Barreda sostiene que sin déficit no se habría avanzado en educación y sanidad

El expresidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda (PSOE), ha esperado a que transcurrieran los 100 primeros días de gobierno de su sucesora, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, para romper su silencio y arremeter duramente contra su labor al frente del Ejecutivo regional durante este periodo. El dirigente socialista ha criticado tanto el fondo como las formas de gobernar de la nueva Junta del PP, pero también ha defendido su labor al frente de la comunidad en contra de quienes culpan de la actual situación de la región a la “herencia recibida”.

Barreda se ha mostrado cansado de la, en su opinión, “campaña de descalificación” que ha llevado a cabo el Gobierno popular desde que asumió la presidencia de la región y ha tratado de restar importancia y transcendencia a las cifras de endeudamiento y déficit con los que acabó su mandato, que ha calificado de “perfectamente asumibles y reconducibles”. El expresidente ha reivindicado “un endeudamiento razonable” como mecanismo para acabar con el “déficit histórico” del que adolecía Castilla-La Mancha en sanidad o educación.

El expresidente de Castilla-La Mancha considera la deuda que dejó “perfectamente asumible”

Para Barreda el apelar a la deuda para mejorar los servicios públicos es una cuestión eminentemente ideológica, más que meramente económica. “Es una opción política, socialdemócrata” ha insistido. El expresidente se resiste a que las referencias a la deuda y al déficit se tomen en función del PIB regional, “porque es una trampa mortal para las comunidades atrasadas”.

Por esa razón ha defendido su herencia, la misma que, en su opinión, ha sido “falseada y distorsionada por el PP” para “justificar sus recortes e inoperancia”. Barreda considera que apelar al legado anterior es una estrategia de Cospedal que “no se sostiene”. En este sentido, ha instado a comparar las medidas de austeridad adoptadas por el Gobierno de Castilla-La Mancha con las que se están ejecutando en la Comunidad de Madrid, Valencia o Murcia (todas del PP). “Son las mismas, pero allí la herencia es del PP” y no aluden a ella, ha concluido.

El Gobierno que quiere Rajoy

Pero lo que menos ha hecho Barreda en la conferencia de prensa ha sido defenderse, casi desde el principio se ha centrado en criticar a su sucesora. Apelando a la convicción de muchos analistas políticos de que el Gobierno de la número dos del PP en Castilla-La Mancha opera a modo de banco de pruebas de lo que hará su líder, Mariano Rajoy, si llega a La Moncloa, el dirigente socialista ha alertado de que, en estos 100 días, ese Ejecutivo ha realizado “recortes en los servicios públicos” y ha evidenciado un “talante rencoroso y revanchista”.

“Si el Gobierno de Cospedal es el modelo del que quieren para España hemos de advertir de que se trata de un Gobierno autoritario, que amenaza a quien discrepa y que ha recortado en sanidad, educación y en las ayudas a los dependientes”, ha afirmado tajante.

En línea con la estrategia de Ferraz de alertar de las políticas de recortes en materia social que están llevando a cabo los Gobiernos autonómicos del PP, Barreda ha enumerado las medidas que ha adoptado el de Cospedal en Castilla-La Mancha. Ha recordado los impagos a las farmacias, el despido de profesores, la retención de las ayudas a los dependientes, la suspensión de ayudas a las viudas, la paralización de obras en hospitales y campus universitarios, la falta de abono del IBI de edificios transferidos, supresión del Defensor del Pueblo…. Para concluir denunciando que en estos 100 primeros días la Junta “en lugar de resolver problemas, se ha encargado de crear más y de demonizar al adversario”.