Un castigo de 600 euros por "no hacer el trabajo sucio a la derecha"
Antonio Gutiérrez se enfrenta a una sanción económica por votar ‘no’ al límite del déficit El Grupo Socialista ya le impuso una multa cuando se abstuvo por la reforma laboral
Antonio Gutiérrez votará “no” y será castigado. Es probable que el rechazo de la reforma para imponer un límite constitucional al déficit público no tenga la fuerza suficiente en el Congreso como para forzar una consulta popular (se necesitan 35 diputados opuestos), pero al diputado y presidente de la Comisión de Economía, único miembro de la bancada socialista que ha anunciado sin ambages su rechazo, su voto negativo le costará dinero. El reglamento interno del Grupo Socialista en el Congreso castiga con 600 euros la ruptura de la disciplina de voto, que el exsecretario general de Comisiones Obreras anunció ayer de forma tajante. “Votaré en contra”, dijo. Y pagará 600 euros, se contesta desde el grupo.
Antonio Gutiérrez, el único que hasta ahora ha dicho claramente “no”, es diputado por el PSOE desde 2004, pero no está afiliado. Militante del Partido Comunista hasta 1991, fue secretario general de Comisiones Obreras hasta abril del año 2000. Su discrepancia con algunas de las decisiones de política económica adoptadas en los últimos meses por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero es pública. Ahora, ser fiel a sus convicciones y “corresponsabilizarse” para evitar “hacer el trabajo sucio a la derecha”, como dijo ayer, le costará 600 euros.
Gutiérrez fue muy duro con la propuesta formulada por el Gobierno. Lamentó que se hurte el debate de ideas sobre un asunto de “tanta envergadura” y tachó la intención de establecer un límite al déficit público en la Constitución de “disparate”, “involución”, “atrocidad” y “barbaridad”. Un “camino profundamente equivocado” que postergará “sine die” la gobernanza económica europea. Teniendo tal consideración por la propuesta, Gutiérrez no puede “ni entender ni votar” a favor de algo que, en su opinión, pone en cuestión la credibilidad de la izquierda.
El Grupo Socialista al que está adscrito ha anunciado las consecuencias de la muy probable insumisión: apertura de expediente, periodo de alegaciones y, en su caso, imposición de una sanción económica de 600 euros. Este es el proceso seguido en la única ocasión en la que uno de sus diputados ha ignorado la disciplina de voto durante la legislatura que está a punto de terminar. También entonces el diputado opuesto fue Antonio Gutiérrez, quien en junio de 2010 se abstuvo en la votación para convalidar el Decreto-Ley de la reforma laboral. Fue sancionado. Gutiérrez también se abstuvo de votar a favor de la convalidación de un decreto por el que se indemnizaba a UGT por los bienes que le fueron incautados durante la Guerra Civil. Fue en 2005, en la primera legislatura con José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno.
Desde el grupo socialista se insiste en que no han recibido señales que indiquen “de forma nítida” que hay más diputados dispuestos a votar “no” y recalcan la conveniencia de esperar a que se formule la propuesta. Sin embargo, Manuel de la Rocha, Juan Antonio Barrio de Penagos (portavoz de la corriente crítica Izquierda Socialista) y José Antonio Pérez Tapias fueron muy críticos ayer. Hoy se ha sumado Pablo Martín Peré, diputado por Baleares, quien se ha mostrado partidario de abrir un debate en los órganos federales del PSOE para que "puedan escucharse todos los puntos de vista" en una cuestión "tan controvertida".
De la Rocha aseguró ayer que la reforma es "ideológica, nada neutra", una propuesta que "pretende imponer la derecha europea, que implicaría constitucionalizar uno de los principios ideológicos más duros del neoliberalismo". Según el diputado socialista, hay que "estar a favor del control del déficit y la deuda", pero la solución pasa por el "reforzamiento de un verdadero gobierno económico europeo" y no "por cortar las manos a los gobiernos". Hoy, De la Rocha ha asegurado que hay "varias decenas" de diputados socialistas "bastante inquietos" con la propuesta en cuanto "a la forma y el fondo", todo lo cual debería desembocar, según el diputado socialista, en un "debate interno" en el seno del Grupo Socialista. Barrio de Penagos se centró ayer en las formas de la propuesta, que calificó de “poco democráticas”.
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