Las víctimas de ETA entregan a los mediadores sus condiciones para la paz
Los familiares rechazan participar en un acto que “humilla” a los damnificados El Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco elabora un decálogo para la conferencia de paz y pide "resistir a la tentación de impunidad" ante el hipotético fin de la banda
Una decena de familiares de víctimas de ETA acudieron por la tarde al Palacio de Aiete, mientras se estaba celebrando en su interior la conferencia internacional sobre el terrorismo, para entregar a los organizadores, y especialmente a las seis personalidades internacionales, un documento que recoge sus condiciones para lograr la paz. No quieren “impunidad” antes, durante, ni después del fin de ETA. Y exigen a la organización armada y a Batasuna una “condena de la historia de la banda”.
Entre los familiares de las víctimas se encontraban Consuelo Ordóñez, hermana del concejal del PP Gregorio Ordóñez; Rubén Múgica, hijo del dirigente socialista Fernando Múgica; Estíbaliz Garmendia, viuda del policía municipal de Andoain Joseba Pagazaurtundua, y Caty Romero, viuda del guardia municipal Alfonso Morcillo. Un representante de Lokarri, organizador del foro, recogió el decálogo titulado No a la impunidad que todos los colectivos de víctimas y familiares de estas firmaron en noviembre de 2010, así como 12 ejemplares del libro Vidas rotas, obra de Florencio Domínguez, Rogelio Alonso y Marcos García Rey, donde se recoge la historia de las 857 víctimas mortales de ETA.
Tras hacer unas declaraciones a los periodistas, fueron instados a acceder al palacio para hablar con la organización, pero las víctimas rechazaron hacerlo porque no habían sido “invitados a la conferencia”. “La organización de este acto y muchos de los que se encuentran ahí dentro llevan años viviendo de la humillación a las víctimas del terrorismo”, manifestó Consuelo Ordóñez. La hermana del edil del PP asesinado explicó que su presencia respondía al deseo de entregarles el citado decálogo y los libros “para que los mediadores que han venido de muy lejos conozcan la historia de lo que ha pasado aquí”. Y añadió, como han hecho estos días dirigentes del PP, que “las personas que han venido de Inglaterra, Suráfrica, Francia y Alemania no deben estar muy puestas en la historia más reciente de terror de este país”.
Rubén Múgica, por su parte, consideró que en el Palacio de Aiete se estaba “perpetrando uno de los ataques más virulentos a la democracia española desde la transición”. “Esto es una estafa, una mentira y un insulto a las víctimas”, sentenció el hijo de dirigente socialista fallecido.
El portavoz de las víctimas, Jorge Mota, recordó que el decálogo suscrito por estas asociaciones expresa que “la política penitenciaria no debe convertirse en una política de gracia”. Los afectados por el terrorismo reclaman en dicho texto que los presos etarras reconozcan el daño causado a sus familias y a la sociedad. Exigen, además, que el fin de ETA debe hacer posible “el esclarecimiento de todos los atentados que están sin resolver”.
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