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Los imputados piden investigar al policía que les acusó del soplo a ETA

El inspector de Vitoria acusado de dar el chivatazo del bar Faisán reclama al juez que archive su causa e interrogue al comisario que indagó los hechos

El inspector José María Ballesteros, imputado por haber colaborado supuestamente en el chivatazo al aparato de extorsión de ETA radicado en el bar Faisán de Irún, reclamó ayer al juez de la Audiencia Pablo Ruz, a través de sus abogados del Sindicato Unificado de Policía (SUP), que decrete ya el sobreseimiento de la causa contra él y cite como imputado al responsable tanto del equipo investigador del chivatazo como del equipo policial bajo cuya vigilancia del bar Faisan se produjo el soplo, el comisario Carlos Germán.

La defensa de Ballesteros no quiere enterrar el caso, pese a que los 14 magistrados de la Sala de lo Penal consideraron que no hay indicios suficientes contra este policía para procesarle. “Esta representación entiende que por supuesto se ha cometido un hecho que reviste los caracteres de delito y, por supuesto, dicho hecho debe ser ampliamente investigado, aún con las mermas que puedan encontrarse por el desfase temporal en cuanto a haber perdido la posibilidad de llevar a cabo una más que brillante investigación, en caso de iniciarse la misma el día de marras, el 4 de mayo de 2006”, señala el abogado de Ballesteros.

El Sindicato Profesional de la Policía (SPP), que defiende al comisario Enrique Pamies, jefe superior del País Vasco, también imputado en el caso, se mostró decidido, por similares razones, a reclamar que se siga investigando. No obstante, su letrada avanzó que quiere leer con detenimiento el auto de la Audiencia, que revoca el procesamiento de los tres imputados, antes de pedir o retirar algunas de las pruebas solicitadas que nunca atendió el instructor. El SPP no pedirá el sobreseimiento de Pamiés hasta estudiar a fondo el auto.

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No hubo ayer respuesta sobre la posición que adoptará la defensa del ex director general de la Policía Victor García Hidalgo, también imputado.

Entretanto, sobre la mesa del juez instructor ya está la estrategia investigadora que reclama el SUP. Este sindicato entiende que el juez Ruz debe dar un giro copernicano a sus pesquisas.

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Por un lado, debe sobreseer ya a Ballesteros, porque “ha practicado cuantas pruebas ha considerado necesarias para dictar un auto de procesamiento de 75 folios”. Y, sin embargo, el sindicato mayoritario en la policía cree que el magistrado se comportó como un “muro” contra el que se estrellaban todas las peticiones de pruebas que iban en busca de una hipótesis distinta respecto al autor o autores del chivatazo. El día del soplo, 4 de mayo de 2006, la operación contra el aparato de extorsión de ETA no se llevó a efecto porque en última instancia no fue autorizada por la juez francesa. Los implicados fueron detenidos un mes después.

El letrado del SUP entiende que la instrucción sobre el chivatazo ha estado plagada de deficiencias, como “puede ser que no se encuentren en la causa las audiciones originales de la baliza del coche de Elosúa, que el acta de clonado sea de una carpeta de un ordenador, que a Elosúa le tomaran declaración hasta en cinco ocasiones y a altas horas de la madrugada, impidiendo siquiera que pudiese descansar algo por la noche, que existan presumiblemente manipulaciones en tiempo real de las cintas, que haya una concatenación de llamadas entre dos funcionarios [del equipo del comisario Germán] del Cuerpo Nacional de Policía entre las 12.22 y las 12.31, y que el señor Elosúa, justo al finalizar las mismas, se pone muy nervioso (...)”.

El escrito del SUP plantea varios elementos para que el juez reoriente sus pesquisas hacia el equipo que dirigía Germán, para desactivar la red de extorsión de ETA, en primer lugar, y para investigar el chivatazo por orden del juez, después. Son los que siguen:

“1. El equipo de investigación era el encargado del buen fin del operativo, que ya se vio que fracasó. 2. El equipo de investigación era el encargado de la custodia de la baliza. No están las audiciones originales. 3. El equipo de investigación era el encargado de practicar el interrogatorio al señor Elosúa. Se le tomó declaración hasta en cinco ocasiones. 4. Se producen dos llamadas entre funcionarios entre las 12.22 y las 12.31 horas, cinco minutos antes de que Elosua abandone nervioso el bar Faisán, llamadas que se hacen entre dos miembros del equipo de investigación. 5. El comisario [José] Cabanillas [superior de Germán] manifiesta en sede judicial que el funcionario del Cuerpo Nacional de Policía 16586 [Germán] le pide que borren las grabaciones [que delatan el soplo], que es el fin de su carrera, que él ya lo ha intentado, resultando que quien pide eso es el jefe del equipo de investigación”.

El SUP reclama, además, que se entregue a las partes y al fiscal la infografía con su versión alternativa al chivatazo del caso Faisán, en el que claramente se apunta a Germán y a su equipo como los presuntos autores del soplo. Igualmente, no solo exige que el juez cite a Germán en calidad de imputado para que narre su versión de los hechos de lo sucedido el 4 de mayo de 2006, sino que lo aparte ya de la dirección de la investigación del malogrado operativo del que fue protagonista.

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