El miedo que invocan los dirigentes del PP es que si no se le vota el domingo España daría un paso al frente, una vez situada ante el abismo. Solo Rajoy, repiten, puede evitar la intervención de la economía española.
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