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OPERACIÓN ARENA CONTRA LA CORRUPCIÓN

El empresario Duarte preveía repartir dos millones de la Xunta con Escribano

“Le ofrecí el oro y el moro para ver si soluciona rápido”, recogen las escuchas

Escribano, el pasado marzo en un acto de Nuevas Generaciones.
Escribano, el pasado marzo en un acto de Nuevas Generaciones.G. T.

Los teléfonos del empresario Fermín Duarte y del exdiputado en el Parlamento gallego Javier Escribano echaban humo durante los meses de mayo, junio y julio para solaz de la policía que los tenía pinchados para investigarlos. Esas horas de conversaciones destaparon los manejos del empresario y el diputado que este verano estaban ansiosos por contactar con los conselleiros de Medio Ambiente, Agustín Hernández y de Industria, Javier Guerra.

La policía sospecha que su plan pasaba por amenazar a la Xunta de Galicia con denunciarla ante la Unión Europea por impedirle vender su zahorra, amparándose en un certificado de Holanda.

En una de las llamadas, del 27 de junio, el industrial cuenta a un familiar cercano que pretende recibir “dos milloncejos” de euros de la Administración y que Escribano le está ayudando en las gestiones. “Le he ofrecido el oro y el moro para ver si soluciona rápido”, cuenta el empresario, quien se muestra satisfecho con la ayuda del entonces parlamentario del PP. En la charla que fue interceptada por la policía, el industrial dice de él mismo: “Dos milloncejos para Fermín y Fermín desaparece”. Y aclara que una parte de ese dinero es para el diputado popular.

Estas frases hacen concluir a la Brigada de Delitos Económicos del Cuerpo Nacional de Policía que ambos pactaron comisiones ilegales a cambio de las influencias de Escribano en el Gobierno gallego. Este intenta contactar con Hernández y con el director general de Industria, Ángel Bernardo Tahoces, al que llega a enviar una carta a través de la Cámara de Comercio de Ferrol. El departamento de Guerra recibió en octubre de 2010 una denuncia de la Asociación Gallega de Áridos contra Manmer, la firma de Duarte. Oficialmente sigue tramitando el expediente desde la subdirección general de Administración Industrial. La policía ha constatado que su responsable recibió a Duarte el pasado mes de agosto.

"A ver si hay suerte"

En su propósito de influir en las Consellerías de Medio Ambiente e Industria del Gobierno gallego siempre a favor de la empresa Manmer SL, el entonces diputado del PP, Javier Escribano y el gerente de la firma, Fermín Duarte, tocaron tocas las teclas que tenían a mano. Así consta en el sumario de la Operación Arena que motivó la imputación del dirigente popular por parte del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia que le acusa de cohecho y tráfico de influencias.

Para que la sala del tribunal llegase a esa conclusión fue fundamental el trabajo de la Brigada especializada en delitos económicos del Cuerpo Nacional de Policía. Tras intervenir el teléfono del industrial los agentes constataron la intensa relación entre ambos. Así lo constata el tráfico de llamadas de Duarte a Escribano y viceversa durante los meses de mayo, junio y julio. Los pinchazos telefónicos dejan entrever la desesperación de ambos por reunirse con los conselleiros de Medio Ambiente, Agustín Hernández, el departamento responsable de autorizar el uso de la zahorra de Manmer —importada de Holanda con residuos potencialmente contaminante— en obras, y el de Industria, Javier Guerra, que desde hace un año mantiene un expediente abierto contra la empresa de Duarte, tras otra denuncia de la Asociación Gallega de Áridos.

Duarte logró una reunión con un cargo de Industria sobre Manmer

Político y empresario utilizaron sus contactos en la Cámara de Comercio de Ferrol para solicitar una entrevista con el director general de Industria, Ángel Bernardo Tahonces, y llegaron a enviar desde esta institución un escrito a la Consellería. En una de las conversaciones intervenidas, del pasado 18 de julio, Escribano llama a Duarte y le advierte que ha remitido la carta desde la Cámara de Comercio de Ferrol a la atención de Tahoces. El empresario le contesta que durante la última semana de julio va a ver a los dos conselleiros [Hernández y Tahoces, aunque matiza: “Igual es preferible que vaya por procedimiento reglamentario, primero el director general [Tahoces] que es un tío con un par de huevos y manda más que el conselleiro”.

En ese diálogo, Escribano se lamenta de que ambos sigan sin tener noticias del director general de Avaliación e Calidade Ambiental del departamento de Medio Ambiente, Justo de Benito. Y propone pasar a la acción con Tahoces. “Yo a estas alturas ya no andaría con contemplaciones, si le metes ya el misil, se lo metes y punto, porque yo sigo esperando a que me llame Justo, ¿porque a ti tampoco te ha llamado, no?”. En esas conversaciones, el diputado del PP presume de formar parte de la Comisión de Industria, Energía, Comercio y Turismo y asegura que va a aprovechar una comparecencia de Guerra para abordarlo y tratar el tema de la empresa.

La policía ha constatado que las gestiones de Escribano y Duarte dieron sus frutos puesto que el empresario logró tener una reunión a mediados de agosto con un cargo del equipo de Tahoces, el subdirector general de Administración Industrial, Tomás Nogueira.

La consellería de Industria aseguró el martes a este periódico que no tiene constancia de que Escribano se dirigiera a su departamento, ni a través del titular, Javier Guerra, ni al director general Ángel Bernardo Tahoces. Admitió sin embargo que el expediente abierto a Manmer a raíz de una denuncia de la Asociación Gallega de Áridos en octubre de 2010 continúa un año después en fase de tramitación, precisamente en el departamento que dirige Tomás Nogueira.

El exparlamentario dice que se interesó por “un problema de una persona”

Los investigadores relacionan esa sucesión de llamadas con una conversación anterior de Duarte con un familiar suyo, el 27 de junio, en la que le cuenta una reunión que ha mantenido con Escribano. Aluden a un plan que habían trazado entre ambos para exigir una indemnización a la Xunta por impedirle vender los residuos, que según Manmer están homologados en Holanda. De lo contario, amenazarían con denunciar la prohibición ante las autoridades comunitarias. Su idea es pedir dos millones de euros a la Xunta, de los que una parte, según los investigadores, serían para Escribano. “Dos milloncejos para Fermín y Fermín desaparece”, cuenta Duarte a su familiar. Cuando se le pregunta qué pasa con Escribano, responde que “una parte se la lleva él”. En otra parte de la conversación, el empresario sostiene que Escribano se está portando bien y añade: “A ver si hay suerte, yo le he ofrecido el oro y el moro por si soluciona rápido”. Estas frases hacen concluir a los agentes que el diputado y el empresario han pactado comisiones ilegales a cambio de que el político del PP tirase de sus contactos en el Gobierno gallego para favorecer a la empresa de materiales de construcción.

En una entrevista publicada ayer en La Voz de Galicia, Escribano no negó que hubiera realizado gestiones a favor del industrial eumés. “Lo que hice fue interesarme por un problema de una persona que se dirigió a mí para exponerme su situación y lo hice como lo he hecho a lo largo de dos años que llevo como diputado con decenas de colectivos y personas...”.

La policía sospecha que en septiembre Escribano recibió un soplo de que se le estaba investigando, lo que frustró el avance de sus investigaciones. En una conversación grabada, el exdiputado contó a una amiga que el alcalde de A Coruña y presidente provincial del PP, Carlos Negreira, le había advertido de que tenía el teléfono pinchado. A partir de ese momento su actitud cambió y dejó de hablar por el móvil.

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