Duran Lleida no quiere que Cataluña "viva de la subvención"

Josep Antoni Duran, líder de Unió y portavoz de CiU en el Congreso, ha vuelto a destacar hoy que no quiere una Cataluña "que viva de la subvención". El político catalán evitaba así rectificar por el revuelo que causó al criticar el pasado día 4 a los andaluces que cobran el subsidio agrario y se pasan el día "en el bar". Mantiene que no quiso ofender al pueblo andaluz sino al sistema de subsidios.

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Duran Lleida se reafirmó ayer en sus palabras y achacó la ola de reacciones en su contra a que “quieren matar al mensajero”. “Prefieren eso antes que quedarse en el mensaje, que es mi oposición a la cultura del subsidio aquí, en Alemania y en Honolulú”, se defendió, argumentando que paga así los “platos rotos” del combate electoral PSOE-PP. Duran insistió en que no debe disculparse y tachó de “infamia” que se le acuse de atacar a andaluces y extremeños.

Tras afirmar que se sentía “atónito y perplejo” por la reprobación, Duran recordó que abordó el tema después de que Micaela Navarro, consejera de Bienestar Social de Andalucía, dijera que los catalanes cierran residencias de ancianos mientras los andaluces abren asilos con nombre de suite. “Ella habló de catalanes y yo de políticos andaluces, incapaces de buscar alternativas a quien no tiene trabajo”, agregó. Duran apuntó que hay voces críticas en Andalucía contra el PER y leyó la de un empresario, un sindicalista y la del presidente del Observatorio de Economía de Andalucía, Joaquín Aureoles, a quien atribuyó esta frase: ‘Cuando se pretende desactivar el PER es un drama pero mantenerlo es perverso’.

CiU ha cerrado filas entorno a Duran, que fue ovacionado el sábado en el consejo nacional de la federación cuando aludió al PER. Pero todos los partidos, salvo ERC, le criticaron. La ministra de Defensa, Carme Chacón, le acusó de comportarse como el PP “cuando desde fuera de Cataluña atacaba a los catalanes”, y la popular Alicia Sánchez-Camacho, de atizar el odio entre los pueblos. El presidente de ERC, Oriol Junqueras, apuntó que el problema es otro: que una sola persona, la duquesa de Alba, acapare la mayor parte de las ayudas agrarias de la UE.