"Debemos celebrar usted y yo que el asunto de ETA esté encauzado"
Ambos hablan de la banda solo para certificar la unidad antiterrorista
No ha habido discusión ni sorpresas en el debate en torno a ETA y su anuncio del “cese definitivo de la actividad armada” del pasado 20 de octubre. Ha sido el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, el que lo ha introducido. No podía irse sin recordar que ETA había dejado de matar mientras gobernaba el PSOE. Pero debía hacerlo con cuidado, sin apropiarse de un logro atribuible a todos los Gobiernos que desde hace décadas han luchado contra el terrorismo. Y así lo ha hecho. “Debemos celebrar usted y yo que esto esté encauzado”, ha dicho a Rajoy. Después ha tenido unas palabras de recuerdo hacia las víctimas y de agradecimiento a las fuerzas de seguridad, los jueces y los fiscales.
Ha sido, quizá, su momento más presidencial del debate. Era el mayor logro que podía exhibir de su Gobierno, pero tenía que lucirlo con elegancia. Ni siquiera ha remarcado de forma explícita que la banda ha abandonado la violencia tras un intenso acoso policial y judicial que la debilitó extraordinariamente mientras él ocupaba la cartera de Interior. Pero sí ha puesto sobre la mesa, sutilmente, que ha sido durante la última legislatura cuando el asunto, en sus palabras, "se ha encauzado", remarcando que en el programa electoral del PP de 2008 ETA era el primer tema mientras que en el actual es el último.
Los dos candidatos han mostrado su voluntad de mantener la lucha antiterrorista y no han ido más allá en un tema cuya gestión futura será espinosa. “Pase lo que pase le ofrezco mi colaboración”, ha dicho Rubalcaba. “Si soy presidente le llamaré para dar los pasos que hay que dar para el fin definitivo [de ETA] y si estoy en la oposición contará con mi leal colaboración”, ha asegurado a su oponente. “Yo haré exactamente lo mismo”, le ha respondido Rajoy. "En la lucha contra el terrorismo, la unidad de todos es esencial para terminar definitivamente con la banda terrorista”.
Ha sido todo. Con estas breves intervenciones se han acabado las referencias a ETA. Ni Rajoy ni Rubalcaba, como era de prever, han hablado de cómo gestionarán el final de la violencia si ganan las elecciones. No se han pronunciado, ni se lo han exigido al otro, sobre cuestiones concretas que tendrán que abordarse después del 20-N: la conveniencia de acercar a los presos al País Vasco o la aplicación de beneficios penitenciarios a los reclusos de la banda. Nada. La cautela en este ámbito ha sido extrema.
Han pasado 18 días desde el anuncio de ETA, que ha influido muy escasamente en la campaña electoral. En el PP la consigna ha sido obviar el comunicado y centrarse en la crisis económica y el paro, sus dos grandes argumentos frente a un Gobierno con cinco millones de parados. Y el PSOE tampoco parece haber logrado sacar rédito electoral al hecho de ser el partido gobernante en el momento en el que ETA puso fin a 43 años de terror. El candidato socialista ha sido siempre cauto al abordar este tema. Solo Felipe González y Alfonso Guerra lo sacaron a la escena electoral en el mitin del sábado pasado en Dos Hermanas (Sevilla), acusando al PP de no alegrarse de que ETA pusiera un punto final a la violencia justo antes del inicio de la campaña y atribuyendo el éxito del proceso principalmente a Rubalcaba. Pero de poco o nada puede servir el final de ETA a los socialistas para ganar las elecciones a tenor de las preocupaciones de los españoles: en estos momentos, el terrorismo es una cuestión prioritaria solo para un 3% de los ciudadanos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.